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Image credit: Nathan Ray Seebeck-USA TODAY Sports

Traducido por Pepe Latorre

Después de una semana 10 prolífica ha habido más suerte para lanzadores y receptores.

Semana 11 SBA%: 6.74% (-0.49 vs semana 10)
Semana 11 tasa de éxito:
75.40% (-8.54 vs semana 10)

Total temporada SBA%: 6.52% (+1.55 vs 2022)
Total temporada tasa de éxito: 79.57% (+4.17 vs 2022)

(SBA% = intentos de robo de base).

La tasa de intentos se mantuvo extremadamente alta a medida que la temperatura ha aumentado, incrementando aún más la tasa de la temporada con la tercera tasa semanal más alta. Sin embargo, la tasa de éxito fue idéntica a la tasa general de 2022, lo que redujo el éxito de la temporada por debajo del 80% nuevamente. Todavía no es suficiente para frenar el entusiasmo por correr las bases, pero es la primera semana prometedora para las defensas en un mes.

​​Esta semana, quiero hablar sobre la velocidad al esprintar (Sprint Speed en inglés). O, mejor dicho, no quiero hablar de ello en absoluto, pero es importante empezar por ahí.

Es fácil encontrar la velocidad al esprintar. Basta con ir al perfil de un pelotero en Statcast y está allí, en la parte superior, en la parte derecha, entre la tasa de bases por bolas y la fuerza del brazo (siempre y cuando el jugador en cuestión tenga una cifra para todas las estadísticas). Es fácil de entender, no hay que descifrar ninguna fórmula, la velocidad al esprintar ​​solo nos dice lo rápido que es un alguien. Fácil, ¿verdad?

No estoy tan seguro de que la gente realmente sepa qué es la velocidad al esprintar. Y no es porque Baseball Savant no lo explique, hay un glosario allí mismo, en la parte inferior de la página del jugador, que explica muchas de las estadísticas que encontrarás allí. Sin embargo, no está en la parte superior, y creo que uno de los efectos de que la velocidad al esprintar suena simple es que no sientes la necesidad de buscar el significado real.

La explicación en el glosario es la siguiente:

“Una medida de la velocidad máxima de un jugador expresada en ‘pies por segundo en la ventana del segundo más rápido de un jugador’“.

Así que estamos hablando de cuántos pies recorrió el jugador en el transcurso de un segundo cuando iba tan rápido como Statcast lo rastreó. Ten en cuenta que esto no dice “en intentos de base robada” o “cómo de rápido se recorrieron 90 pies”. Sobre lo primero espero que obtengamos estadísticas pronto, mientras que lo segundo está disponible en otros lugares, como ya se ha comentado muchas veces.

Ser capaz de alcanzar una velocidad máxima alta es útil para robar bases, sin duda. Sin embargo, pensemos qué limitaciones puede haber en los 75 pies, es decir en un intento de robo. El jugador tiene que acelerar primero para reducir la velocidad después. Las mejores velocidades al esprintar son de 30 pies por segundo o más. Tal vez los jugadores con una gran aceleración alcancen esa velocidad máxima lo suficientemente rápido como para alcanzar un segundo más o menos de velocidad máxima antes de que tengan que comenzar a deslizarse.

Todavía nos faltan datos sobre la fase de desaceleración. Estoy seguro de que es algo que se está investigando, y espero que llegue en la próxima actualización de las estadísticas de ejecución de Statcast. Mientras tanto, me parece que tanto la velocidad al esprintar como la división de 75 pies que uso a menudo nos dan una imagen sesgada, como mirar la velocidad máxima de salida sin considerar otros aspectos del perfil de un jugador. Lo que me esforzaré por abordar esta semana es cuánto tiempo lleva acelerar a la velocidad máxima y cuánta variación hay entre jugadores.

Para hacer esto usé la clasificación de velocidades al correr 90 pies y calculé el tiempo de cada jugador para cada sección individual de cinco pies. Luego calculé cuál era el tiempo mínimo de cada jugador para una división de cinco pies e identifiqué en qué punto de los 90 pies se alcanzó por primera vez. A continuación, podemos ver el desglose de todo el grupo:

Distancia recorrida antes de alcanzar la velocidad máxima    Pelotero %
40-45 7 1.75%
45-50 17 4.76%
50-55 53 13.28%
55-60 89 22.31%
60-65 85 21.30%
65-70 68 17.04%
70-75 49 12.28%
75-80 20 5.01%
80-85 9 2.26%

Nadie llega a su velocidad “máxima” antes de los 40 pies. Solo hay siete jugadores que la alcanzan en el incremento de los 40 a los 45 pies. Otros 17 lo hacen entre los 45 y los 50 pies. La gran mayoría de los jugadores lo hacen entre los 50 y los 70, y hay algunos que no llegan hasta que los 90 pies están cubiertos.

Correr las bases no califica como condiciones óptimas para la velocidad máxima. Bobby Witt Jr. está a la altura de los corredores más rápidos del béisbol. Corre 60 yardas en 6.40 segundos y 10 yardas en 1.54 segundos según su perfil de Perfect Game (de hace cinco y seis años respectivamente). Witt está en el percentil 100 de velocidad al esprintar, con 30.4 segundos, pero si cubrió los primeros 30 pies de una carrera de 60 pies en alrededor de 1.5 segundos… esos últimos 150 pies le llevaron 4.9 segundos, es decir, 30.6 pies por segundo de velocidad al esprintar. Si tuvo ese comienzo de 1.54, entonces está en casi 30.9.

Cabe señalar que 90 pies no es distancia suficiente para acelerar a toda velocidad, y mucho menos 75. Los velocistas de élite alcanzan su velocidad máxima durante el rango de 40 a 50 metros, unos 130/160 pies. La oportunidad óptima para alcanzar la velocidad máxima es en extrabases o cuando surge la posibilidad de ir de primera a tercera o de segunda a home, cuando la base se ha rodeado y el corredor puede pasar de la fase de aceleración a la velocidad máxima sin tener que pensar en girar o reducir la velocidad por un rato.

No digo que los jugadores de la MLB sean velocistas de élite, pero algunos, como Witt o Corbin Carroll, son extremadamente rápidos. Correr unos 40 o 50 pies antes de tener que pensar en reducir la velocidad nuevamente pone un límite a lo que pueden hacer, y algunos corredores serán mejores tanto en la aceleración como en la desaceleración que, en la parte de velocidad máxima, lo que puede afectar a porque ciertos jugadores corren más de lo que esperamos en función de su velocidad (además de leer al lanzador de manera efectiva y medir el tiempo del salto). En otras palabras, digo que estos números no representan las velocidades máximas reales de estos jugadores, pero son lo mejor que tenemos por la rapidez con la que alcanzan y mantienen una velocidad máxima apropiada para práctica del béisbol.

Acelerar de manera efectiva parece ser un componente extremadamente importante sobre el que no tenemos buenos datos. Veamos una comparación de dos corredores claramente por encima del promedio, José Siri y Ronald Acuña Jr.:

Cada barra representa el tiempo que se tarda en cubrir cada segmento de cinco pies de un total de 90. Acuña sale rápido de la caja y ya le está metiendo tres centésimas a Siri cuando llegan a los cinco pies. Suena a diferencia pequeña, pero como sabemos, las fracciones de segundo pueden marcar la diferencia, es cerca de un pie en las velocidades que estamos manejando. Acuña ha duplicado esa ventaja en 25 pies y la mantiene hasta los 45.

Es entonces cuando Siri enciende los motores. No cubre ninguno de esos segmentos de cinco pies en menos de 0.2 segundos hasta que pasa los 35 pies. Luego se vuelve cada vez más y más rápido. Él es, de hecho, uno de los pocos jugadores en la tabla anterior que no alcanza su velocidad máxima hasta que los 90 pies están casi cubiertos, y es dos centésimas más rápido que Acuña. Como resultado, ambos cubren los 90 pies en tiempos idénticos, 3,85 segundos, pero solo porque Siri enciende los motores en los últimos 45 pies.

Cuando robas bases no tienes ni siquiera mucha distancia en la que trabajar. Siri es más rápido que Acuña a máxima velocidad, casi dos pies completos por segundo: 29,9 frente a 28,1. Tienen un SBA% casi idéntico este año, alrededor del 24%. Tal vez Acuña podría ser atrapado con incluso más frecuencia, pero es tan rápido que hace que los receptores apresuren los lanzamientos o se los coman por completo porque está demasiado lejos en la línea cuando reciben la pelota.

Este es solo un ejemplo, pero hay mucho más por explorar. La próxima semana analizaré si podemos usar algo de esto para mejorar nuestra comprensión de la acción de robar bases y si hay jugadores que podrían ser candidatos por tener éxito con más frecuencia de lo que lo han hecho.

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