Traducido por Carlos Pérez
Los Toronto Blue Jays fichan al OF George Springer a un contrato de seis años y $150 millones.
Llegados a este punto, ha pasado una semana desde que el comisionado Rob Manfred pidiera a los equipos que se preparen para comenzar a tiempo los entrenamientos de primavera y que la temporada será de 162 juegos, tras el acuerdo de negociación colectiva. Hay todavía mucha pandemia por delante para poder jugar una temporada relativamente normal bajo las circunstancias actuales, pero en la semana pasada el mercado de agentes libres se ha movido con un vigor que no se había visto en los tres meses anteriores. El fichaje de Springer, el primer contrato de agente libre de los Blue Jays que supera los $100 millones, es también el contrato más lucrativo del invierno por $60 millones. Probablemente, al menos Trevor Bauer o J.T. Realmuto superarán el total garantizado de Springer, principalmente porque ambos son al menos un año más joven que él. Al fichar a Springer, Toronto cumple con la intención inicial del equipo de atraer jugadores de élite y convertir finalmente a un equipo joven y excitante de Blue Jays en serios aspirantes en 2021. El fichaje del mejor bateador del mercado (salvo cierto jugador de 40 años) por parte de Toronto le da al equipo su segundo gran fichaje en dos años (siguiendo el trato de Hyun-Jin Ryu de cuatro años y $80 millones el pasado invierno), y muestra unas intenciones muy sólidas de convertirse en aspirante por parte de la única franquicia MLB no americana.
Como LeMahieu, que ha conseguido el segundo contrato más lucrativo del invierno, Springer es un jugador relativamente difícil de analizar porque, aunque ha sido un jugador estelar durante algún tiempo, la manera de brillar ha cambiado con el tiempo. Aunque su paso adelante en el plato no ha sido tan evidente como el del infielder, Springer durante las últimas dos temporadas ha tenido sus mejores registros en OPS, ISO, OBP, SLG y K%, entre otras medidas. El hecho de que Springer ya era un bateador sólido en la mitad de la alineación antes del último par de temporadas (tenía un DRC+ de 123 en el total de su carrera en 2019) ha oscurecido su transformación en uno de los mejores 15 bateadores de la liga. En 2019, posteó 141 DRC+, en la temporada acortada de 2020 apoyó esa marca con una cifra de 142. Los avances con el bate no han llevado a Springer a la categoría más élite de jugadores, porque han sido frenados por una aparente regresión sobre el campo. Según FRAA, el generalmente fuerte jardinero ha estado cerca del promedio (1.9 FRAA, con un feo -4.6 en 2020, comparado con las 33.7 carreras totales añadidas en su carrera) durante esos mismos dos años, limitando potencialmente a Springer a WARP totales en el rango de 4-5 jugadores de All-Star en lugar del rango de 6-7 de aspirantes al MVP. Pero tampoco hay tanta diferencia, sobre todo teniendo en cuenta que el jugador de 31 años no ha visto un descenso significativo de su velocidad sobre las bases, según Statcast Sprint Speed: ha sido un corredor en el percentil 82º en los dos últimos años.
Puede parecer desalentador para Springer enfatizar que los Blue Jays han añadido a un jugador justo por debajo del calibre MVP, pero es justo lo contrario. Según las proyecciones PECOTA en el próximo 2021 Anuario de Baseball Prospectus (¡cómpralo aquí!), el resultado más probable para el primer año en azul de Springer es un 141 DRC+ y 4.5 WARP. Cambie de forma o no, la simulación ve su perfil general jugando cerca del nivel All-Star. Cuando explorar las cosas negativas de un jugador requiere analizar los problemas en la defensiva, especialmente cuando se le han visto muy pocos en más de 1.306 entradas desde 2019, es que no hay mucho que criticar. Springer es un bateador élite que ha evitado poncharse mucho, al contrario que la tendencia general de la liga, mientras mantenía excelentes habilidades en base: nunca ha registrado un BB% en un solo dígito, y ha visto una subida de poder notable más allá de la que afectó a básicamente todos los bateadores en 2019. Treinta y un años son algo arriesgados para un jugador que ha jugado 67% de sus entradas durante las últimas dos temporadas en el jardín central, pero la brecha entre un jardinero central normal y un jardinero derecho es más pequeña de lo que uno podría pensar. El conjunto de habilidades ofensivas parece resistente a declinar, al menos por los primeros años del contrato de seis años. El escenario más probable es que el tiempo en el jardín central de Springer descienda junto con sus contribuciones ofensivas y su valor general durante el transcurso del contrato, y eso es algo que Toronto ha anticipado ya, por supuesto, y seguro que están contentos con eso. Después del trío de agentes libres de alto nivel del año pasado (Gerrit Cole, Stephen Strasburg, y Anthony Rendon, los cuales generaron AAV de $35 millones o más cada uno), Springer puede parecer menos, pero proporciona al equipo un componente fuerte al grupo de bateadores jóvenes y todavía en desarrollo. Términos como “bateador profesional” raramente significan algo concreto más allá de talento evidente al plato, pero pocos enfoques son tan transmitibles y moldeables como el del jardinero. En un mundo ideal, Springer puede liderar la ofensiva en sus primeros años de contrato mientras Vladimir Guerrero Jr., Cavan Biggio, y otros completan su desarrollo al plato, quizás incluso guiando (idealmente sin un cubo de basura) a los jugadores más jóvenes.
Hay pocos contendientes tan necesitados de un bateador completo como Toronto: aunque tres Jays la temporada pasada superaron una WARP y estuvieron dentro del margen de error de 1.2 WARP de Springer, éste estuvo 19 puntos de DRC+ por encima del mejor bateador del equipo (Teoscar Hernández). Aunque Hernández y el otro jardinero Lourdes Gurriel Jr. jugaron lo suficientemente bien para ganarse un puesto como posibles titulares esta temporada, ninguno está exactamente en la cantidad o la calidad al bate que Springer. Entre ese par y el jardinero central Randal Grichuk (que entre todos aparecieron en el jardín al menos 46 juegos el año pasado), no está claro quién perderá su puesto de titular. Cuando empiece la temporada, quizá más de uno lo haga, ya que Toronto parece estar involucrado en las negociaciones de Michael Brantley después de llegar a un acuerdo con su antiguo compañero de equipo. Entre Biggio, Guerrero Jr., Bo Bichette, y el emergente receptor Danny Jansen, parece claro que los Blue Jays tienen gran parte de su próximo núcleo solidificado alrededor del diamante. En la hierba del jardín, está menos claro, y la adición de Springer ofrece a Toronto tanta certeza en ese frente como pueden comprar.
El nuevo Blue Jay tiene el 16º mayor número de apariciones al plato desde 2016, con una muestra similar entre las métricas tradicionales y avanzadas (su .862 OPS en este tiempo se sitúa el 30º, por ejemplo). Hay un riesgo, para ser claros, en añadir numerosos jugadores más allá del rango típico de años de alto valor en la agencia libre. Pero incluso si dos jugadores (Springer y Ryu) pudieran entrañar ese riesgo, sus salarios no son tan altos (entre los dos, solo ganan un 25% más en AAV que Gerrit Cole en solitario) y ninguno tiene una edad tan avanzada de todos modos. Si Springer sigue los pasos del zurdo, uniéndose a su nuevo equipo después de probablemente sus dos mejores temporadas y bajando un 10% sus marcas hacia el promedio de la liga, los Blue Jays lo tomarán como una clara victoria. En tanto a la pieza faltante, o el fichaje perfecto, en un deporte tan difícil de descifrar como el béisbol, Springer encaja, al menos en lo que se refiere a la ofensiva de los Blue Jays. Si la organización puede encontrar un lanzador de similar calibre para ayudar a Ryu en lo alto de la rotación, podríamos tener a un tercer serio aspirante al título de la LA Este esta temporada.
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