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Image credit: Stephen Brashear-USA Today Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

Los Houston Astros firman al LZ Josh Hader por cinco años y $95 millones de dólares.

De cara a la temporada 2024, los Astros son similares a un protagonista de cierta edad en innumerables comedias de bajo presupuesto, ese padre agobiado que de repente, con la ayuda de una espalda tensa o un adolescente avergonzado, se da cuenta de que ya no es tan joven. En todos los casos, la reacción provocada es idéntica: es comprensible como premisa, pero también… ¿se dan cuenta ahora? ¿Llevan una década sin tener que alcanzar un autobús o sin conocer una nueva plataforma de redes sociales?

Los Astros no son exactamente antiguos, en lo que a equipos modernos se refiere. Su edad promedio de bateador de 28.8 años la temporada pasada fue la quinta entre todas las alineaciones, más de dos años más joven que la de los Dodgers; su edad promedio de lanzador de 29.2 años estuvo más cerca de la media de la Liga que del equipo más vetusto, perteneciente a los Mets y su edad promedio de brazo fue de 31.9 años. Aun así, el fichaje representa un cambio: al reforzar el bullpen con el mayor contrato para un relevista en la historia (teniendo en cuenta la valoración de la Liga del acuerdo diferido de $102 millones de dólares de Edwin Díaz), Houston ha admitido tácitamente que las cosas por fin están cambiando a medida que su núcleo envejece y amenaza con astillarse. El excelente ensayo de Mike Piellucci en el próximo Anuario 2024 de BP explora a los Astros en la edad madura, y aunque este contrato no lleva a Josh Hader tan lejos, corriendo a través de su temporada de edad-34, parece una admisión de que este equipo simplemente no puede mantener la máquina funcionando para siempre sin un cambio en las tácticas, y que los próximos años podrían ser la mejor oportunidad por un tiempo para asegurar un título más.

Para una organización que ha llegado a siete Series de Campeonato consecutivas en gran parte sin la ayuda de la agencia libre—la garantía de $ 58.5 millones del año pasado a José Abreu fue, por mucho, el mayor compromiso de la era moderna de Houston con un agente libre no vinculado previamente a la organización, y tampoco fue de mucha ayuda—Hader podría parecer una elección sorprendente. La primera gran salpicadura del gerente general Dana Brown en la agencia libre, cuando Alex Bregman y José Altuve se acercan a años de contrato y en los talones de la jubilación de Michael Brantley, fue el refuerzo al bullpen. Pero tal vez era de esperar, dado lo mucho que el dominio en el relevo ha sido una piedra angular de los sueños dinásticos ligeramente abollados de Houston. Ryan Pressly está bajo contrato por otra temporada, con una opción de club de 2025 en el bolsillo de Houston detrás de eso. Pero Kendall Graveman no estará disponible todo el año mientras se recupera de una cirugía en el hombro derecho, y se espera que llegue a la agencia libre después de esta temporada. Ese par no son de ninguna manera el alcance de la profundidad del picheo de Houston dado que cada uno de sus relevistas más utilizados, Bryan Abreu y el actual agente libre Héctor Neris, terminaron 2023 con un ERA muy por debajo de dos. Pero ninguno había tenido el hábito de cerrar juegos, y ahora los Astros tienen dos opciones dedicadas a esa causa.

Hader no ha sido exactamente el mismo lanzador que alguna vez fue en el último puñado de años, aunque el “mismo lanzador” al que se hace referencia era el indiscutible mejor relevista del béisbol, un título que solo Díaz ha agarrado realmente desde las asombrosas campañas 2018-19 de Hader. No del todo ese tipo se ha mantenido entre los relevistas más efectivos del momento: desde 2021, Hader posee un DRA- de 80, ponchando a dos de cada cinco bateadores y promediando 34 salvamentos por temporada. Mientras que las primeras temporadas de Hader acumularon enormes totales de entradas, por encima de 75 en cada una, en virtud de apariciones de varias entradas en momentos de alta presión, desde entonces el zurdo ha puesto su pie en el suelo sobre lo que solo puede describirse como uso excesivo. Sigue siendo sólido en apariciones de una sola entrada, el material sigue siendo tan asqueroso como siempre, pero sus batallas con la ubicación han aumentado, y ha disminuido su tasa de ponches, mientras que las bases por bolas se han disparado.

Aunque nunca ha sido especialmente exigente en lo que respecta a la ubicación—no hay necesidad, cuando puede conseguir tantas abanicadas—la propensión de Hader hacia las caminatas ha aumentado últimamente. En cada una de sus campañas de 2-WARP, caminó a menos de uno de cada 10 bateadores, una hazaña que ha igualado sólo una vez desde entonces. La temporada pasada marcó el récord de su carrera con un 13% de bases por bolas, superando incluso su temporada pandémica. La velocidad de su legendaria combinación de sinker y slider ha seguido aumentando, con una media de 97.5 mph (157 kph) en 2022 y una mph menos la temporada pasada, pero los ponches han ido en la dirección equivocada últimamente. Excluyendo la pandemia, Hader registró al menos cuatro temporadas consecutivas en las que ponchó al menos al 40% de los bateadores, una racha que terminó cuando parecía completamente mortal después de la fecha límite de intercambios de 2022. Una tasa de ponches del 36% en 2023 fue un cambio desde el primer tramo del zurdo como Padre, pero aún muy por debajo del estándar de su carrera.

Si hay un lugar para que Hader vuelva a su mejor yo, podría ser en Houston, que durante mucho tiempo ha sido famoso por su capacidad para producir relevistas de cierre. Ha habido una gran preocupación acerca de las luchas que Hader podría tener con las graderías de Crawford en Minute Maid Park, dadas sus tendencias a los elevados en contacto y el hecho de que la base de su ERA de 1.28 en su última temporada antes de la agencia libre fue igualar un mínimo de carrera de tres cuadrangulares permitidos, pero en un sentido más amplio no importa mucho cuántos elevados, o incluso cuadrangulares, Hader permite si puede volver a servir ponches.

Hay muchas diferencias entre una tasa de ponches de 30s y una de 40s, la principal de ellas es que en cierto umbral el número de corredores de base que un lanzador permite simplemente no importa tanto. Hader permitió 15 cuadrangulares en 2019—seguro, se enfrentó a casi 300 bateadores esa temporada, pero esa es la cifra que uno esperaría de un abridor a lo largo de una temporada casi completa. Pero una tasa de cuadrangulares del 5.2% no importó. Con un WHIP casi 30 puntos más alto la temporada pasada que en 2019, mucho dependía de la capacidad de Hader para encallar corredores y evitar la bola larga. Esa ecuación tiende a desmoronarse cuando un lanzador puede tumbar a los bateadores tan fácilmente como Hader ha sido capaz típicamente. Teniendo en cuenta los riesgos a corto plazo de las temporadas individuales de relevo, no es el minúsculo ERA del año pasado lo que los Astros están pagando, sino el talento que lo sustenta. Si Hader puede ponchar al 36% de los bateadores y caminar al 12%, es uno de los mejores relevistas del juego. Si puede ponchar al 45% de los bateadores y caminarHader al 9%, es el tipo de arma que cierra una Serie Mundial. El tipo que consigan los Astros podría ser la diferencia en más de un título divisional en los próximos años, cuando Houston podría tener muchas oportunidades de hacer que los Rangers se arrepientan de haber sido superados en la puja.

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