Traducido por Pepe Latorre
Tommy Kahnle no solía ser así. Tiene otros lanzamientos más allá de su cambio de velocidad. Esta temporada lanzó 149 rectas de cuatro costuras, 43 sliders y 13 sinkers, pero en algún momento de octubre decidió que su cambio debía ser su única opción. Los últimos 56 lanzamientos que ha realizado han sido todos cambios, y su dependencia exclusiva de un lanzamiento ha sido una subtrama fascinante durante la postemporada.
Para que esto funcione el cambio de velocidad de Kahnle tiene que ser un lanzamiento excepcional. Si nos basamos en los resultados y la estética, sin duda lo es, pero las métricas no lo aprecian tanto. Su 72,7% de uso durante la temporada regular fue la más alta de la MLB para ese lanzamiento. En la postemporada ha incrementado su uso hasta el absurdo para irse a un 90,3% (112 de 124 lanzamientos). No ha ejecutado un lanzamiento que no sea un cambio desde el Juego 2 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
Veamos qué aspecto tiene:
Ese fue el lanzamiento que cerró el Juego 4 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana contra Brayan Rocchio y los Guardians. El cambio de Kahnle está en las 86-88 mph, tiende a hundirse y alejarse de los bateadores zurdos. Con ese tipo de movimiento es fácil ver cómo genera ponches, contactos débiles y rodados. Un escritor especialmente atractivo dijo una vez que era lo más parecido al airbender de Devin Williams.
Su cambio le ha hecho ganar mucho dinero. Lo utilizó por primera vez como su lanzamiento principal en 2019 con una tasa de uso del 52.4%. Una lesión en el brazo lo limitó a una aparición en 2020 y no lanzó en absoluto en 2021, pero lo utilizó el 76.4% del tiempo en 12 apariciones en 2022, permitiendo siete corredores en base y 14 ponches con 46 bateadores enfrentados. Los Yankees quedaron lo suficientemente impresionados con su cambio como para darte un contrato de dos años y $10.5 millones de dólares.
El contrato está casi terminado. Kahnle acumuló una efectividad de 2.38 en 92 apariciones lanzando cambios aproximadamente tres cuartas partes del tiempo en su tercer período con los Yankees. Ponchó al 29.1% de los bateadores oponentes el año pasado y al 25.7% esta temporada, y su tasa de rodados del 58.9%, la 12ª de la MLB (mínimo de 30 entradas). Los 11 lanzadores por encima de él en esa tabla de clasificación lanzan sinkers, o splinkers en el caso de Jhoan Duran, pero Kahnle no lo hace.
Kahnle recurre al cambio sin importar el conteo o la situación. La mayoría de los lanzadores usan picheos lentos para neutralizar a bateadores del perfil opuesto, pero él lo lanzó el 69.7% de las veces contra bates derechos y el 76.2% contra zurdos. Fue igual de efectivo contra ambos: los derechos batearon .143 con una tasa de ponches del 37.7% ante su cambio, mientras que los zurdos batearon .169 con una tasa de ponches del 39.9%.
Un lanzamiento que logra resultados tan dominantes y cuya ejecución por parte de Kahnle resulta tan estética debería ser apreciado por las métricas de detalle del lanzamiento, pero StuffPro solo lo califica con -0.1, apenas un poco mejor que un cambio de velocidad común y corriente de la MLB. Se ubicó en el percentil 58 en velocidad, en el percentil 61 en movimiento horizontal y en el percentil 26 en movimiento vertical. De los 320 lanzadores que lanzaron al menos 50 cambios este año el de Kahnle se ubicó en el puesto 45 en ponches/swing, en el 53 en tasa de rodados y en el 91 en tasa de strikes cantados.
Su cambio no fue estadísticamente excepcional en ningún sentido excepto en sus resultados. Esto, a botepronto, no tiene sentido, pero la razón por la que puede usarlo constantemente como su lanzamiento principal es la misma razón por la que no obtiene tasas de ponches impresionantes. Lo ubica en la zona baja, donde los bateadores no pueden hacer daño. Aquí tenemos su mapa de calor para el cambio este año:
La mantiene en el borde inferior de la zona o justo debajo de ella. Es casi imposible para los bateadores hacer algo con un lanzamiento en esa ubicación. Tienen que esperar que lance cuatro de ellos fuera de la zona de strike o que cometa un error y deje uno arriba.
Paul Skenes lideró la MLB con un porcentaje de ponches del 56.7 % con su cambio. Aquí es donde lo colocó para conseguir tantos abanicadas y fallos:
El cambio de Skenes casi nunca es un strike. Consigue ponches porque lo tuneliza muy bien con su bola rápida y hace que los bateadores lo persigan fuera de la zona. Es un lanzamiento tremendamente efectivo porque solo lo lanza el 5.3% de las veces y casi siempre para hacer que los bateadores zurdos se ponchen al batear lo que creen (o esperan) que sea una bola rápida. No está diseñado para funcionar en ninguna otra situación, por lo que nunca podría lanzarlo con tanta frecuencia como lo hace Kahnle. Eso funciona perfectamente para él porque el resto de sus lanzamientos son imbateables por otros motivos y va a ganar los próximos 17 Trofeos Cy Young de forma consecutiva.
Es raro que un lanzamiento genere un contacto débil y ponches cuando el lanzador puede lanzarlo para strikes. Por lo general, un lanzador necesita una bola rápida para adelantarse en el conteo, un lanzamiento quebrado para alejar a los bateadores y un lanzamiento lento para que los bates no encuentren su ritmo y poner en aprietos a los peloteros del perfil opuesto. El cambio de Kahnle hace todo lo anterior, por lo que es fácil entender por qué rara vez lanza algo más, pero no va a tener una calificación tan alta como los cambios que cumplen un único propósito y que provocan muchos swings y fallos como el de Skenes.
Kahnle está desafiando a los límites del uso del cambio esta postemporada. En siete apariciones y 7 y ⅔ entradas ha permitido una carrera sucia con cuatro hits y seis bases por bolas con seis ponches ante 33 bateadores enfrentados. En la temporada regular, y al principio de la postemporada, los bateadores sabían que debían esperar un cambio la mayor parte del tiempo, pero su bola rápida de 94 mph seguía siendo una amenaza latente. En sus últimas tres apariciones solo ha lanzado cambios, por lo que no hay que hacer conjeturas, salvo preguntarse si hay otro rastrillo en el suelo. Eso marca la diferencia.
Logró que Josh Naylor abanicaba ante tres lanzamientos consecutivos en la séptima entrada del tercer juego de la Serie de Campeonato:
Incluyendo esa única aparición en el plato contra Naylor, su racha de 56 cambios de velocidad seguidos han producido 20 bolas, 10 strikes cantados, nueve faltas, 12 bolas puestas en juego y solo cuatro strikes con swing. Por supuesto, tres de esos ponches fueron cortesía de un Naylor desquiciado, por lo que solo en uno de los otros 53 lanzamientos alguien hizo swing al aire vacío.
El cambio de velocidad de Kahnle es especial. Es sorprendente que pueda lanzarlo con tanta frecuencia sin volverse insosteniblemente salvaje o dejarlo en puntos peligrosos de la zona de strike. Es cierto que produce muchísimos rodados y una buena dosis de ponches, pero no es el cutter de Mariano Rivera. Los bateadores abanican y fallan cuando lo lanza mucho, pero dejan de abanicarlo cuando lo lanza exclusivamente, y en algún momento lo harán. La racha de cambios de velocidad ha sido divertida, pero es hora de mezclarlo con una bola rápida para sorprendernos a todos.
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