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Image credit: Charles LeClaire-USA TODAY Sports

Traducido por Marco Gámez

El sueño aún no está muerto, pero está muriendo. Cuando Elly De La Cruz salió por las puertas de su primera temporada completa (y la segunda bajo reglas que están resultando tener un efecto extremo en los números de bases robadas en toda la Liga) habiendo alcanzado mucho éxito en estafar almohadillas, hubo muchos fanáticos que esperaban que fuera el primer jugador que robase 100 bases en una temporada de Grandes Ligas desde Vince Coleman en 1987. Tenía 18 robos a finales de abril y, a mediados de mayo, parecía que era sólo el comienzo. El 16 de mayo tuvo ese juego increíble en Los Ángeles, con cuatro hits y cuatro robos. Durante ese exitoso lapso, logró 12 robos en mayo y totalizaba 30 en la temporada, con una tasa de éxito muy alta. Hubo un momento en el que incluso Lou Brock (118 robos en 1974) y el récord moderno de Rickey Henderson (130 en 1982) parecían estar al alcance, si las cosas salían bien.

Sin embargo, desde entonces todo ha cambiado. De La Cruz se fue en blanco durante los siguientes tres días, e incluso una vez que comenzó a alcanzar la base nuevamente, parecía haber perdido la confianza en sí mismo. El velocista dejó de intimidar a los rivales con sus piernas. Solo robó dos bases en la parte final de mayo, y aunque solo ha sido atrapado una vez en junio, hasta los juegos del pasado miércoles, solo ha robado cinco bases más, 

¿Por qué dejó de robar? La ofensiva de los Rojos ciertamente no se ha convertido en un gigante del bateo que no lo necesita. En todo caso, necesitan más de lo que él es capaz de crear: caos, grietas en la defensa contraria, lanzadores distraídos. Nada de eso ha ocurrido.

Cada vez que un jugador deja repentinamente de robar bases (aunque, para estar claros, sólo se puede llamar al patrón actual de De La Cruz un “paro” relativo; porque, a pesar de todo, durante esta desaceleración de cinco semanas, ha robado bases a un ritmo de 30 estafas proyectadas para una temporada completa), hay algunas posibles razones para investigar. Revisémoslas.

Posible razón número 1: Los lanzadores están prestando más atención

Incluso después de su emocionante y agresiva temporada de novato, De La Cruz tuvo que demostrarle a la Liga que realmente va a correr tanto como el que más en el béisbol. A principios de la temporada, tal vez pudo correr más libremente, porque los lanzadores fueron demasiado flojos en sus esfuerzos por mantenerlo cerca. Sin embargo, después de ese banquete temprano, podrían haber comenzado a intentar detenerlo con más lanzamientos. O, tal vez, están evitando deliberadamente tratar de sorprenderlo en primera base, porque sabemos que, bajo las nuevas reglas de desentenderse del corredor, los intentos fallidos de sorprender al corredor sólo sirven para aumentar dramáticamente la probabilidad de un intento de robo posterior.

En resumen: no hay nada de eso. Para decirlo con un poco más de cuidado, podemos desglosar el ritmo al que los lanzadores han intentado sorprender a De La Cruz cuando está en base en situaciones potenciales de robo (una base abierta delante de él) por mes, y tratar de igualarlo con sus cambios en la tasa de intentos.

Durante toda la temporada, los lanzadores lanzan a la base a una tasa del 14.4% cuando De La Cruz está en una posición propicia para los robos. (Es decir, el número de intentos de sorprender contra él es el 14.4% del número total de lanzamientos realizados mientras estaba en esas posiciones en la base). Esa no sólo es la tasa más alta de la Liga, sino un 3.0% más alta que la misma tasa para Jonny DeLuca de los Rays. La diferencia entre la tasa de lanzadores que lanzan contra De La Cruz y la tasa con la que lo intentan contra DeLuca es mayor que la diferencia entre las tasas de DeLuca y Bobby Witt Jr., quien ocupa el puesto 22 en la lista entre los jugadores calificados. La tasa ha aumentado un poco este mes (del 14.0% y el 13.6% en abril y mayo, respectivamente, al 16.5% en junio), pero a menos que haya una línea brillante mágica en el 15% por encima de la cual los intentos de sorprender realmente disuadan a un corredor de despegar eso no explica mucho lo que ocurre. De La Cruz ya era el chico que los equipos perseguían con mayor frecuencia, y eso no lo detuvo desde el principio. La tasa de intentos de los lanzadores en su contra desde el 17 de mayo, en realidad, ha disminuido ligeramente, en relación con la parte anterior de la temporada hasta ese momento, del 14.6% al 14.0%. Vamos a la siguiente posible explicación. 

Posible razón número 2: Cambios en la dinámica de la alineación

De La Cruz comenzó la temporada como sexto bateador en el orden al bate de Cincinnati la mayoría de los días, pero después de su excelente comienzo, lo subieron al segundo lugar en el orden. Quizás, en el beisbol moderno, sea más difícil correr desde allá arriba. Tal vez los equipos simplemente prefieran dejar que sea el medio de su orden al bate el que triture (incluso, como ha sido el caso de los Rojos gran parte del tiempo este año, cuando en realidad no lo están haciendo), de modo que cuando los que preparan la mesa llegan a la base, la luz del semáforo permanece en rojo o en amarillo.

Hay un poco más en esto. Sin embargo, para verlo, necesitamos dividir los intentos de robo en las dos situaciones diferentes que existen realmente: intentos de robar segunda base e intentos de robar tercera base. En FanGraphs, Leo Morgenstern acaba de escribir sobre las tendencias en toda la Liga con respecto a esto último. Míralo y notarás que De La Cruz ha intentado robar la tercera base 15 veces este año, lo que lo convierte en uno de los jugadores más agresivos en esa subdivisión del robo.

Desde su ascenso en el orden, De La Cruz tiene exactamente las mismas ganas de intentar robar la segunda base. Intentó robar la segunda base en el 42.1% de sus posibilidades cuando lo escoltaba el tercio inferior del orden de turno al bate, cuando bateaba sexto. Tiene el 42.2% de intentos siendo seguido por el tercero, cuarto y quinto bateador, desde que le asignaron su ascenso en la alineación. Ni a él ni al cuerpo técnico de los Reds les preocupa que De La Cruz distraiga a los bateadores saliendo desde primera.

Sin embargo, una vez que llega a la segunda base, las cosas cambian. Claramente, el jugador, el equipo o ambas partes creían que era importante para él pasar de segunda a tercera precediendo a los bateadores más débiles en una de las alineaciones al bate más débiles de la Liga. En 11 oportunidades, De La Cruz salió a buscar tercera siete veces. Sin embargo, desde su ascenso a la segunda posición en el orden al bate, y con el corazón del orden a continuación, De La Cruz ha intentado robar la tercera base sólo ocho veces en 21 oportunidades.

Sin embargo, esa no es toda la historia. Las ocho ocasiones en las que De La Cruz despegó se produjeron en el primer mes después de realizar su cambio de colocación en la alineación. La última vez que robó la tercera base fue el 23 de mayo, lo que significa que ha pasado casi un mes. Su lugar en la alineación no ha cambiado desde entonces, por lo que obviamente algo más ha causado su nuevo conservadurismo.

Mañana seguiremos con este análisis.

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