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Image credit: USA Today Sports

Traducido por Marco Gamez

Hemos estado presenciando una avalancha de jonrones que amenaza con romper el récord de todos los tiempos. Entre otras señales alarmantes, acabamos de ver el mayor número de jonrones en un mes en la historia de las grandes ligas y Tommy La Stella ya ha bateado más jonrones (y totalizó más WARP) esta temporada que sus cinco temporadas anteriores.

Estaba claro desde el primer fin de semana que andaba en desarrollo una nueva oleada de jonrones. Gracias a los años dedicados a investigar la contribución real de la pelota a los jonrones, pude concentrarme en la posible explicación del aumento de cuadrangulares esta temporada a principios de abril: una vez más, la resistencia del aire en el béisbol se redujo, esta vez a niveles incluso por debajo de lo que vimos en 2017.

Como resultado de la disminución de la resistencia del aire, las bolas bateadas están volando más lejos y están pasando más por encima de la cerca que nunca. Estamos en camino esta temporada a no solo superar, sino también romper el récord de jonrones de todos los tiempos (establecido en 2017) …por unos 400 jonrones adicionales. El comisionado de la MLB, Rob Manfred, recientemente nos dijo el por qué: “Creemos que una de las cosas que puede estar sucediendo es que están mejorando el centro de la llamada píldora dentro de la pelota, [lo que] crea menos resistencia”.

Es un arrebato refrescante de franqueza por parte de un comisionado que pasó años negando que la resistencia del aire fuera la culpable de la avalancha de jonrones anterior. Al igual que muchas otras explicaciones para los cuadrangulares adicionales, Manfred también crea más preguntas que respuestas. Es decir, ¿cómo puede un cambio dentro de la pelota resultar en una diferencia en la forma en que la pelota se mueve en el aire?, y ¿qué nos puede decir la explicación de Manfred sobre la tasa de jonrones en el futuro?

Primero, debemos tener en cuenta una advertencia importante: Manfred no siempre ha elegido sus palabras con cuidado en relación con el aumento de jonrones. Hace solo unos meses, en respuesta a las preguntas sobre por qué aumentaban los jonrones este año, Manfred negó de pleno que las pelotas eran diferentes en absoluto, en total contradicción con sus declaraciones anteriores y con el informe del Comité del Jonrón (el mismo informe que él mismo encargó y del cual aceptó los resultados). Es probable que, en ese caso, Manfred se haya equivocado o haya olvidado por un momento los resultados del comité

La Dra. Meredith Wills publicó un artículo en The Athletic con los resultados de su análisis sobre las pelotas de béisbol de 2019 y encontró un conjunto muy diferente de razones para una reducción en el arrastre, incluida una superficie de bola pulida y más redonda. Dado que ella proporcionó datos, mientras que Manfred solo hizo un comentario imprevisto, me inclino por la interpretación de Wills, pero vale la pena escuchar a Manfred.

Desafortunadamente, sus anteriores declaraciones descuidadas y los datos de Wills hacen que sea difícil saber si Manfred tiene nuevas pruebas para sugerir que la píldora dentro de la pelota es la culpable o simplemente estaba nombrando la primera explicación del informe que le vino a la mente. Al hablar con varios investigadores involucrados en desentrañar la causa del aumento en la cantidad de jonrones, ninguno estaba al tanto de nuevas pruebas que sugirieran que el centrado de la píldora fuera la causa, pero siempre es posible que Manfred tenga acceso a otra información.

En la misma respuesta, Manfred mencionó otras posibilidades, como la simple variación de fabricación, las condiciones de almacenamiento y el lodo que se frota en la bola antes de que entre en juego. Cualquiera de estos también podría afectar la resistencia al aire que genera la pelota de beisbol, pero como Manfred tuvo especial cuidado en mencionar el centrado de la píldora, vale la pena considerarlo como una posibilidad independiente.

La píldora, que es el centro elástico de goma y corcho de la pelota, parece ser un improbable culpable de cómo la pelota se mueve en el aire. Pero como lo explicó el físico David Kagan en un artículo del Hardball Times, la píldora que se encuentra dentro de la pelota juega un papel crucial en la cantidad de resistencia del aire que experimenta.

En vuelo, la pelota de béisbol gira alrededor del centro de masa, que normalmente está cerca del centro de la píldora. Pero si la píldora no está en el centro de la pelota de béisbol, un ligero bamboleo aparece en la trayectoria de la pelota. Cuando la superficie de la pelota de béisbol rota alrededor de su centro de masa, encuentra (y desplaza) un mayor volumen de aire, generando más rotaciones y desplazando más lejos el centro de masa del centro geométrico de la pelota.

Digamos que la píldora está ligeramente descentrada dentro de la bola: aproximadamente una décima parte de una pulgada del centro geométrico de la esfera. Ese ligero desequilibrio hace que la pelota de béisbol actúe como si tuviera aproximadamente seis décimas de pulgada cuadrada de área más enfrentada (y resistente) al aire que si la píldora estuviera perfectamente alineada con el centro de la pelota. A su vez, esa diferencia minúscula en la posición puede resultar en una reducción de más de 10 pies (3 metros) en la distancia recorrida por un batazo elevado.

Eso es lo suficientemente fácil como para explicar el reciente aumento en los jonrones. Pero todavía deja muchas preguntas sin respuesta.

El informe del Comité del Jonrón contenía una lista detallada de cada vez que Rawlings alteraba cualquier aspecto del proceso de fabricación. Según Wills, ninguno de los cambios enumerados habría resultado en que la píldora se centrara más dentro de la pelota. Si los comentarios de Manfred son sinceros, sugieren que el aumento de jonrones de 2017 y el aumento de jonrones de 2019 son dos cosas diferentes: este último podría deberse a un mejor centrado de las píldoras, pero el primero probablemente tenga una explicación diferente (una que Manfred todavía no ha revelado).

Si la causa es el centrado de la píldora, también hay que pensar que las tasas elevadas de jonrones llegaron para quedarse. Manfred describió que Rawlings, la compañía que fabrica las pelotas y que ahora es propiedad de MLB, “está mejorando la ubicación del centro de la píldora” dentro de la pelota. En este caso, una mejora en el proceso de fabricación (colocar el núcleo más cerca del centro geométrico de la bola) podría ser la causa de este aumento. Como resultado, es poco probable que MLB instruya a Rawlings para que regrese al proceso de producción más antiguo y menos preciso que resultó en pelotas de béisbol incoherentes, torpes y confusas.

Pero, aunque el proceso de fabricación puede mejorar, no está claro que el juego de béisbol sea mejor por tener la mayor tasa de jonrones de todos los tiempos. Estos cambios coinciden con un aumento a largo plazo en las tasas de ponches y una mejora en la defensa del equipo que reduce significativamente el número y el valor de las pelotas puestas en juego y hace que la liga se centre cada vez más en los llamados Tres Resultados Básicos (base por bola, ponche y jonrón). Si la MLB quiere volver a una tasa de jonrones tradicionalmente más histórica, tendrían que modificar conscientemente algún otro aspecto de las propiedades de la pelota para hacerla menos aerodinámica.

Hacer cambios deliberados en las pelotas para controlar el juego parece ser algo que MLB tiene muchas dudas de hacer. Las costuras más altas o una textura de la superficie más resistente al aire lo harían, pero esos cambios también impactarían a los lanzadores de una manera que no podríamos predecir con anticipación. También tendrían que ser negociados colectivamente con el sindicato, otro obstáculo para la liga.

Esos obstáculos me sugieren que, si la culpa es de una píldora nueva y más centrada, entonces las altas tasas de jonrones llegaron para quedarse. De hecho, pueden incluso aumentar aún más, ya que otras mejoras menores en el proceso de fabricación hacen que las pelotas de béisbol sean cada vez más uniformes y menos resistentes al aire. En algún momento, las Grandes Ligas tendrán que hacerse cargo del control de la fabricación de las pelotas y tomar la decisión de darle la forma a la pelota que mejor se adapte al tipo de juego que quieren, o dejar que la tasa de jonrones deambule mientras hacen ajustes a la fabricación.

Cuatro años de tasas de jonrones drásticamente incoherentes sugieren que están felices de dejar que el proceso de producción tome el control y explicar los efectos después.

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