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Traducción por Marco Gamez

Los Tigres de Detroit ganaron 366 juegos entre el 2011 y 2014, lo cual representa 91.5 triunfos por temporada y un promedio de victorias de .565. Además ganaron la División Central de la Liga Americana cuatro veces consecutivas.

Sin embargo, nunca campeonaron. En el 2014 perdieron en la ALDS, en el 2011 y 2013 cayeron en ALCS, y en el 2012 perdieron la Serie Mundial. Pero eran formidables. Eran talentosos. Eran aterradores. Y aunque ahora pueda parecer un recuerdo lejano, estuvieron muy cerca de ser una dinastía pero sin un solo anillo que demostrar debido a todos los problemas que tuvieron.

Los Tigers del 2017 sirven como una prueba más de que nada dura para siempre, que todas las cosas buenas tienen un fin. Su único legado será sacudir los últimos vestigios de aquellos años en que el campeonato estuvo tan cerca. Una vez estuvieron entre los equipos compradores más activos a la fecha límite para intercambiar jugadores; este año decidieron vender jugadores. Desde mediados de julio hasta fines de agosto, enviaron a J.D. Martinez a los Diamondbacks, Alex Ávila y Justin Wilson a los Cubs, y Justin Upton a los Angels.

Pero la transacción que significó el final de los Tigers como los conocimos llegó el 31 de agosto, justo al límite para hacer intercambios renunciables (waivers). Detroit envió al rostro de su franquicia, el lanzador Justin Verlander, a Houston por algunos jóvenes peloteros con bastante futuro y bastante dinero para aliviar sus gastos. Se quitaron las vendas e hicieron lo que necesitaban hacer, y ahora la reconstrucción está definitivamente en marcha.

Durante las próximas temporadas, veremos cómo los Tigres empeoran antes de mejorar. Los veteranos que permanezcan serán intercambiados o se les permitirá irse por cualquier otra vía. Peloteros relativamente jóvenes como Daniel Norris y Nick Castellanos, tendrán más tiempo para demostrar si ambos pueden ser parte del futuro de Detroit. Y el gerente general, Al Ávila, probablemente se enfocará en adquirir prospectos para recargar una de los peores sistemas de ligas menores.

Esta no parece ser una reconstrucción como la de los Yankees. Por lo visto, los Tigers podrían ser los nuevos Reds, Phillies o Braves. Parece que los Tigers podrían estar en el sótano de su división por bastante tiempo. Los recuerdos de antaño rara vez alivian el dolor de hoy. Pero aun así, el mundo del béisbol debe recordar a los Tigers de inicios de la década del 2010 como uno de los mejores equipos antes de comenzar una nueva era, Los Años Oscuros de los Tigers. Porque, Dios santo, fueron equipos muy divertidos.

Probablemente recuerde esos grandes equipos debido a sus estrellas. Verlander y Miguel Cabrera fueron los protagonistas, claro, pero no estaban solos. Víctor Martínez, Prince Fielder, Torii Hunter e Ian Kinsler estuvieron entre los grandes bateadores que conformaron esas alineaciones, con jugadores de reparto mejores que el promedio como Jhonny Peralta, JD Martínez, y Austin Jackson quienes tuvieron también cierta titularidad.

Su siempre formidable rotación incluía a incondicionales como Max Scherzer, David Price, Doug Fister y Anibal Sánchez, con apariciones de jóvenes promesas como Rick Porcello, Robbie Ray y Drew Smyly. El bullpen, bueno, el bullpen era a menudo un problema. Sin embargo, presentó algunas ráfagas de éxito con José Valverde, Joaquín Benoit, Joba Chamberlain, Joakim Soria, e incluso Joe Nathan y Octavio Dotel, quienes estaban al final de sus carreras.

Entre 2011 y 2014, los Tigers contaban son el poder de sus estrellas como ningún otro equipo pudo, si es que alguno podía hacerlo. En ese periodo tuvieron 12 jugadores que prodjueron al menos 5,0 WARP. De verdad. Mire esta lista:

Año

Jugador

WARP

2011

Alex Avila

5.2

2011

Miguel Cabrera

5.8

2011

Justin Verlander

8.3

2012

Miguel Cabrera

6.2

2012

Austin Jackson

5.5

2012

Justin Verlander

8.1

2013

Miguel Cabrera

7.9

2013

Anibal Sanchez

5.1

2013

Max Scherzer

7.0

2014

Miguel Cabrera

5.5

2014

David Price

6.2*

2014

Max Scherzer

6.4

*Mitad de temporada con Detroit.

¿Las estadísticas son lo suyo? Entonces mire con asombro como terminaron varios de los miembros de los Tigers entre los cinco primeros en las votaciones para los premios al Jugador Más Valioso y Cy Young entre 2011-2014.

Año

Jugador

Premio

2011

Miguel Cabrera

JMV – 5

2011

Justin Verlander

Cy Young- 1

2011

Justin Verlander

JMV – 1

2012

Miguel Cabrera

JMV – 1

2012

Justin Verlander

Cy Young – 2

2013

Miguel Cabrera

JMV – 1

2013

Anibal Sanchez

Cy Young – 4

2013

Max Scherzer

Cy Young – 1

2014

Victor Martinez

JMV – 2

2014

Max Scherzer

Cy Young – 5

¿Le gusta las apariciones en Juegos de Estrellas? En esas cuatro temporadas, los Tigers tuvieron 18 representantes en el Juego de las Estrellas, encabezados por seis Tigers del equipo del 2013. ¿Premios de Bateador de Plata? Tuvieron seis ganadores. ¿Guantes de Oro? Bueno, está bien, esta no es la era de béisbol de los Tigers para ti. Pero, el punto sigue siendo este: a principios de la década del 2010, los Tigres constantemente deslumbraron con estrellas de una manera que pocos equipos, exceptuando a Boston o Nueva York, lo hicieron durante la mayor parte de una década.

No eran sólo entretenidos en el terreno de juego, sino que también fueron responsables de aproximadamente el 20 por ciento del tráfico de Internet de MLBTradeRumors.com durante esos cuatro años. El entonces gerente general Dave Dombrowski adquirió a Fister, Delmon Young, Sánchez, José Iglesias, Fister otra vez, Soria, y Price en intercambios a mitad de temporada. Sus transacciones fuera de temporada le permitieron sumar jugadores como Kinsler, Scherzer y Peralta.

¿Cuál es la parte que, exceptuando ver lo lejos que han caído hoy, hace que el recuerdo de aquellos años haga más daño? Las oportunidades falladas. Dios mío, hubieron tantas oportunidades falladas. Sí, los Tigers del 2012 fueron barridos por los Giants, pero perdieron los Juegos 2 y 4 por una diferencia combinada de cinco carreras. ¿Y si el Juego 4 de la Serie de Campeonato del 2011 – que fue una derrota en extra-inning en la casa de los Rangers – lo hubiera ganado Detroit? ¿Qué hubiese pasado si el grand slam de David Ortiz hubiese sido medio metro más corto? Los Tigers perdieron el Juego 3 de la Serie Divisional del 2014 en casa por una carrera. Estuvieron tan cerca, fueron el equivalente a Tántalo en el béisbol, de Steve McNair quedando a una yarda de anotar un touchdown.

Pero el objetivo no es echarle sal a las heridas de los aficionados de los Tigers. El objetivo aquí es todo lo contrario; recordar que los Tigers de principios de esta década no fueron ratas o fraudes afortunados. Fueron muy buenos. Lo suficientemente buenos para ganarlo todo, si una pelota hubiese rebotado a su favor en una o dos ocasiones. Lo suficientemente buenos para ganarlo todo más de una vez si la pelota hubiese rebotado a su favor en media docena de ocasiones.

Durante las próximas temporadas, mientras miramos a Mikie Mahtook luchar en el jardín central y a Matt Boyd batallar en el montículo e innumerables otros peloteros, sean veteranos, desajustados o jóvenes en ascenso, militen en Detroit, trate de recordar aquellos buenos tiempos. Recuerde el miedo que provocaba ver a "Cabrera, Fielder, Martínez" en el corazón de la alineación. La emoción de ver "Verlander, Scherzer, Sánchez" en la rotación del 2013. Con qué facilidad los Tigers podían derrotar a los lanzadores opuestos o dominar a los mejores bateadores rivales. Y cómo Dombrowski hizo que "El equipo del Misterio" significara algo.

Dicen que el viaje es más importante que el destino. Ahora más que nunca, eso se siente menos cierto gracias a que cada lanzamiento, error, swing, y llamada del umpire es analizado en Twitter, debatido en la televisión, y recogido en columnas de los medios digitales. Pero para los Tigers del 2011 al 2014, tiene que ser cierto. La historia no los recordará como ganadores, pero no debemos olvidarlos como artistas, como equipos construidos para emocionar y deslumbrar.

Todo eso terminó oficialmente el 31 de agosto del 2017, aunque lo veíamos venir durante años. Justin Verlander está en Houston, Detroit está reconstruyéndose, y el tiempo avanza. El reloj de los Tigers ha finalizado, pero no serán olvidados.

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