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Image credit: Gregory J. Fisher-USA TODAY Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

Hace unas semanas, reflexioné sobre los especialistas zurdos y su papel en el progreso del béisbol de Grandes Ligas, dada la esperada implementación de la regla del “mínimo de tres bateadores” en el nivel más alto del juego la próxima temporada. Mientras que los cambios en las reglas parecen afectar a los “LOOGYs” (relevistas especializados en bateadores zurdos) más que a cualquier otro tipo específico de jugador, eso es simplemente un subproducto de la meta real de las Grandes Ligas: acelerar el ritmo del juego, que ha sido un tema de conversación de la MLB durante el último lustro. Obviamente, la MLB está preocupada por la posibilidad de que disminuya el interés de los aficionados debido a la lentitud del producto en el terreno de juego, ya que el comisionado Rob Manfred ha hecho un esfuerzo para abordar este asunto. He aquí un breve resumen de los pasos recientes que la MLB ha tomado para tratar de acelerar el juego:

2015

  • La “regla de la caja de bateo” comenzó a aplicarse más seriamente, lo que significa que el bateador debe mantener un pie en la caja en todo momento en lugar de salir y caminar.
  • Se instalaron cronómetros para medir el tiempo entre

2016

  • El tiempo entre innings fue establecido en 2 minutos y 5 segundos para los juegos locales y 2 minutos y 25 segundos para los juegos en cadenas televisivas nacionales, lo cual disminuyó la duración anterior en medio minuto.
  • Las visitas a los montículos se fijaron en 30 segundos por visita.

2017

  • Se les permitió a los equipos realizar una base por bolas intencional sin lanzar los cuatro lanzamientos requeridos anteriormente.

2018

  • Las visitas a los montículos se limitaron a seis por equipo.

2019

  • Las visitas a los montículos se redujeron de seis a cinco por equipo.
  • El tiempo entre innings se redujo a 2 minutos para tanto juegos locales como nacionales.

Lo que nos lleva de nuevo a la regla mínima de tres bateadores propuesta para el próximo año, que causó revuelo el pasado mes de marzo cuando se anunció, y que llevó a que los jugadores y los observadores del juego hicieran comentarios contradictorios. Puede que haya pasado desapercibido para algunos, pero sólo una semana después de que se anunciaran los planes futuros a nivel de Ligas Mayores, las Ligas Menores de Béisbol anunciaron a finales de marzo que, entre otros esfuerzos para acelerar el ritmo de juego, también estarían instituyendo la regla de los tres bateadores en sus dos niveles superiores, pero a diferencia de las Mayores, sería efectiva inmediatamente. Tengo que admitir que he oído hablar tan poco de esta regla en las ligas menores que tuve que comprobar si realmente entró en vigor. La tabla de abajo muestra el número de “cambios ilegales de lanzador”—es decir, apariciones en las que el lanzador enfrentó a menos de tres bateadores sin alcanzar el final del inning—para Triple-A y Doble-A remontando hasta 2006, el primer año en el que tenemos datos para ambos niveles.

Puedes ver la estrepitosa caída en estas apariciones, tanto en Triple-A como en Doble-A, lo que significa la aplicación de la nueva regla. Revisé el video de las 13 apariciones “ilegales” en Triple-A en MiLB.tv, y la mayoría de estas se debieron a que el lanzador sufrió una lesión, fue expulsado o tuvo que ser removido debido a un retraso por causas climáticas. Dos de ellos fueron a causa de estar en rehabilitación (en estos casos, David Phelps y Matt Magill), y en ambos casos, los comentaristas del juego mencionaron que hay una estipulación en la regla mínima de tres bateadores de MiLB que exime a los lanzadores de las Ligas Mayores en rehabilitación (aunque eso no formaba parte del comunicado original de MiLB).

Por supuesto, el objetivo de un partido en las categorías inferiores es muy diferente al de las Grandes Ligas. Buscar cada ventaja competitiva no es realmente la forma en que se juega en las ligas menores, así que no es particularmente sorprendente si la gente no ha notado una ausencia de especialistas. Y en comparación con las Ligas Mayores, no hubo muchas apariciones “ilegales” en las ligas menores—durante la última década, ha habido un promedio de aproximadamente 300 de estas apariciones por temporada de Ligas Mayores. (Que, por cierto, es una pequeña fracción de las apariciones en general.)

Lo que me llevó a pensar de nuevo en el objetivo general de estas medidas: echemos un vistazo a esto de la forma más sencilla posible—el tiempo total del juego. Desde 1950, podemos ver que los juegos son más largos que nunca. Este gráfico muestra el tiempo promedio de juego de la MLB en minutos.

¿Y en las ligas menores? A seguir, está la misma gráfica de antes, pero con datos de Doble- y Triple-A.

Mientras que el tiempo de juego de Doble-A se ha mantenido relativamente constante, incluso disminuyendo un poquito durante este periodo, los juegos de Triple-A se encuentran en su cúspide, incrementando a un tiempo promedio de juego de tres horas y cinco minutos este año, cuando apenas el año pasado el promedio fue de dos horas y 47 minutos.

Aunque algunos podrían tener problemas con la duración general del juego (estoy seguro de que han oído a alguien hablar de cómo anhelan aquellos días en que los partidos de béisbol duraban tres horas), uno de los principales objetivos de las diversas iniciativas de ritmo de juego es eliminar específicamente el “tiempo muerto” cuando no hay acción. Como lo demuestran los recientes cambios en las reglas, la Liga considera los cambios de lanzadores como uno de los principales culpables del “tiempo muerto”. La siguiente tabla muestra el número promedio de lanzadores por partido de las Grandes Ligas, que se remonta a 1950 y excluye los partidos de extra innings.

Y a continuación, para las ligas menores:

Mientras que la Doble-A se ha mantenido estable en este aspecto durante los últimos tres lustros, la Triple-A vio un aumento en lanzadores por partido este año, a pesar de hacer un esfuerzo concertado para reducir los cambios de lanzador.

Llevemos esto un paso más allá. La verdadera pausa en la acción viene de esos cambios de lanzador que ocurren en el medio de una entrada, y esos son específicamente del tipo que la regla de los tres bateadores mínimos aborda. A continuación podemos ver los datos de las tres ligas una vez más, pero esta vez muestra la tasa de cambios de lanzador a la mitad de la entrada por juego. En otras palabras, si el promedio de la temporada es de 1, eso significaría que cada partido de ese año vio un promedio de un cambio de lanzador a la mitad de la entrada. Aquí está el gráfico de las Grandes Ligas.

Y nuevamente, la data diferenciada de las ligas menores:

Estamos lidiando con diferencias minúsculas, pero se puede ver una diferencia en los cambios a la mitad de la entrada de Doble-A después de que se instituyera la regla este año. ¿Pero en Triple-A? Volvió a subir, acercándose a los niveles de 2013-2014. Un aumento, por leve que sea, notable dadas las nuevas reglas que intentan impedir este aspecto del juego. Así que probablemente algo más está pasando aquí, ¿verdad?

Así es. Como probablemente adivinaste, la nueva pelota de béisbol que se puso en circulación antes de la temporada 2019 de Triple-A ha dejado su marca en áreas en las que quizás no habíamos pensado. Siempre oímos que se rompen los récords de cuadrangulares, o que los lanzadores contrarios están molestos por ello. Pero todas las carreras extras están llevando a que los lanzadores sean cambiados a la mitad del inning debido a un pobre desempeño, el cual, de alguna manera, termina teniendo el mismo efecto que sacar a un lanzador efectivo después de enfrentarse a dos bateadores.

Obviamente, la MLB tiene el derecho de tratar de ver si hay maneras de no ahuyentar a sus aficionados debido a la lentitud del juego. Sin embargo, la pelota alterada—sobre la que MLB no ha sido particularmente comunicativa, vale la pena destacar—parece haber deshecho el trabajo de las iniciativas de ritmo de juego.

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