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Image credit: The Enquirer/Dave Clark via Imagn Content S

Este artículo fue publicado originalmente el 17 de febrero.

Traducido por Pepe Latorre

En la primavera de 1947 Jackie Robinson fue elegido para volver a romper la barrera de color de las Grandes Ligas. Wendell Smith, del Pittsburgh Courier, se encontraba en La Habana, Cuba. Atendía a unos entrenamientos primaverales en los que estaban participando el propio Robinson, Roy Campanella, Donald Newcombe y Roy Partlow. “Fuentes de confianza”[1] de Smith le dijeron que antes del inicio de las Mayores, el pelotero iba a dejar los Montreal Royals para jugar con los Brooklyn Dodgers. Cuando aquello finalmente sucedió, William G. Nunn, editor jefe del Courier, escribió: “¡Los prejuicios que habían impedido a los Negros participar en las Grandes Ligas han caído!”[2]

A finales de 1950, Smith, que había sido una voz importante para lograr la integración de las Grandes Ligas, informaba sobre el declive de las Ligas Negras. Una industria que una vez fue importante para las comunidades negras de todo el país estaba viendo la desaparición de los pocos equipos que quedaban. “La novedad de ver peloteros negros en las Mayores hizo que los fanáticos acudieran en masa a los estadios de las Grandes Ligas. Y, en consecuencia, el béisbol negro sufrió en extremo”. Informó que la Liga Nacional Negra había desaparecido por falta de patrocinio y que prácticamente todos los equipos negros habían perdido dinero. Fue la peor temporada en la historia del béisbol negro. Las Grandes Ligas, a grandes rasgos, acabaron con la única liga que todos consideraban indigna. Así analizaba Smith la situación: “El funcionamiento operativo del béisbol negro ha cambiado radicalmente en los últimos cinco años. Antes de que se abrieran las puertas de las Grandes Ligas, el béisbol negro estaba solo y se las estaba apañando bien. No había competencia de otro béisbol organizado para los jugadores negros y no había competencia de las Mayores para los fanáticos. De repente apareció Jackie Robinson con un uniforme de Brooklyn y todo cambió. Ahora el béisbol negro debe desarrollar talento y venderlo a las Mayores para sobrevivir”. [3] Los prejuicios que habían impedido a los negros participar en las Grandes Ligas cayeron, pero también lo hizo el futuro del béisbol negro en Estados Unidos. Aunque la Liga Negra Americana siguió existiendo, los rumores sobre su desaparición eran constantes.

***

“¿Sigue siendo Frank Robinson el primer dirigente negro de la MLB?”

Recientemente, la MLB ha sido noticia por un anuncio en el que se reconocían y “elevaban” en importancia las estadísticas y récords de algunas Ligas Negras. Este anuncio fue recibido con aplausos por cierta parte del mundo beisbolero y con una mezcla de ira y escepticismo por parte del otro. Que la MLB “eleve” la importancia de cualquier cosa que no le pertenece es un problema que se ha discutido extensamente. Pero algo que me ha llamado la atención es lo que esto significa para la historia existente, para los registros existentes. He notado que algunos parecen pensar que esta integración de registros permitirá a la MLB absorber, por así decirlo, el legado de las Ligas Negras y reescribir la historia.

En 1920, cuando se formó la Liga Nacional Negra, los afroamericanos podían luchar y morir por este país, pero tenían muy pocas libertades. No podían votar, ni se les consideraba dignos de jugar lo que se consideraba béisbol profesional. Cuando Andrew “Rube” Foster tuvo la idea de organizar el béisbol negro, quiso hacerlo no solo para beneficio de los jugadores, sino del deporte mismo. Los afroamericanos habían practicado el deporte desde sus inicios. Octavius ​​Catto usó el béisbol como una forma de luchar por los derechos civiles. Fue asesinado en 1871 mientras defendía a los hombres negros estadounidenses y su derecho al voto. Es importante recordar las circunstancias bajo las cuales se formó la Liga Nacional Negra. El béisbol negro aprovechó la segregación y discriminación no solo de la sociedad, sino más específicamente de las Grandes Ligas. Es importante señalar que, a pesar de todos sus agradecimientos y reconocimientos, o tal vez gracias a ellos, la MLB ha obviado el hecho de que fueron ellos mismos los que crearon el entorno necesario para la aparición de aquello que ahora han dominado.

Las Ligas Negras y su historia fueron relegadas a los márgenes durante un siglo. Apartadas y ninguneadas durante 100 años. Ha sido algo intencionado y deliberado en lo que han participado los medios tradicionales y, por extensión, la MLB. Sus estadísticas y registros no le importaban demasiado a nadie fuera de él, pero particularmente a cualquiera que estuviera afiliado al “béisbol organizado”. Fueron vistos como aficionados, como un espectáculo secundario, como algo menor. Conviene no olvidarlo.

Hoy, el “gran experimento” de Branch Rickey ya no es un experimento. El último equipo de las Grandes Ligas en integrarse lo hizo en 1959. No hay acuerdo sobre si la redacción fue intencional o accidental. Todavía no sabemos cuál es el plan para “elevar” los récords, pero el límite para la inclusión es 1950. Una vez leí que la historia es la mentira de los vencedores. A la MLB le bastó un comunicado de prensa para volver a dejar a las Ligas Negras en segundo plano.

La unión de los registros permitirá continuar una larga tradición de blanqueamiento del pasado. Desde Martin Luther King. Jr. hasta Jackie Robinson y cualquier otro ícono del béisbol negro que haya fallecido. Las imperfecciones del racismo a menudo se pintan con una especie de nostalgia deformada. En lugar de intentar remodelar la historia, se ha visto que estamos ante una oportunidad perfecta para dar a entender que las Ligas Negras fueron una respuesta a no ser incluidos, no una solicitud para ser incluidos.

Tengo la esperanza de que se siga mantenimiento separadas a las competiciones, pero tratándolas como iguales. La historia nos demuestra que en la mayoría de los casos nadie aprende del pasado.

Y sí, Frank Robinson sigue siendo el primer entrenador negro de la MLB.


[1] Wendell Smith, The Sports Beat, Pittsburgh Courier, p. 14, April 05, 1947. [Print]

[2] William G. Nunn, “Let’s Take In Stride: Courier Managing Editor Urges Negro Fans to Sponsor Good Conduct,” Pittsburgh Courier, p. 18, April 19, 1947. [Print]

[3] Wendell Smith, The Sports Beat, Pittsburgh Courier, p. 14, December 16, 1950. [Print]

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