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Image credit: USA Today Sports

Traducido por Martin Alonso  

Examinar todos los lanzamientos que Joey Votto vio durante el 2017 significa reevaluar todo lo que se puede hacer a propósito en medio segundo. Después de sorprender tras batear libremente las primeras semanas, Votto se aferró a un ratio de swings dentro de la zona de strike por encima del promedio, mientras que perseguía sólo el 16.1 por ciento de los 1.377 lanzamientos que vio que fueron  tenían la mayor probabilidad de ser bolas cantadas.

Esos números sin iguales de por sí ya son impresionantes, pero los registros de lanzamientos cuentan otra historia. Comienzas a notar patrones en los cuales no puedes estar seguro si hay intención o si ésta es posible. El entendimiento que tiene Votto sobre la zona de strike es tal que te preocupas si esta no le fue marcada por algún método inhumano como repeticiones forzadas de al estilo del juego de mesa Operando.

Cualquiera sea la causa, el efecto fue una absurda temporada en la que la superestrella de Cincinnati tuvo un ratio de persecución menor al de todos los bateadores de la MLB. Mientras tanto, ofreció al 72.1 por ciento de los lanzamientos que tuvieron más de 80 por ciento de probabilidades de ser un strike cantado, según la Probabilidad de Strike Cantado (CS Prob por sus siglas en inglés) de BP – una métrica que considera el lanzador y bateador, destreza, cuenta, y otros factores que afectan la zona de strike.

Esto es lo que usaremos para manejar a través del sorprendentemente organizado mundo de decisiones  instantáneas que podrían expandir cómo entendemos el significado de la disciplina al plato.

***

De ser otorgado acceso a los archivos familiares de la persona más atractiva del planeta, no mientas, irías de frente a las fotos de su adolescencia, buscando su fase de patito feo. Naturalmente, el primer artículo a buscar sería el peor lanzamiento al que Votto ofreció.

Votto ofreció a tres lanzamientos durante toda la temporada con un CS Prob de cero. No son buenos lanzamientos, pero asumiendo que viste cualquier aparición al plato de, digamos, Adam Jones o Javier Baez, tus ojos no encontrarán nada escandaloso con esto. Uno fue un cambio del maestro del tunelaje, Jon Lester, que lo engaño completamente. Otro fue un cambio de Danny Farquhar que, igualmente, lo engaño, pero logró batearlo para foul. Sin duda, los cambios son el vicio más grande de Votto – si es que lo puedes llamar así.

Pitch Type Chase Swings Likely Balls Swing Rate Foul Rate SwStrike Rate
Changeup 56 196 28.57% 44.64% 26.79%
Splitter 7 28 25.00% 42.86% 0.00%
Curveball 27 137 19.71% 48.15% 25.93%
Cutter 22 115 19.13% 45.45% 27.27%
Slider 30 180 16.67% 30.00% 46.67%
Knuckleball 1 7 14.29% 0.00% 100.00%
Sinker 26 232 11.21% 50.00% 23.08%
Four-Seam 53 482 11.00% 37.74% 37.74%

El otro lanzamiento con cero probabilidades al cual ofreció fue lanzado por el suave lanzador zurdo Tommy Milone, el 14 de abril. Fue una bola rápida en una cuenta 2-2 en la quinta entrada. Le da un puntazo a pie plantado, bateándolo para foul hacia las bancas de tercera base. Es posible que el cátcher de los Brewers pudiese haberlo atrapado tras el salto si es que el bate de Votto no hubiese intervenido.

¡Ajá!  ¡Un error! Votto es humano. O…quizás no. Resulta que, cuando Votto se ponchó en la primera entrada, el lanzamiento 1-0 que tomó fue el de menor probabilidad de ser un strike cantado en toda la temporada, tornándose en su contra a pesar de tener un CS Prob de 2.2 por ciento. El lanzamiento 2-1 fue el segundo lanzamiento con menor probabilidad de ser un strike cantado durante toda la temporada – 3.1 por ciento. Y el lanzamiento 3-2, con el cual fue ponchado, fue el quinto lanzamiento con menor probabilidad con 8.1 por ciento. En este caso, su “error” fue algo como un ajuste al paso.

Como esos videos de YouTube donde un pedazo de fruta es cortado por la mitad sin ningún esfuerzo alguno, los patrones de swing de Votto hacen demasiado sentido para como para ser reales.

CS Prob
Chases Pitches Chase Rate
0.0% to 9.9% 93 970 9.59%
10.0% to 19.9% 35 152 23.03%
20.0% to 29.9% 23 87 26.44%
30.0% to 39.9% 28 82 34.15%
40.0% to 49.9% 43 86 50.0%
TOTAL 222 1,377 16.12%

No es sorpresa que haya perseguido menos del 10 por ciento de bolas casi certeras. Ofreció a precisamente la mitad de los 86 lanzamientos en el borde de la zona. Si seguimos desmenuzando, ofreció al 31.3 por ciento de lanzamientos que podrían ir a favor o en contra sin ningún strike en la cuenta, al 44.8 por ciento cuando tenía un strike, y al 80 por ciento cuando tenía dos strikes. Además, bateó para foul a la mitad de esos swings de dos strikes. No tuvo ni un solo strike tres dentro de este rango en todo el año.

No sé si tenemos evidencia de que batear lanzamientos para foul puede categorizarse como una habilidad ajena a la capacidad de hacer contacto. Pero mira cómo Votto se prepara para un lanzamiento con dos strikes en la novena entrada contra T.J. McFarland, un zurdo que, en teoría, tiene mayores posibilidades de engañarlo que un lanzador promedio.

Votto recibe un sinker que amenaza con caer en su zona nitro antes de moverse hacia abajo y adentro. Esto es algo para lo que se ha preparado, incluso si no está preparado para destrozarla. Está justo por la altura media de todos los lanzamientos que persiguió durante el 2017. Su swing traiciona lo consciente que está en cuanto a la tentación, acortando el bate para poder recibir otro lanzamiento. Esta es una forma en la que Votto se diferencia de otros bateadores capaces de llegar a cuentas profundas. Puedes esperar por tu lanzamiento, pero a veces un lanzador va a recibir un strike que solo consigue el 35 por ciento de las veces. A veces rebotará una curva que pensabas era una bola rápida a la altura de las rodillas.

Si sus swings frecuentes a strikes cantados son lo que le permiten entrar en acción y protegerse contra potenciales finalizadores de turnos al bate, o viceversa, el dominio de Votto sobre el alcance de la zona alimenta todo lo demás. Los lanzadores que atacan la zona, más que probable, van a fallar un poco más la próxima vez que lancen, dándole a su frustrante oponente una de las decisiones más fáciles. McFarland falló un sinker al centro de la zona dos lanzamientos después. Votto lo sacó del parque.

Jameson Taillon conoce una versión diferente de esta frustración. El joven diestro de los Pirates, que domina un sniker y una bola rápida de cuatro costuras capaz de alcanzar 95 mph, ha tenido excito contra Votto, en serio. Lo ha mantenido a una línea de bateo de .200/.429/.200 en 21 apariciones al plato a lo largo de su carrera. Aun así, la forma cómo alcanzó ese promedio de en base de .429 es…bueno, muy Votto.

El 27 de agosto, Votto trabajó una base por bolas en la primera entrada que requirió 11 lanzamientos, ignorando bolas lentas y bateando para foul las bolas rápidas, hasta que Taillon lo tentó con un sinker. Luego, en la tercera entrada, en otro duelo de 11 lanzamientos, Taillon cambió de curso, usando su curva para robarle dos strikes a Votto antes de que Votto se quedara mirando todas sus bolas rápidas pasar fuera del plato, eventualmente caminando nuevamente. En la quinta entrada, sólo duró nueve lanzamientos pero el efecto fue el mismo – dos strikes sin un swing, luego tres bolas para foul intercaladas con las suficientes bolas para otorgarle primera base.

En resumen, Taillon hizo 73 lanzamientos a Votto en 2017 – 35 de los cuales tuvieron menos de 50 por ciento de probabilidad de ser un strike cantado. Votto ofreció al 25.7 por ciento de esos. Fue uno de las mejores ratios de persecución que cualquier lanzador logró contra él en una muestra grande. Y por su trabajo, Taillon consiguió un solo strike abanicado. Ningún lanzador logró que Votto abanique a más de tres lanzamientos en todo el año.

La disciplina al plato se mide y sigue porque todo empieza con el lanzador actuando y todos los demás reaccionando. Las reacciones son cruciales. Recibir un lanzamiento en el suelo es notar una zanja en el camino y evitarla. Atacar un slider colgado es conseguir que tu gran idea sea promovida más rápido que la de los demás, pero como un paquete completo. Estos actos de disciplina ocurren en función a cómo se canaliza la energía, cómo se controla, no cómo se contiene. Por toda nuestra atención a ella, tenemos un pésimo hábito de hablar de la disciplina al plato como una forma en que los bateadores bajan las revoluciones, o se detienen.

Votto, quién ha dicho que su objetivo es que sea “inlanzable” o “indefensible”, no obtuvo un OBP de .400 simplemente por esperar durante un duelo difícil. Su evolución es un ejemplo claro sobre la disciplina en movimiento. Mientras que los locos por los RBIs y los ávidos fanáticos de los Reds esperando ser bloqueados en Twitter por los reporteros de Cincinnati estuvieron ocupados lamentando la “paciencia” de Votto, el estaba calibrando un estado de preparación que quizás sea necesario para contrarrestar lanzamientos que son mejores, más veloces, y más móviles.

Está jugando ofensiva y defensivamente en simultáneo, y sí, puede ser un modelo a seguir para otros bateadores. Quizás nunca veamos a nadie más desarrollar un ojo como el de Votto, pero la mayoría de su estrategia surge de decisiones, no habilidades innatas. Es comprometerse a castigar (y desalentar) lanzamientos gordos en cualquier cuenta. Es acortar el bate y acercarse al plato para defenderse de intentos de ponche en cuentas de dos strike. Quizás Votto, como cualquiera, entienda lo crucial que esas fracciones de segundo pueden ser.

Gracias a Harry Pavlidis por su asistencia en la investigación.

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