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Traducido por Pepe Latorre
Cuando era pequeño me encantaba quedarme despierto hasta tarde mientras veía la televisión. No importaba lo que estuvieran echando. Con la ayuda de la ya olvidada Teleguía o cambiando canales encontraba algo. Sin embargo, muchas veces, incluso cuando encontraba un programa que me gustaba y que realmente seguía con interés (de la manera en que un preadolescente lo puede hacer), me acababa quedando dormido. Repeticiones de viejos programas de televisión, alguna película clásica, SportsCenter con Stuart Scott… lo que fuera. Lo disfrutaba pero al final me quedaba dormido.
Para que quede claro, esto no solo me ha pasado a mí, ni mucho menos. Muchos de nosotros pasamos por esta fase. ¡Lo sigo haciendo de vez en cuando! Y los San Diego Padres también lo han hecho en este 2024.
Todo iba muy bien teniendo en cuenta la situación en la que se encontraba San Diego en el momento del Juego de Estrellas. Nunca fueron muy malos, pero la mediocridad y la determinación por mantenerse en el .500 resultaba tediosa. Entonces llegó el fin de semana del Juego de las Estrellas… y nadie en el béisbol tuvo un mejor récord que los Padres, 43-20.
Todo empezó a ir bien para los Padres. Jackson Merrill presentó su propia candidatura al Novato del Año de la Liga Nacional. Una serie de homers decisivos y una línea de .314/.349/.596 en 61 juegos en la segunda mitad le hicieron mirar cara a cara a Paul Skenes, el favorito. Manny Machado no se quedó atrás, acumuló 16 bambinazos en ese lapso de tiempo mientras bateaba .286/.333/.543. En septiembre, cuando Fernando Tatis Jr. regresó de una lesión prolongada en la pierna, conectó siete homers en 22 juegos, lo que le dio a los Padres otro bate difícil de enfrentar en la recta final. Y de repente Jurickson Profar se había convertido en un All-Star en su undécima temporada en las Mayores. Todo después de un miserable 2023 que pasó fundamentalmente en Colorado.
La verdad es que hubo pocos bateadores malos en el lineup titular de los Padres, incluso el nuevo receptor Kyle Higashioka, conectó 17 cuadrangulares. Donovan Solano firmó un contrato de Ligas Menores con San Diego a mediados de abril y, como si fuera un metrónomo igualó el OPS de .760 que registró en 134 juegos el año pasado con los Twins. No fue un movimiento que salvase la temporada, claro está, pero si un pelotero bueno y productivo que los Padres simplemente decidieron incorporar porque “Oye, ¿por qué no?”
No parecía muy justo que mientras los Padres hacían que todo encajara y se encontraban con una ofensiva bien equilibrada, los planetas también se alineaban para pitcheo abridor. Michael King se destacó como un as después de llegar de Nueva York en el importante traspaso de la temporada en el que se deshicieron de Juan Soto. Registró una efectividad de 2.07 y un OPS de .565 en contra desde principios de julio en adelante. Se ganó una apertura del Juego 1 de los playoffs. Si consideramos que compartía equipo con Dylan Cease, Joe Musgrove y Yu Darvish, no fue una hazaña pequeña. Darvish, en particular, estuvo fuera durante más de tres meses para atender un asunto personal y cuando volvió no había perdido el ritmo. El bullpen era, antes del cierre del mercado de traspasos, una moneda al aire. A.J. Preller corrigió y se hizo con Jason Adam y Tanner Scott. Son dos buenos brazos que taparon las carencias en las entradas finales.
Fue imposible que arrebataran a los Dodgers el título de la División Oeste de la Liga Nacional, pero se plantaron en octubre siendo uno de los equipos más en forma de la competición. Si se les daba la oportunidad de medirse de nuevo con Los Angeles, como sucedió en la Serie Divisional de la Liga Nacional de 2022, tenían una rotación para poner celosos a unos Dodgers devastados por las lesiones. Y su lineup era capaz de medirse con cualquiera.
“Fonzie” Fonzarelli consiguió escapar de una situación complicada sin despeinarse.
Aun reconociendo que los Braves tenían sus propios problemas, fue casi cómico ver con qué facilidad los Padres se deshicieron de un equipo curtido en los playoffs en la Serie de Comodines. King arrasó a Atlanta con una docena de ponches en una victoria por 4-0.
La historia fue similar al día siguiente, cuando Higashioka (que también llegó de Nueva York) conectó un homer por segundo partido consecutivo. Esto dio inicio a una andanada de hits ante Max Fried, el ex héroe de la Serie Mundial. El resultado final, 5-4, nunca se sintió igualdad porque las carreras de Atlanta llegaron al final. Los Padres mandaron a los Braves a casa y consiguieron su cita con los Dodgers.
El Hombre Sin Nombre acaba de liberar a una familia de unos contrabandistas corruptos de la ciudad. Han jurado vengarse de él.
Una derrota por 7-5 en el Dodger Stadium en el primer partido no hizo más que empañar el ánimo de San Diego. No obstante, le batearon duro Jack Flaherty al bullpen de los Dodger en el segundo choque. Tuvieron un momento para recuperar cuando los fanáticos comenzaron a lanzarle cosas a Profar (que les había desafiado durante un robo de homer anterior). Machado convocó a los Padres en el dugout durante la octava entrada. Es un momento que seguramente aparecería en el documental “Merrill-y We Roll Along: The Story of the 2024 Padres”. Seguramente es un proyecto en preparación de cara a su potencial primer campeonato.
El buen ánimo de los Padres continuó en el tercer juego, esta vez en Petco Park. Contrarrestaron el temprano homer de Mookie Betts con seis carreras en la segunda entrada. Fue gracias, entre otras cosas, a un enfático bombazo de dos carreras de Tatis. El grand slam de Teoscar Hernández asustó un poco a los aficionados, pero King se sobrepuso al miedo y con ayuda del bullpen mantuvieron a los Dodgers sin anotaciones durante las últimas seis entradas en una victoria por 6-5. El lanzamiento más rápido del día fue el último: Robert Suárez lanzó a 101.3 millas para ponchar a Gavin Lux.
Al igual que pasó en 2022, los Padres tenían una ventaja de 2-1 en la serie. Lo tenían todo de cara para eliminar a sus poderosos rivales de división en casa en el Juego 4. Una cita con los Mets en la Serie de Campeonato estaba cerca.
Stuart Scott dijo que Kenny Lofton “tan fresco como el otro lado de la almohada (as cool as the other side of the pillow)” cuando le vio hacer una atrapada espectacular para salvar un juego.
En cuanto al otro lado de la almohada, es un lugar cómodo, relajante y tranquilizador. Quizá demasiado relajante.
Y así me fui al Reino de los Sueños, sin recordar exactamente qué dijo “Fonzie” Fonzarelli o si esos contrabandistas encontraron al Hombre Sin Nombre. O el resultado de ese juego entre los Reds y los Marlins que acabó en los minutos finales de SportsCenter.
Como lo hizo la ofensiva de los Padres después del Juego 3. Hay críticas más que justificadas sobre la estrategia de Mike Shildt al poner a Dylan Cease de titular con tres días de descanso en el Juego 4. Fue un desastre de 8-0 y el juego se le escapó a los Padres rápidamente. Tal vez Darvish lanzó más de lo recomendable en un Juego 5 que era a vida o muerte. En la séptima entrada Teoscar le conectó un homer de una carrera mientras que Adam, Scott y Suárez estaban todos descansados y disponibles.
Sin embargo, estos puntos son, en última instancia, notas a pie de página. Lo cierto es que los Padres nunca volvieron a anotar después del homer de Tatis en el Juego 3. Después de no anotar en el choque que igualó la serie, el potente lineup de Machado, Tatis, Profar, Merrill y cía se vio limitado a dos miseros sencillos en la derrota del Juego 5. Los Dodgers los secaron por completo con Johnny Wholestaff en el Juego 4 y después llegaron cinco entradas de blanqueada de Yoshinobu Yamamoto. No hubo respuesta ante Evan Phillips, Alex Vesia, Michael Kopech y Blake Treinen, que retiraron a los 12 bates de los Padres a los que se enfrentaron en el Juego 5.
El béisbol de postemporada es caprichoso. Lo sabemos desde hace mucho, mucho tiempo. Pero sigue siendo bastante sorprendente que el lineup de los Padres estuviera desconectado de esa manera después de pasar el ecuador de la NLDS. Como se señaló en MLB.com, los Padres no habían sido blanqueados durante 24 entradas consecutivas en 2024, hasta que pasó. También fue raro en el contexto de la historia completa de los playoffs de la MLB, ya que ningún equipo de postemporada había sido blanqueado durante esa cantidad de entradas seguidas en 33 años. Aunque el momentum solo existe hasta cierto grado, hay una diferencia notable entre perder momentum y simplemente… desaparecer.
Así se van los Padres de los playoffs del 2024, en un estado de aturdimiento inducido por los Dodgers. Ojalá puedan dormir tranquilos y encuentren la manera de evitar estas situaciones dignas de Beavis y Butt-Head en el futuro.
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