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Traducido por José M. Hernández Lagunes

10 de mayo: feliz cumpleaños, Glen Barker

Conoces a Biggio y Bagwell, Berkman y Derek Bell. Pero, ¿recuerdas al bateador más ligero de Las abejas asesinas? Glen Barker comenzó su carrera en el sistema de los Tigers, seleccionado en la 11ª ronda del Draft del 93 después de jugar en una universidad de su ciudad natal, Saint Rose en Albany, Nueva York, y es el único jugador de la MLB procedente de esa escuela de la División II hasta la fecha. Pasó seis años en el sistema de Detroit, con una media de 37 robos de base por año, pero no pudo pasar de la Triple-A hasta que Houston lo fichó en el Draft de la Regla 5. Se convirtió en su principal corredor emergente durante tres temporadas, incluyendo una serie de postemporada. Después de Houston, pasó algún tiempo en las organizaciones de los Expos, Red Sox, Braves y Orioles, ninguno de los cuales podía justificar un corredor emergente en el lado viejo de los 30 años. Fue uno de los pocos jugadores de posición que registró más partidos jugados (232) que apariciones al plato (197).

11 de mayo: feliz cumpleaños, Kerry Ligtenberg

Entre los relevistas de mediados de los 90s, sólo uno perfeccionó el aspecto de las patillas que parecían auriculares inalámbricos. Se trata de Ligtenberg, un lanzador de bolas de rápidas quien comenzó su carrera profesional sin haber sido reclutado tras lanzar para la Universidad de Minnesota, firmando con los Minneapolis Loons. También fue un jugador esquirol para los Mariners durante la huelga de 1994, volviendo a los Loons en el 95 y finalmente firmando un contrato hecho y derecho con los Braves en el 96. Tenía el material y llegó al bullpen de Atlanta a finales del 97 para asumir el puesto de cerrador de un Mark Wohlers en decadencia en el 98, salvando 30 partidos y consiguiendo algunos votos para el premio al Novato del Año.

Perdió el año siguiente debido a una operación de Tommy John. Salió entero al otro lado, cerrando una docena de juegos en el 2000, pero nunca recuperó su toque del año de novato. Después de 2002, se le dejó libre y pasó varios años con los Orioles, Blue Jays, Diamondbacks y Cubs. Su último año como profesional terminó donde empezó, en un equipo independiente de Minnesota, esta vez en los St. Paul Saints de su ciudad natal en 2009. Tres años más tarde, los Saints lo contrataron como su entrenador de lanzadores; permaneció allí hasta que se convirtieron en un equipo Triple-A.

13 de mayo: feliz cumpleaños, Mike Sirotka

Los libros de historia del béisbol están plagados de relatos tristes de lanzadores con capítulos inacabados por culpa de las lesiones. Así que aquí tenemos otra. El lanzador seleccionado en la decimoquinta ronda en el draft del 93 proveniente de LSU, llegó a los White Sox y debutó en julio de 1995, perdiendo ante Tim Wakefield y los Red Sox. Sólo abriría un puñado de partidos en sus tres primeras temporadas, asentándose finalmente en la rotación para 1998, y liderando al equipo en entradas durante las tres siguientes. Fue uno de los mejores zurdos de la Liga Americana, aunque una vez concedió un hit a Garth Brooks en los entrenamientos de primavera.

En el año 2000, el zurdo fue contratado para una extensión de dos años por $6.8 millones de dólares, y lanzó con una lesión durante toda la temporada antes de convertirse en la pieza central de un intercambio con los Blue Jays por David Wells. En el entrenamiento de primavera, Toronto descubrió que tenía el hombro desgarrado, trató de anular el canje, y Bud Selig dijo algo así como “ni maiz, paloma”. Sirotka no pudo superar esta lesión, y nunca volvió a lanzar profesionalmente. La lección: habla con tu médico si algo te empieza a doler.

14 de mayo: feliz cumpleaños, Takashi Kashiwada

No, no fue el primer lanzador japonés en lanzar en Estados Unidos, pero sí fue el primer especialista en bateadores zurdos japonés. Kashiwada comenzó su carrera con los Gigantes de Yomiuri y brincó entre las Ligas Mayores y las ligas menores, lanzando sólo 33 entradas entre el 94 y el 96. Los jugadores importados suelen ser ya estrellas por derecho propio o son prospectos que quieren demostrar su valía en la MLB. Kashiwada no era ninguna de las dos cosas. Se convirtió en lanzador de Grandes Ligas porque el mánager de los Mets, Bobby Valentine, quería demostrar que Japón estaba repleto de talento en el béisbol, y que cualquier buen lanzador de la Liga Nipona podía ser decente en la MLB.

Hizo un pacto con el mánager de los Gigantes, Shigeo Nagashima, para que le prestara a un lanzador por un año, y escogieron a Kashiwada. Comenzó el año 1997 en Triple-A Norfolk y fue llamado en mayo, lanzando una entrada perfecta en su debut, ganando finalmente tres partidos en relevo en el año. Pero su proporción de ponchados y bases por bolas fue de casi 1:1, y el experimento fue un fracaso. Así es, aquí sólo probamos las cosas una vez y luego escribimos el relato. Regresó a Japón y terminó su carrera con siete temporadas más para los Gigantes.

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