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Image credit: Orlando Ramirez - USA TODAY Sports

Traducido por Marco Gámez

Luke “Nuke” Raley comenzó el 2023 como un bateador de todo o nada, de 28 años de edad, con un OPS de por vida de .561 en las mayores, con casi ningún valor defensivo. Sin otras opciones para él en esta primavera, los Rays le dieron la oportunidad de formar parte de su plantilla porque nunca quieren perder a una pieza potencialmente útil. Como bateador zurdo con una tasa de barril del 12.7 por ciento durante su carrera, Raley tenía un rol claro listo y esperándolo; todo lo que tenía que hacer era darles a los Rays una razón para incluirlo en su plantilla al terminar los entrenamientos de pre-temporada. E hizo exactamente eso, conectó cinco jonrones en la primavera en camino a un OPS de 1.117. No ha dejado de machacar la pelota desde entonces, acumula siete jonrones y un OPS de .913 en abril (más un día en marzo) como uno de los muchos sorprendentes contribuyentes en la máquina bien engrasada que son los Rays de 2023.

Este no es un artículo sobre Luke Raley, aunque su historia de superación como buen trabajador pueda ser muy admirable. Este artículo trata sobre un jugador diferente, cuyo nombre ha atraído una atención considerablemente menos positiva desde la fecha límite de canjes la temporada pasada, pero que registró un 132 DRC+ idéntico al de Luke Raley después del primer mes de la temporada: una cifra que coloca a ambos, sin discusión, dentro de los 25 mejores bateadores del béisbol en 2023. Ese jugador es Juan Soto.

De alguna manera, Soto es el mismo de siempre: todavía tiene el ojo más perspicaz en el béisbol (percentil 99 en la tasa de persecución), todavía batea la pelota tan fuerte como siempre (su promedio de velocidad de salida es 93.2 mph (150 kph), el más alto de su carrera), y sigue marcando el ritmo del béisbol en porcentaje de bases por bolas. Las habilidades clave todavía están presentes y hay poca evidencia de deterioro físico.

En otros departamentos, algo está claramente fuera de lugar en Soto. Aunque en general puede estar bateando la pelota con más fuerza que nunca, gran parte de la misma se desperdicia por la astronómica tasa de roletazos del 57.7 por ciento. Al cierre de abril, su porcentaje de slugging aún comenzaba con un “3”. Y su tasa de ponches se ha disparado (según sus estándares) al 24.4 por ciento, un aumento de casi 10 puntos porcentuales con respecto a la temporada pasada. Si bien DRC+ (Carreras Merecidas Creadas+, por sus siglas en inglés) sostiene que es mucho mejor que el bateador típico, esa evaluación parte principalmente de las omnipresentes habilidades de Soto para alcanzar la base; el poder está perdido desde que se mudó de D.C. Su porcentaje de slugging aislado, lo más cercano a una medida pura de producción de poder que puedes encontrar, ocupa la casilla número 74 entre 181 bateadores calificados, a pesar de su mejor velocidad de salida promedio personal; algo no está bien aquí.

Lo que hace que la falta de poder sea aún más confusa es la tendencia estadísticamente evidente de Soto tanto halando como bateando hacia arriba la pelota en las últimas dos temporadas:

   
Elevados% Halar la pelota%
2018-2021 31.5 35.2
2022-2023 36.7

39.5

A pesar de que aparentemente cumplió todos los requisitos que conducen a más explosividad en el juego, su producción ha disminuido notablemente en el campo. Para empeorar las cosas, ha sufrido los efectos colaterales negativos asociados con los toleteros que adoptan una estrategia centrada en halar y elevar la pelota: peor suerte con las bolas en juego y más ponches, particularmente contra los lanzadores zurdos:

vs. PZ OPS P% BABIP
pre-2022 .891 18.8 .319
2022-23 .660 19.7 .224

Mientras que Soto anteriormente era un bateador bueno sin importar si el lanzador rival era zurdo o derecho, en las últimas dos temporadas se ha convertido más en un toletero zurdo típico, susceptible a los lanzadores de su misma mano, sin dejar de ser el mismo bateador de élite contra los diestros (1.025 OPS, 17 por ciento de Ponches hasta 2021; .956, 14 por ciento en Ponches después de ese año). Para entender por qué, necesitas saber cuál es el lanzamiento que ha dominado la receta de los lanzadores durante el último año: el sweeper (barredor).

En un mundo donde el poder de halar es el santo grial del bateo, los lanzadores de toda la liga han adoptado la slider sweeper, un lanzamiento que se desliza con más movimiento lateral que vertical, en términos generales, como una prevención para esquivar el swing de los bates rivales. Explota perfectamente las fallas de un bateador que da un paso y levanta la bola: los bateadores tienen que comenzar su accionar temprano y venir desde debajo de la pelota para batearla hacia el aire. El sweeper despega tarde y se mantiene por encima del plano de giro durante su viaje al plato.

También tiene notables diferencias al dividirse de acuerdo a la mano del lanzador, que es donde entra en juego para Soto. El área más grande en la que Soto ha disminuido su rendimiento en los últimos dos años ha sido contra los lanzadores zurdos. ¿La razón? Un fuerte aumento en los lanzamientos quebrados laterales extremos, como los sweepers, junto con un enfoque ofensivo hecho a la medida para ser explotado por esos lanzamientos.

Es mejor mostrar que contar, así que vayamos a los videos para mostrar el qué, el por qué y el cómo de las complicaciones que vive Soto. Primero: una bola rápida que se queda corta, por solo pocos centímetros, de ser un jonrón en 2021.

Detenerse. Mejorar.

Es en el momento en el cual el pie de Soto ataca, cuando tiene que tomar su decisión: quedarse inmóvil o ir tras el envío. Y tiene que decidirlo rápido porque Génesis Cabrera tiene mucha velocidad; este lanzamiento llegó a 96 mph (155 kph). Dado que es el primer lanzamiento de este turno, Soto puede arriesgarse e ir por él. El adivina hacia dónde viene la pelota y casi saca la saca del parque.

Funcionó esa vez, pero Soto tiene que hacer un ajuste para halar esa bola rápida: tiene que atacar temprano si quiere encontrar la bola frente al plato. Batear depende del ajuste en el tiempo, y al Soto dejar pasar una o dos fracciones de segundo extra hay efectos secundarios. Puede verse muy mal cuando tiene que decidir temprano y la decisión es incorrecta:

Veamos el momento cuando el pie delantero de Soto vuelve a aterrizar:

Este lanzamiento no está ni cerca de donde estaba la bola rápida de Cabrera, pero Soto ya ha comenzado a hacer swing. Termina con su peso desplazado completamente hacia adelante sobre su pierna adelantada y batea la pelota mucho más abajo de lo que cualquier bateador quisiera, con la cabeza del bate. Así es como uno de los mejores bateadores del planeta produce el más suave de los batazos directamente al defensor de la segunda base.

Esto le ha estado pasando a Soto cada vez más. Está viendo el porcentaje más alto de lanzamientos quebrados de su carrera, y está dando lugar a un contacto débil y poco competitivo o, lo que es peor, a más abanicados de los que nadie está acostumbrado a verle. Desde el comienzo de 2022, Soto ha tenido 107 apariciones en el plato que terminaron con una bola quebrada enviada por un lanzador zurdo; el 26.2 por ciento fueron ponches, y bateó para un BABIP increíblemente bajo de .148 en las que no fue out por la vía de los strikes.

Una de las razones principales por las que estos lanzamientos laterales son tan efectivos es el ángulo extremo en el que ingresan a la zona de strike. Esto se conoce como HAA, o ángulo de aproximación horizontal, que es el primo menos conocido, ¡pero sí importante!, de VAA, o ángulo de aproximación vertical. HAA es la razón por la que el roletazo mostrado anteriormente fue una pelota volcada desde la parte superior del bate y no una línea silbante hacia la derecha; la pelota se alejó de él, en la zona, más de lo que esperaba.

El enfoque ofensivo cada vez mayor de Soto en halar la pelota lo ha vuelto más susceptible a HAA extremos a medida que avanza su carrera (la línea punteada negra es el wOBA actual de carrera de Soto de .399; el tamaño del punto representa la cantidad de bolas puestas en juego):

Cuanto mayor sea el número, más bruscamente el lanzamiento se alejará de él. Los mejores sweepers son generalemente de 4+ grados. Con el tiempo, hemos visto que la producción de Soto ha disminuido considerablemente contra estos lanzamientos, porque los lanzamientos que rompen más lejos de él son más difíciles de batear y halar. Eso conduce a un contacto débil y una mayor cifra de abanicados.

Todo lo que convirtió a Juan Soto en Juan Soto sigue ahí. Pero, especialmente, en el beisbol moderno que cambia tan rápido, incluso los grandes tienen que adaptarse continuamente. Para volver a generar comparaciones con Ted Williams en lugar de con bateadores comunes y corrientes, Soto, en primer lugar, tiene que volver a hacer lo que lo hizo tan especial: estar dispuesto a batear la pelota por donde viene. Ya tiene el tipo de explosividad natural que le permite batear la pelota con autoridad hacia cualquier parte de cualquier parque; no hay necesidad de arriesgarse por algo más.

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