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Image credit: © Kamil Krzaczynski-USA TODAY Sports

Traducido por Pepe Latorre

La semana pasada Ginny Searle nos trajo las opciones de traspaso de Garrett Crochet. Antier se informó que no tiene “ningún interés” en pasar al bullpen y que solo lanzará en la postemporada si firma una extensión de contrato con el equipo que lo adquiera. Lo que podría suceder ya era complicado, pero además hay que añadir que su equipo actual es el líder actual de la liga en talentos desperdiciado. Ahora, es aún más complicado.

Aunque las declaraciones de Crochet sobre la situación pueden generar opiniones muy distintas y enfrentadas, es lógico preguntarse cuánto más puede lanzar este año. Si nos vamos a casos “similares” nos encontramos con la temporada 2015 de Matt Harvey. Esa temporada todavía nos recuerda lo peligroso que puede ser ignorar un límite de entradas. Las 219 entradas de Harvey aquel año parecieron ser el primer triunfo del que el héroe sale victorioso, pero terminaron siendo el presagio de una tragedia griega, con los nativos reunidos en las escaleras del palacio solo para darse cuenta de que tocaba llorar en lugar de celebrar. El diestro nunca se volvió a acercar a un total de entradas tan alto durante el resto de su carrera. Al igual que los mariscales de campo en la NFL, los lanzadores de primer nivel son codiciados y tratados como una especie protegida.

Crochet ha lanzado 89 y ⅓ entradas más este año que el año pasado. Es un incremento de 10 entradas respecto al lanzador más cercano, Trevor Rogers, y casi un 30% más que el aumento que Ryan Feltner ha visto en su carga de trabajo. Volviendo a 2018 (y [agita el puño con furia] excluyendo 2020-21 debido a la pandemia), es el 14º mayor aumento interanual para cualquier lanzador. Y eso es solo hasta ahora. Como se señaló la semana pasada todavía iniciará otros 8 ó 10 juegos. Ha promediado 65 lanzamientos en sus últimas cuatro apariciones, y aunque ha llegado allí con una amplia gama de lanzamientos por salida, podría ser justo donde los White Sox lo quieren el resto del camino. Subirá en los rankings aunque ellos o un nuevo equipo limiten su carga de trabajo.

Los 14 nombres que le preceden pueden dividirse en un par de grupos diferentes. Este es el primero:

Jugador

Temporada

Aumento de entradas de un año a otro

Yu Darvish

2019

132 ⅔

Noah Syndergaard

2018

126

Miles Mikolas

2022

121

Jeff Samardzija

2019

113

Adam Wainwright

2019

109 ⅓

Wei-Yin Chen

2018

103 ⅓

Zach Eflin

2023

100

Shane Bieber

2022

97 ⅓

Carlos Carrasco

2022

91 ⅔

Jeffrey Springs

2022

90 ⅔

Estos datos incluyen a cualquier lanzador que haya lanzado al menos 10 entradas en una temporada determinada. También incluye entradas de Ligas Menores para evitar la inclusión de alguien como Hunter Brown, quien lanzó un montón de entradas como abridor en Triple-A antes de ser ascendido. En cualquier temporada completa en particular hubo entre 619 y 674 jugadores calificados. Hasta ahora, en 2024, ha habido 552. El objetivo era ampliar la muestra para poder ver  la mayor cantidad posible de aumentos significativos en entradas lanzadas.

​​De estos 10 lanzadores cinco habían alcanzado o superado las 200 entradas en una temporada como jugadores de Grandes Ligas y ocho habían registrado al menos 191. En conjunto, pasaron al menos parte de una temporada en una plantilla de Grandes Ligas antes de su alto incremento en entradas de un año al siguiente, algo que fue fruto casi exclusivamente de las lesiones. La única excepción es Springs, que no ha podido mantenerse sano desde su único año completo en la rotación. En general, este es un grupo de jugadores experimentados que conocían (y habían podido aprender) los límites de sus cuerpos y cómo maniobrar a través de temporadas largas y difíciles.

Aquí está el otro grupo de lanzadores que han tenido incrementos significativos más grandes que Crochet hasta este punto de la temporada:

Jugador

Temporada

Aumento de entradas de un año a otro

Andrew Heaney

2018

137

Michael Soroka

2019

118 ⅓

Bailey Ober

2023

94 ⅓

Después de sufrir problemas de lesiones al principio de su carrera, Heaney alcanzó un récord personal en entradas lanzadas en 2018. Tenía 27 años y se fue hasta las 186 y ⅓. Por WARP, fue dos veces y media más valioso ese año de lo que ha sido en cualquier otra temporada en las Grandes Ligas. Una gran parte de eso tiene que ver con períodos en la lista de lesionados y la transición a ser utilizado en la rotación y desde el bullpen a medida que envejecía, pero esa nunca es la primera opción de nadie. Es aún más extremo con Soroka, cuyo WARP de 3.1 en 2019 en 174 y ⅔ entradas representa el 75% del valor acumulado durante carrera. Soroka también ha sido castigado por las lesiones y no ha cruzado ni siquiera las 90 entradas en una sola temporada desde entonces. Últimamente se está asentando como relevista en los White Sox, el mismo equipo que está tratando de determinar qué hacer con Crochet. Y es algo que podría estar determinando el resto de su carrera.

Aunque Ober ha tenido un éxito relativo al dar continuidad a la sólida campaña del año pasado con otra este año, es difícil decir si realmente ofrece una posibilidad diferente para Crochet o cualquier lanzador que de repente acumule entradas. Al igual que Heaney, su gran incremento se produjo cuando ya tenía 27 años y está en camino de alcanzar su récord personal en entradas. Con una bola rápida que llega a poco menos de 92 mph, también lanza más suave que Heaney en relación con el resto de la Liga. Lo hace con un cuerpo atípico que es el más grande de todos los que se analizan aquí, mide 2.10 metros y pesa 115 kilos. Ha sido abridor durante toda su carrera profesional.

Algo más a tener en cuenta: entre todos estos nombres, la bola rápida promedio de Crochet (97.1 mph) es más fuerte que la de todos en el año en que se produce el incremento en sus entradas, exceptuando la de Syndergaard (97.7). Su eficiencia no puede cuestionarse (ha lanzado más de 90 lanzamientos en solo nueve de sus 22 aperturas) y obviamente los White Sox no están en una situación en la que tengan que ganar cada partido. Aún así, con una mayor velocidad asociada a un mayor riesgo de lesión, y con las lesiones siendo protagonistas de estas listas, la mejor manera de manejar a Crochet no está clara. La muestra es pequeña y sus ejemplos no son nada alentadores. Sus excepcionales habilidades y la falta de un historial significan que no tenemos nada con qué compararle, lo que lo convierte en un desconocido en un juego que busca definirlo todo. Frente a esa incertidumbre es comprensible qué Crochet busque estabilidad en lo económico.

Tal vez lo más fácil sería hacer un juego de palabras entre Crochet y lo que cuenta enhebrar una aguja. La diferencia entre tejer a crochet y a punto es sutil. Los puntos en crochet son nudosos, lo que significa que la tela cede menos. En punto, los puntos se estiran. Si llamas tejedor a una persona que hace crochet, o viceversa, es posible que te mire con malos ojos. Quieres hacerlo bien, pero como la mayoría de las cosas en la vida, permitir que ceda puede evitar que te derrumbes por completo.

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