Traducido por Marco Gamez
Cada invierno, mientras el béisbol hiberna y sueña con los placeres que le esperan, PECOTA pasa por un proceso de varias capas que comienza buscando similitudes entre jugadores del pasado y presente, y usa esas trayectorias pasadas con el fin de dar a conocer las expectativas para la próxima temporada. Si bien el sistema continúa combinando esas expectativas en predicciones para equipos y tablas de posiciones, hoy nos detendremos en el nivel de jugadores, donde asigna a cada uno una tasa de “explosión” para 2018.
Como resultado de esas comparaciones entre jugadores, la tasa de “explosión” representa la posibilidad de que el bateador o lanzador en cuestión mejore su tasa de producción en un 20 por ciento o más. Para los bateadores, se mide mediante la métrica True Average (TAv) de BP. Los talentos establecidos, envejecidos o de otra manera irremediablemente estancados pueden recibir tasas de explosión del cero por ciento. Más de 170 bateadores consiguieron un gran cero para 2018.
Sume esto, entonces, como una razón más para amar a PECOTA: a Mike Trout se le asignó una probabilidad del uno por ciento de explotar, lo que hemos establecido es más que un incumplimiento matemático. Es PECOTA revisando la estupenda carrera ascendente de Trout, proyectada para cualquier época, preguntando si podría subir a un plano diferente, y luego sacando su mejor meme al estilo de la película Tonto y Retonto.
Entonces, sí, PECOTA afirma que hay una posibilidad, una posibilidad de que Trout esté a punto de registrar una de las mejores temporadas ofensivas en la historia del béisbol.
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Antes de que preguntes: La tasa de explosión exacta es sin duda inferior al uno por ciento, es 0.88 por ciento, redondeado hacia arriba. Y en lo profundo de la máquina PECOTA, sus orígenes se remontan a, eh, Matt Kemp.
Encontrar jugadores comparables de la misma edad de Trout es difícil. Una buena parte de los 100 jugadores más similares al Trout actual, capturados en fotografías de una sola temporada, son simplemente peores de lo que él ha sido alguna vez, peor que su proyección en el décimo percentil. Kemp es uno de ellos. Su temporada de 2010, un descenso para él en ese momento era vagamente análoga a la de Trout en 2017 debido a todo lo que rodea la proyección de ellos. La “explosión” de Kemp en 2011 fue realmente un gran salto adelante. También tiene la ventaja de registrarse como una temporada plausible para Trout. El TAv 2011 de Kemp sería el tercero mejor en la carrera de Trout hasta el momento.
Trout no viene de una temporada mala. Una interrumpida por lesión, seguro que sí, pero una en la que registró los mejores resultados de su carrera en: (respiración profunda) …
- • Promedio de alcanzar base (.442)
- • Promedio de slugging (.629)
- • Tasa de bases por bolas (18.5 por ciento)
- • Tasa de ponches (17.8 por ciento)
Su TAv aterrizó en .360, el segundo mejor tras su 2013 dominante aun en un ambiente más difícil para anotar carreras. Más que la coincidencia específica del ascenso de Kemp, entonces, PECOTA está reconociendo la capacidad de los jugadores de béisbol de 26 años para mejorar, y en algunos casos mejorar bastante. Las dos mejores comparaciones para la próxima temporada de Trout, en la cual tendrá 26 años, según la estimación de PECOTA, son la temporada de Mickey Mantle en 1958 y la temporada de Frank Thomas en 1994.
Para alcanzar esa estrella parpadeante de “explosión” que vemos en el telescopio de hipótesis de PECOTA, Trout tendría que superar su TAv hasta .432, es decir superar el de Barry Bonds en la temporada de 73 jonrones en 2001, y estar detrás del obtenido en la temporada de 2002 por el mismo Bonds quien contó con un .582 OBP. Tendría entonces que desarrollar la segunda temporada ofensiva más productiva registrada por TAv (que cubre la era de integración, esencialmente).
Aunque parezca desalentador, ¿quiénes somos para acobardarnos frente a la improbabilidad? Para comenzar a vislumbrar esta temporada maravillosa, primero debemos entender algunos conceptos básicos detrás de TAv. Está ajustado para la era, y a los factores en algunos aspectos del rendimiento de un bateador, como evitar batear para doble play, o la calidad de los oponentes enfrentados, que no se manifiestan en una línea de bateo separada por tres líneas diagonales. Por lo tanto, alcanzar esta grandeza no es tan simple como armar los promedios que Trout debe batear, llegar a la base y acumular batazos de más de una base.
Lo que podemos hacer es examinar la historia extremadamente limitada de las temporadas que alcanzaron este nivel febril de producción.
Esta tarea probablemente requerirá un OBP de .500. Eso está claro. El porcentaje de slugging requerido es más complicado de precisar por varias razones. Por un lado, aunque sabemos que los totales de jonrones y, por lo tanto, los porcentajes de slugging, han aumentado últimamente, no podemos estar seguros de que continuará a buen ritmo. Su producción de poder también está irremediablemente vinculada a ese OBP. No necesitas estudiar muchos casos (Bryce Harper en 2015 y cualquier año pico de Bonds te servirán) para comprender la dinámica: Pulverizar a todos los obligará a cambiar su enfoque.
Al final, sin embargo, tendrá que haber esa combinación de tres números, destinados a transformarse en uno solo que lo abarque todo, como un número de teléfono o un código PIN. Entonces, por el bien de este ejercicio, la temporada de explosión de Trout sería recordada como tal: .354/.502/.717.
Como dato adicional, cabe apuntar que no hay forma de estar seguros de que esto incluso cruzaría el umbral para una “explosión”. Hacerlo en contra de una competencia más débil podría perjudicar el TAv. Un cambio aún más ofensivo en el entorno de anotar carreras dentro de la liga podría tener el mismo efecto. Pero sería lo suficientemente extrema como para encajar con las otras temporadas en esa estratosfera, y los ingredientes de ella están, increíblemente, dentro de los límites vagamente definidos de la razón.
Sigue leyendo, si quieres. La línea se basa en una temporada de 705 apariciones al plato, un poco por encima del total habitual de temporada de Trout, ya que un equipo con esta actuación probablemente anotaría un poco más de carreras.
Empezaremos con su progresión de tasa de ponches: disminuyó del 23.2 por ciento en 2015 al 20.1 por ciento en 2016, y luego al 17.8 por ciento en 2017. En una temporada de explosión reduciría un poco más el porcentaje de K, hasta el 14 por ciento. Mientras tanto, su índice de bases por bolas recibidas aumentaría al 21.7 por ciento. Ha estado en alza desde 2015. De 11.8 por ciento a 18.5 por ciento en 2017. Su tasa de persecución de lanzamientos, hay que señalarlo, ya era la quinta más baja en béisbol el año pasado, con un 19.1 por ciento.
El año pasado fue la primera vez que Trout recibió más boletos que ponches. Mantle, por ejemplo, flotó en ese punto de inflexión durante un par de temporadas, como lo hizo Trout. Y en la mejor temporada ofensiva de Mantle, 1957, de repente sacó base por bolas en el 23.4 por ciento del tiempo y se ponchó solo el 12 por ciento de los turnos. En 2015, la tasa de base por bolas de Harper se disparó casi siete puntos porcentuales. Y, para reiterar, Trout estaría en medio de un mejor año que esos con el bate.
También incluimos que sea golpeado 11 veces por lanzamientos, cifra acorde con el total típico de Trout, y cuatro elevados de sacrificio.
Eso significa que tendrá 537 turnos al bate. Si bien el tiempo que perdió en el 2017 lo ocultó un poco, Trout dio un gran paso adelante en el departamento de poder, al conectar un jonrón en el 6.5 por ciento de sus apariciones al plato. En un intento por ser realista (no me mires), vamos a aumentarlo ligeramente, manteniéndolo por debajo del siete por ciento. Eso pone 49 jonrones en nuestro cubo de hits.
Luego, tenemos que hacer una pausa y considerar la secuencia de cómo se realizarían estos avances. La orquestación ideal de esta delirante temporada de ensueño podría implicar algún tipo de bien publicitada extensa racha de juegos consecutivos llegando a una base y un típico ritmo Trout-iano de jonrones desde el principio, seguido de una segunda mitad con una fiesta de bases por bolas y terribles intentos de robar strikes. Esperamos que los beneficios fluyan al enfrentarse a los aterrorizados pitchers, aprovechando cada buen lanzamiento. También, por supuesto, esperamos que los lanzadores no abandonen el barco.
Las bases por bolas intencionales no han sido erradicadas de ninguna manera, pero han perdido el valor que tenían, y dentro de buena cantidad de equipos, lo que hace poco probable que un malestar estilo Bonds ocurra en este tipo de temporada de 2018. Con eso en mente, digamos que coleccionará 38 dobles, uno menos que el máximo de su carrera, cifra que bateó dos veces en sus días de mayor velocidad. Y nos aventuramos con que sumará cinco triples, igualando su total de 2016.
En cuanto al resto de los hits, lo que realmente tenemos que señalar es su BABIP. El año pasado, fue el más bajo de su carrera con .318. Hay muchas razones para pensar que su verdadera habilidad en este campo podría estar en declive: un menor énfasis en la velocidad de su juego, un aumento en los batazos elevados según sea necesario para alcanzar el poder, etc. Vale la pena destacar que la velocidad del Bonds de entonces, juzgada por bases robadas y destreza defensiva, también mostraba signos de erosión cuando alcanzó su primera Gran Temporada de Bonds en 1992.
Además, Trout se apoyó bastante en los elevados. Todavía hay espacio para aumentar su velocidad de bateo de líneas sin alcanzar niveles altos de carrera. Su BABIP de por vida (esto va a parecer una broma, pero no lo es) actualmente se encuentra en .355. Le estamos dando un pequeño empujón hasta .359, al agregar 98 sencillos y llevar el total a 190.
De repente, habiéndolo llevado solo por encima de sus capacidades demostradas de poder y sus habilidades de disciplina al plato, que están frecuentemente interconectadas, hemos llegado a: .354/.502/.717, 49 jonrones, resultado en tinta negra por todas partes.
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Esto suena como una farsa, una alondra volando en una fría noche de febrero. Eso es.
También es un problema matemático que se resuelve muy fácilmente, principalmente con partes que ya se encuentran en el juego de herramientas de béisbol sobrehumano de Trout. Con problemas similares de antaño como prueba de que se puede llegar a una solución.
Una vez que el impacto absurdo de los números se desvanece, puedes yuxtaponer los eventos necesarios con los eventos reales y sentir que todo esto no solo está dentro del campo de las posibilidades, sino que es casi previsible. ¿Podría Trout tener 13 hits, un par de cuadrangulares, un par de dobles, más que Harper en 2015? No sé, ¿No es él 13 hits mejor que Harper en la mayoría de los años? ¿Podría ser él como Frank Thomas en 1994, solo que con algunos lanzadores más descontrolados y más angustiados que lo golpean nueve veces más? Quiero decir … ¿seguro?
Mike Trout explota.
Es inevitable Está al alcance de la mano. Son las dos cosas, y si pudiéramos jugar la temporada repetidas veces como en un videojuego, un niño de 12 años lo haría antes de la cena.
Gracias a Rob McQuown por su colaboración en la investigación.
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