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Image credit: © Katie Stratman-Imagn Images

Traducido por Marco Gámez

Elly De La Cruz es un jugador electrizante. Podría dedicar este artículo completo a un resumen de los momentos estelares de EDLC. La vez que robó la segunda base, la tercera y el home. Sus jonrones de más de 400 pies (122m). Su brazo que tira rayos láser y que aniquila corredores. Sus atrapadas, de espalda al plato, en los jardines. Los has visto. Sabes de lo que estoy hablando.

Mejor, quiero hablar de sus exclusivos números en negritas. Desplázate hasta su página en Basebal-Refrence  y verá tres cifras de esta temporada en negritas. Primero, sus bases robadas, líder en la MLB, 64. (Todas las cifras de este artículo corresponden hasta los juegos del 19 de septiembre). A esto le acompañan sus 16 veces puesto out tratando de robar, líder en la MLB. Esa cifra es indicativa de muchos intentos de robo de bases, no de falta de éxito; su tasa de éxito es un sobresaliente 80%. No es raro que los ladrones de muchas bases también sean atrapados con frecuencia.

Pero la tercera cifra no es la que esperarías de un jugador que roba muchas bases. También lidera las Mayores con 204 ponches. Eso choca con nuestra percepción de los jugadores veloces. Desde Ty Cobb hasta Maury Wills, pasando por Ozzie Smith y Juan Pierre, cuando pensamos en ladrones de bases, pensamos en bateadores orientados al contacto que se apuntan un toque de bola o batean un roletazo que pasa entre dos jugadores del cuadro interior, y están listos para comenzar a correr. Los que roban no son los bateadores con swings de todo o nada, tampoco van trotando por las bases o caminan de regreso a la caseta estilo Joey Gallo.

Hace años, Bill James introdujo el Número de Poder-Velocidad, una medida que creó para medir la capacidad de los jugadores para combinar las habilidades aparentemente dispares de los cuadrangulares y las bases robadas. Es la media armónica de cuadrangulares y bases robadas, es decir (2 * Jonrón * Base Robada) / (Jonrón + Base Robada). Los líderes incluyendo toda su carrera son Barry Bonds, Rickey Henderson, Willie Mays, Alex Rodríguez, Bobby Bonds y Joe Morgan. El año pasado, Ronald Acuña Jr. estableció el récord de una sola temporada con 41 palos de vuelta entera y 73 robos, lo que arroja un número Poder-Velocidad ​​de 53 (Shohei Ohtani tiene actualmente 51 este año).

No es una medida perfecta. Mays, en particular, está claramente en desventaja por jugar durante una era en la que no se enfatizaba en el robo de bases. Lideró la Liga Nacional en estafas todos los años desde 1956 hasta 1959, robando un total de 136 bases en esas cuatro temporadas. Henderson tuvo casi la misma cantidad (130) sólo en 1982. Pero como estadística novedosa que brinda un vistazo rápido a los jugadores que fueron expertos tanto en conectar cuadrangulares como en robar bases, funciona.

Entonces pensé: ¿Qué pasaría si creáramos una para conmemorar las hazañas de De La Cruz? Es bastante seguro que terminará la temporada como el primer jugador en liderar su Liga tanto en bases robadas como en ponches desde (no me digas que ya lo has olvidado) Danny Hoffman, jardinero central de los Atléticos de Filadelfia de 1905, quien encabezó la Liga Americana con 46 robos y 105 ponches. También bateó .261/.312/.333, lo que en realidad era bueno para la Era de la Pelota Muerta.

Calculémoslo de la misma manera que el Número Potencia-Velocidad: (2* Base Robada * Ponche (Base Robada + Ponche). Llamémoslo el Número Correr-y-Abanicar. Oye, es mi estadística. Puedo darle el nombre.

Elly De La Cruz, como era de esperar, es el actual líder de la MLB, por amplio margen. Aquí están los diez primeros.

Jugador Equipo BR    P Correr-y-Abanicar
Elly De La Cruz CIN 64 204 97.4
Shohei Ohtani LAD 51 158 77.1
José Caballero TBR 44 130 65.7
Brice Turang MIL 45 100 62.1
Jazz Chisholm Jr. MIA-NYY 37 146 59.0
Jarren Durán BOS 32 151 52.8
Maikel García KCR 36 96 52.4
José Ramírez CLE 39 79 52.2
Lane Thomas WAS-CLE 32 133 51.6
CJ Abrams WSN 31 127 49.8

Estos son, en general, buenos jugadores. Todos tienen WARP positivo excepto Caballero (-0.5) y Thomas (-0.3). También ilustran que el logro más difícil es el robo de bases. Ignoren al unicornio que es José Ramírez. Hay 152 jugadores con al menos 96 ponches este año, ese es el total de García, que es la menor cantidad de un jugador que no sea Ramírez en esta lista. Obviamente, sólo nueve están entre los diez primeros en Correr-y-Abanicar. Según lo establecido, aquí aparecen diez de los doce jugadores con al menos 31 bases robadas. Los otros dos son Jacob Young, que ocupa el puesto 14, y David Hamilton, que ocupa el puesto 16.

Podrías pensar que, al liderar las mayores tanto en bases robadas como en ponches, De La Cruz está en capacidad de registrar la cifra de Correr-y-Abanicar más alta de la historia. Estarías equivocado. Aquí están los 20 primeros en esa lista.

Jugador Temporada BR P Correr-y-Abanicar
Vince Coleman 1987 109 126 116.9
Vince Coleman 1985 110 115 112.4
Rickey Henderson 1982 130 94 109.1
Vince Coleman 1986 107 98 102.3
Lou Brock 1974 118 88 100.82
Juan Samuel 1984 72 168 100.80
Tom Brown 1891 106 96 100.75
Omar Moreno 1980 96 101 98.4
Ron LeFlore 1980 97 99 98.0
Elly De La Cruz 2024 64 199 97.4
Lou Brock 1966 74 134 95.3
Vince Coleman 1988 81 111 93.7
Rickey Henderson 1983 108 80 91.9
Brian Hunter 1997 74 121 91.8
Jonathan Villar 2016 62 174 91.4
Eric Davis 1986 80 100 88.9
Omar Moreno 1979 77 104 88.5
Willie Wilson 1979 83 92 87.3
Lou Brock 1973 70 112 86.2
Ron LeFlore 1979 78 95 85.7

Como señalé anteriormente, la cifra clave para hacer esta lista son las bases robadas. De las 20 temporadas con el mayor número de Correr-y-Abanicar, 13 tuvieron lugar entre 1979 y 1988, cuando el robo de bases estaba de moda, la era de la pelota al estilo Whitey Herzog, los estadios de grama artificial y los dos mejores primeros bateadores de todos los tiempos (aunque la cifra tope para Tim Raines en Correr-y-Abanicar, 80.4, en 1982, cuando robó 78 bases y se ponchó 83 veces, ocupa sólo el puesto número 40).

Lou Brock merece ser explicado. El miembro del Salón de la Fama, cuyas 938 bases robadas en su carrera ocupan el segundo lugar después de Henderson, era, para su época, un bateador con alto número de ponches. Se ubicó entre los 10 primeros de la Liga Nacional en ponches siete veces, entre los cinco primeros todos los años desde 1963 hasta 1968, excepto 1965.

Y si has oído hablar de Tom Brown, sabes más que yo. En 1891, jugando para los Boston Reds, campeones de la Asociación Americana, era una estrella, bateó .321/.397/.469. Como jardinero central, también se le atribuyeron 23 asistencias, 35 errores y un porcentaje de fildeo de .878, en caso de que te preguntes cuán diferente era el juego hace 133 años.

Con la temporada 2024 llegando a su fin, De La Cruz tiene una buena oportunidad de superar los 100.0, tal vez estar entre los cinco primeros, pero probablemente solo hasta ahí. El récord de ponches en una temporada es de 223 de Mark Reynolds con los Diamondbacks de 2009. Un jugador que se poncha tantas veces en una temporada tendría que robar 80 bases para eclipsar el récord de Coleman. Nadie ha robado hasta 80 bases desde que Henderson registró 93 en 1988.

Tener a Vince Coleman, quien generó 12.5 rWAR y 11.6 fWAR en una carrera de 1,371 juegos, en la cima de la clasificación de Correr-y-Abanicar no es tan genial como tener a Acuña en el primer puesto de Poder-Velocidad. Pero sabes qué, ¿a quién le importa? Ambas métricas miden algo un tanto extraño. Y, en el caso de Elly De La Cruz, algo maravilloso también.

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