
Traducido por José M. Hernández Lagunes
Últimamente me he dado un atracón con el nivel de reemplazo. Lo que empezó como una pregunta sobre si los jugadores de reemplazo han mejorado con los años (sí) se convirtió en una pregunta sobre qué pasaría si construyeras todo el equipo con jugadores de reemplazo. La respuesta fue sorprendente. Nuestro equipo de jugadores de reemplazo nunca sería bueno, pero nuestra estimación de lo malo que sería se ha vuelto menos horrible en los últimos años. Y la razón es que la eficiencia defensiva en toda la Liga ha mejorado. El modelo que utilicé asumía que los jugadores de reemplazo atraparían la pelota a una tasa media de la Liga. Y en los últimos cinco años, hemos visto una fuerte y sorprendente disminución en la tasa a la que las pelotas bateadas se convierten en outs. Durante algunas décadas, alrededor del 30% de todas las pelotas que se ponían en juego se convertían en outs. Es decir, el BABIP en toda la Liga siempre estuvo alrededor de .300 cada año. Desde 2020, los números han sido .292, .292, .290, .297 y .291. Eso es algo realmente grande y la mayor parte se ha debido a que los equipos han mejorado en la captura de elevados.
Durante la investigación para uno de esos artículos, busqué si los jugadores de reemplazo realmente eran (en general) defensas promedio. En aquel momento, utilicé algunas medidas muy sencillas: para los jugadores de cuadro, la frecuencia con la que los jugadores habían convertido en out un roletazo en su zona; para los jardineros, la frecuencia con la que habían convertido en out un elevado. Esa es una buena parte de la defensa, aunque no toda. Lo que descubrí fue que el grupo de reemplazo anotaba sistemáticamente por debajo del grupo principal.
La cuestión sobre la suposición del promedio de fildeo es que tiene implicaciones muy reales sobre cómo valoramos a los jugadores. Las fórmulas de WAR asumen que un jugador que desapareció durante un tiempo sería reemplazado por un bateador menor, pero que es un jardinero promedio. ¿Es eso cierto? ¿Lo ha sido alguna vez? ¿Es más o menos cierto?
¡Peligro! ¡Detalles matemáticos explícitos a continuación!
Para cada año desde 1993 hasta 2024, encontré a los 30 (o, en el caso de 1993-1997, 28) jugadores que habían jugado más tiempo en cada una de las ocho posiciones defensivas en cada temporada. Esos se convirtieron en mis “titulares”. Todos los demás eran sustitutos. Como métrica defensiva de elección, utilicé la Zona Total, que se utiliza en Baseball Reference para la época anterior a las Carreras Defensivas Salvadas y que todavía se calcula. También utilicé DRS, aunque sólo pude remontarme a 2003. Ambos acabaron contando la misma historia. Ambas son medidas más completas de la defensa, teniendo en cuenta cosas como el rendimiento en rolas, líneas, elevados, convirtiendo doble plays, y atrapando corredores o hacer que se queden en las bases.
Para cada uno de los titulares, sumé el total de carreras salvadas y lo dividí por las entradas jugadas, para luego prorratearlo a 1458 entradas (162 partidos * 9 entradas). Hice lo mismo con todos los del grupo de reemplazo.
Esta es la la historia que he encontrado en forma de gráfico para los intermedialistas:

Esta es la de los paradores en corto:

Esta es la de los jardineros izquierdos:

Y esta la de los jardineros centrales:

Se puede ver el mismo patrón una y otra vez (los inicialistas, antesalistas y jardineros derechos también tenían la misma forma básica). El grupo de reemplazo estaba constantemente por debajo de la media y por debajo del grupo titular/principal, excepto en el caso de los jardineros izquierdos. Había mucho ruido, pero en realidad no había una línea de tendencia a lo largo del tiempo en una dirección u otra. El espaciado entre los grupos principal y de reemplazo no era uniforme. Pero una cosa llamó la atención: los jugadores de reemplazo no son jugadores de campo medios y no son iguales en habilidad de campo a los titulares del mundo.
Observé cuál era la distancia media entre los dos grupos a lo largo del tiempo por posición. Todas las cifras reflejan la Zona Total, pero se puede utilizar el DRS y obtener la misma historia.
Posición | Desempeño promedio titular | Desempeño promedio remplazo | Diferencia |
Primera Base | .63 | -1.59 | 2.22 |
Segunda Base | .72 | -1.54 | 2.26 |
Tercera Base | 1.43 | -3.33 | 4.76 |
Shortstop | 1.33 | -4.02 | 5.35 |
Jardín izquierdo | .43 | -.07 | 0.50 |
Jardín central | 1.94 | -3.18 | 5.12 |
Jardín derecho | .94 | -1.19 | 2.13 |
Receptor – Robos/Defensiva | 1.77 | -2.39 | 4.16 |
Receptor – Encuadre/Bloqueo | 3.06 | -2.67 | 5.73 |
Para los receptores, la zona total se basa principalmente en su rendimiento en la puesta out a corredores y las pocas jugadas defensivas de campo que hacen. Sabemos que el encuadre y el bloqueo también son importantes, así que tomé los propios números de encuadre y bloqueo de BP de 2015-2024 y utilizando el mismo sistema básico de elegir a los 30 “titulares” y “todos los demás”, prorrateé su rendimiento colectivo de cada grupo a 24,300 lanzamientos (162 juegos * 150 lanzamientos). El número de encuadres y bloqueos mostró el mismo patrón, con una brecha consistente entre el grupo titular y el grupo de reemplazo. Si se juntan estas dos cifras, el receptor medio del grupo de reemplazo registra una tasa de más de cinco carreras por debajo de la media en el transcurso de una temporada completa.
Un equipo lleno de jugadores de reemplazo estaría, en promedio, unas 20 carreras por debajo de la media de la Liga en defensa durante una temporada completa. No es un gran resultado, pero habría sido suficiente para ocupar el 21º puesto en la MLB en 2024. Eso es probablemente un testimonio del hecho de que hay al menos unos pocos jugadores de banquillo que se mantienen en las listas de la MLB principalmente debido a sus habilidades defensivas, sirviendo sobre todo como reemplazos defensivos en las últimas entradas o que batean lo suficientemente bien como para ser jugadores de banquillo, siempre y cuando mantengan ese guante de oro en su mano.
Y, por lo que sabemos, así ha sido durante las tres últimas décadas. Los jugadores de reemplazo no sólo batean peor que los titulares, sino que también juegan peor en el campo. La semana pasada, descubrí que lo que podríamos esperar de un equipo de jugadores de reemplazo había aumentado en los últimos años y que tenía que ver principalmente con un descenso del BABIP en toda la Liga. Los equipos han mejorado a la hora de convertir las bolas bateadas en outs y mi método asumía que los jugadores de reemplazo también mantendrían este patrón en su totalidad. Me preguntaba si eso era realmente cierto. Y estos datos nos dan una especie de veredicto dividido. Los jugadores de reemplazo son realmente peores que los regulares, por lo que deberíamos ajustar nuestras expectativas de lo que un equipo de ellos podría hacer y ajustarlas a la baja. Pero el hecho de que este patrón aparezca a lo largo del resto de los años significa que también ahí deberíamos aplicar un ajuste similar. Todo el gráfico conserva su forma, con un pico al final, pero también habría que ajustarlo a la baja.
Pero esto tiene mayores implicaciones para el marco del WAR. La fórmula para los jugadores de posición reúne las contribuciones del jugador como bateador, jardinero (en comparación con la media de la Liga para sus posiciones) y corredor de base (en comparación con la media de la Liga), y aplica un ajuste posicional. Los ajustes posicionales se basan en el hecho real de que esperamos cosas diferentes de un primera base que de un campocorto. También se basan en observaciones de lo que ocurre cuando los jugadores cambian de posición. Matemáticamente, esperamos que un jugador de reemplazo sea más débil con el bate, pero asumimos que en general son iguales con el guante que el grupo principal. Y eso no es cierto. Tenemos que tenerlo en cuenta.
Si lo hiciéramos, veríamos que los paradores en corto son aún más valiosos de lo que pensábamos. No sólo es difícil encontrar a alguien que pueda jugar de parador en corto y tener un bate aceptable en la MLB, sino que los que se encuentran no son tan buenos con el cuero. Lo mismo ocurre con los jardineros centrales y los antesalistas. Y… los receptores. Es realmente difícil encontrar un buen receptor. En el transcurso de una temporada, para la mayoría de los jugadores, podríamos estar hablando de una o dos carreras de valor. Eso está generalmente dentro del margen de error aceptado en estas cosas, pero también es un error no forzado. Si nos equivocamos en 4 ó 5 carreras por temporada en el valor de los shortstops y los catchers, eso podría significar mucho en un período de 10 años en la forma en que vemos al jugador.
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