
(More information on BP En Espanol.)
Traducido por Jose Hernandez Lagunes
No fue culpa de Yu Darvish de que el primer inning fuese de tan mala manera. Darvish sirvió el doblete del bateador inicial George Springer, pero después consiguió que Alex Bregman bateara una rola a la derecha. Fue una gran pieza de bateo conservador por parte de Bregman, quien observó que el infield de Los Ángeles se acomodó un poco a la izquierda y supo que aunque no pudiera colar la bola al jardín, avanzaría a Springer.
De todas formas, fue una rola a la derecha y Cody Bellinger pudo atraparla con limpieza. Bellinger se encontraba mucho más cerca de la segunda base que de la primera, y con el tiro de carrusel estilo submarino que tuvo que hacer fue mucho más distante que cualquiera que un primera base está acostumbrado a hacer. Ese lanzamiento se fue lejos de su destino, y Darvish no tuvo la culpa.
Tal vez Darvish pudo aguantar a Bregman más cerca en segunda base, pero la tenacidad para alcanzar el propósito durante la Serie Mundial por parte de Bregman fue demasiado intensa para contenerla. Escogió un buen lanzamiento para intentar el robo; la bola fue a la tierra y Austin Barnes no pudo realizar jugada alguna.
La rola de out impulsora de carrera de José Altuve es otro ejemplo de buen bateo de situación, pero (tal vez cómo la de Bregman) resultó out. Después, Darvish enfrentó a quien le victimizó—en múltiples maneras—en el Juego 3, retirando a Yulieski Gurriel después de una larga batalla. Obtuvo su inning y su momento.
Esa fue la oportunidad para Dave Roberts. Las cosas pudieron ser mucho mejores (desde luego), pero también pudieron ser mucho peores. Darvish obviamente no tenía mucho el miércoles y Roberts contaba con Clayton Kershaw y Alex Wood en el bullpen. Kershaw anduvo girando en el bullpen durante el primer inning mientras su equipo intentó fabricar un rally—infructuoso—en la parte baja del episodio.
Si Roberts hubiese puesto a alguien más en el montículo en la parte alta del segundo inning, quizá los Dodgers pudieron haber tenido una ventana más grande para ejercer presión real sobre A.J. Hinch y su sobrecargado personal de lanzadores. Pero decidió darle otro inning a Darvish.
Y es entendible. El lineup de los Astros contaba con dos de sus tres zurdos para iniciar el inning, y le pareció que Darvish era una mejor apuesta para enfrentarles sobre Kenta Maeda o Brandon Morrow. Desde luego, la ruta a seguir era, con dos lanzadores zurdos de su confianza en la agenda, poner a uno inmediatamente o hacer como La Russa en el segundo inning (Tony Watson-Ross Stripling-Tony Cingriani, tal vez) y dejar que Wood o Kershaw empezaran su labor en el tercer inning.
Roberts no pudo apretar el gatillo tan temprano, o no pensó que Darvish se encontrara en tantos aprietos (parecía claro, viendo por televisión, pero ¿qué sabe alguien mirando por televisión?) como los que realmente estaba.
Tanto Hinch como Roberts realizaron movimientos inteligentes el resto del partido. Hinch sacó a Lance McCullers en el momento correcto, destacó agresivamente a Chris Devenski, y después confió en Charlie Morton con los últimos 12 outs. Roberts, en una táctica que hubiera sido recordada como una de las más importantes en la historia de la Serie Mundial si hubiese importado, empujó a Devenski fuera del partido al ordenar dos bases por bola intencionales seguidas en el sexto inning.
Con corredor en tercera y dos outs, Marwin González esperaba turno. Embasándolo intencionalmente para enfrentar a Josh Reddick (sobre quien Kershaw tenía la ventaja y quien obtuvo malos resultados durante toda la postemporada) parecía una decisión sencilla. Pero Hinch trató de que esa decisión doliera, alineando a tres bateadores de turno derechos consecutivos: Evan Gattis en lugar de Reddick, y después Cameron Maybin si Gattis alargaba el inning.
Roberts vio una oportunidad. Ordenó base por bolas para Gattis también. Fue una estrategia arriesgada, y ya le falló apenas hace un año. Recordemos que Roberts caminó intencionalmente tanto a Jason Heyward como a Chris Coghlan en el primer juego de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional 2016 contra los Cubs, sacando a Aroldis Chapman del partido, pero Joe Blanton sirvió un grand slam a Miguel Montero.
Sin inmutarse, Roberts decidió que la situación exigía rolar el mismo juego de dados, y en esta ocasión, funcionó. Devenski salió y el marcador permaneció igual. Pero los bateadores no pudieron hacer nada con la oportunidad presentada.
Esta estrategia mostró cuanto Roberts quería darle a su equipo un nuevo respiro. Simplemente no pudieron encontrarlo. Los Astros mantuvieron la presión: jugaron gran defensa, corrieron las bases agresivamente, y tomaron ventaja de la acechante presión que los Dodgers sentían al bat. Al final, la incapacidad para capitalizar sus oportunidades y el no sacar a Darvish a tiempo hicieron el Juego 7 una meta inalcanzable para los Dodgers.
Thank you for reading
This is a free article. If you enjoyed it, consider subscribing to Baseball Prospectus. Subscriptions support ongoing public baseball research and analysis in an increasingly proprietary environment.
Subscribe now