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Image credit: Charles LeClaire-USA TODAY Sports

Traducido por Pepe Latorre

Nelson Cruz me está haciendo quedar mal.

No me mojo mucho cuando hay cuestiones delicadas, pero si fuera lo suficientemente famoso como para que la cuenta Freezing Cold Takes se fijara en mí, estaría entusiasmada en este momento por mi opinión de pretemporada sobre el viejo jonronero. “Veo a mucha gente escogiendo a Nelson Cruz alrededor del pick 100″, tuiteé medio en broma, “así que ofreceré un punto de vista alternativo: no lo hagas”. Digo lo de  “medio en broma”, pero seamos sinceros: fue un comentario anti-Cruz. Así que cada vez que Cruz conecta un cuadrangular y Alex Chamberlain tuitea “no estaba acabado” algo se revuelve dentro de mí.

El motivo por el que Cruz genera opiniones tan dispares es bien sencillo: es una rareza. Un unicornio. Yo no he inventado las curvas de edad, de hecho, apenas soy capaz de descifrarlas, pero la gente lista si. Y uno de mis mantras es escuchar a la gente lista. Y esa gente lista dice que las cosas que Cruz está haciendo a su edad son poco frecuentes, casi antinaturales. Peloteros como Cruz o David Ortiz antes que él son la excepción, no la norma.

Adam Wainwright está desafiando a su propia curva de envejecimiento a la chita callando . Si lo que está haciendo es más o menos impresionante que lo de Cruz depende de tu perspectiva.

A pesar de tener 41 años Cruz no ha sufrido un bajón físico. Sigue siendo bueno en las mismas cosas en las que era bueno hace años. Por el contrario, aquellas cosas que no hizo bien, todavía sigue sin hacerlas demasiado bien. Simplemente se niega a envejecer como lo hacemos todos y como la historia nos dice que debería hacerlo.

En el reverso de la moneda tenemos a Wainwright, que no ha podido evitar el paso del tiempo. Basta con echar un vistazo a la gráfica que muestra la velocidad (en millas por hora) de su recta de cuatro costuras a lo largo del tiempo. Si quitaramos las cifras de los ejes podríamos pensar que es su curva de envejecimiento.

Y aun así, Wainwright está completando una de las mejores temporadas de su ya ilustre carrera. Después de dominar a los Pirates durante ocho entradas el domingo pasado, el jugador de 39 años que cumplirá 40 la semana que viene, acumula un récord de 12-7, una efectividad de 3.10 y un WHIP de 1.05 en 25 aperturas esta temporada. Sus 162 2/3 entradas lanzadas son superadas solo por Zach Wheeler y si la temporada terminara hoy su 3.89 DRA sería la marca más baja que ha logrado desde la temporada 2014. Wainwright no solo ha sido relativamente bueno para tener 39 años. Ha estado genial, y punto.

No estoy diciendo nada especialmente interesante ni que no sepamos ya. Lo interesante, sin embargo, es la manera en que lo está haciendo.

Como era de esperar la pérdida de velocidad ha tenido un efecto adverso en su capacidad para ponchar bateadores. Wainwright, de hecho, se encuentra entre los peores de la liga en whiffs, ubicándose en el percentil 10 según Baseball Savant. Los bateadores rara vez abanican y fallan cuando atacan sus lanzamientos.

No obstante, que Wainwright no esté logrando whiffs no significa que no esté engañando a los bates rivales. Todo lo contrario, a pesar de tener un pobre porcentaje de abanicados y fallos Wainwright está ponchando bateadores a un ritmo que se equipara con los registros de su temporada 2013, cuando fue segundo en el Cy Young de la Nacional. Su porcentaje de ponches del 22,9% es levemente inferior al promedio de la liga (23,4%).

Esto se debe a que está logrando strikes cantados a un ritmo histórico, o al menos no visto recientemente. FanGraphs comenzó a llevar un registro de los strikes cantados en 2002. La temporada 2021 de Wainwright es la sexta mejor conseguida por un abridor. Siempre que compartes algo un poco raro con Bartolo Colón y Bronson Arroyo es que estas haciendo algo bien.

Más concretamente, lo que Wainwright parece estar haciendo bien es localizar sus lanzamientos. Al visualizar cómo ha utilizado su mezcla de cinco pitches aparece una tendencia. Primero, un vistazo a cómo está atacando a los zurdos con su cuatro costuras:

Sobre todo arriba y fuera, y lo que es más importante, viviendo en las esquinas. Ahora el mismo lanzamiento pero para diestros:

A pesar del cambio en el perfil del bateador Wainwright mantiene el mismo enfoque. A continuación la curva:

Al igual que con la bola rápida, generalmente, Wainwright lanza su curva al mismo spot sin importar quién esté en la caja de bateo. La está localizando casi exclusivamente en la esquina exterior inferior cuando enfrenta a un diestro, mientras que a los zurdos les mezcla con curvas backdoor. Pero está, ante todo, atacando la parte inferior derecha de la zona.

Lo mismo con el cutter:

Wainwright parece estar retando a los bateadores a batear sus lanzamientos, incluso cuando sus lanzamientos se han vuelto más fáciles de batear. Zurdo, diestro o ambidiestro, no importa. Va a localizar donde él quiere hacerlo y donde lo ha hecho durante toda la temporada.

Hay un lanzamiento que explica a la perfección el improbable y poco ortodoxo éxito de Wainwright: la sinker. Al contrario que con los demás, Wainwright cambia la localización de su sinker en función del conteo. La lanza buscando que se aleje ante zurdos mientras que a los diestros se la lanza a la back door. Es decir:

La sinker ha sido tradicionalmente un lanzamiento que genera acción. El bateador la ataca, la bola cae en el último momento y lo que parecía que iba a ser un homer majestuoso se convierte en un rodado a segunda. Una bola en juego no es un error del pitcher, sino una simple característica.

Aquí está lo raro: esta temporada la sinker de Wainwright ha sido una máquina de lograr strikes cantados. Seamos claros, los bateadores le están haciendo contacto cuando la buscan, 92.3% de contacto cuando le hacen swing. Pero en la mayoría de las ocasiones no hacen swing. Solo se lo han hecho a un tercio escaso de las 650 sinkers que ha lanzado en lo que llevamos de 2021. Esto explica en gran medida porque Wainwright tiene el porcentaje de swing más bajo ( 42,6%) entre los abridores. Un lanzamiento pensado para provocar contactos débiles está generando strikes fáciles para Wainwright.

Un comando exquisito, un arsenal profundo y la veteranía están permitiendo que Wainwright se mantenga en la élite de la liga, a pesar de que la historia nos dijera que no iba a suceder. Como hemos dicho cumplirá 40 años en unos días. Aún no tiene contrato para el año que viene, pero visto lo visto no le costará mucho encontrar uno.

La historia nos dice que su carrera está acabada. Pero resulta que la historia no lo sabe todo.

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