
Traducido por José M. Hernández Lagunes
La situación: Los sorprendentemente competitivos Mariners tienen lesiones y vacíos de producción en la primera base y la receptoría. Su mejor prospecto en la posición de receptor ha parecido la mejor solución durante semanas y la contusión ósea de Kyle Seager ha provocado un efecto dominó en la alineación de Seattle.
Antecedentes: Considerado positivamente como bateador, quien dominó la división universitaria ACC en su tercer año en la Universidad Estatal de Florida, Raleigh fue la 90ª selección general en el draft de 2018. El fornido receptor entró en la pelota profesional con pocas dudas sobre su ofensiva, pero una gran incertidumbre sobre si se mantendría detrás del plato. Pero en 2018, los Mariners aún tenían que comenzar su reconstru— bueno, su “pasito hacia atrás”, y con nada más que la luz del día en términos de profundidad organizacional entre Raleigh y las Mayores, Seattle se ha quedado con el bateador ambidiestro de 1.90m y 105 kilos detrás del plato. Hasta ahora ha recompensado esa fe, adoptando el estilo de cachar con una rodilla en la tierra en la mayoría de las situaciones y mejorando su recepción, mientras trabaja su bloqueo y trabajo general en la tierra a un nivel por lo menos aceptable. El aumento de su nivel defensivo le ha quitado presión a su bate, el cual ha salido como se anunciaba. Raleigh aniquiló en en equipo de Everett de temporada corta en su año de reclutamiento, y luego en 2019 conectó 29 cuadrangulares entre nivel A-alto en Modesto y Doble-A Arkansas. Los ponches fueron una preocupación en la segunda mitad de su temporada 2019 con los Travelers, pero el jugador de 24 años ha pasado el 2021 en Triple-A Tacoma realizando mucho contacto y bateando .320/.374/.600 con solo 25 ponches en 199 apariciones al plato.
Reporte de los visores: Como bateador corpulento desde ambos lados del plato, la mayor pregunta sobre Raleigh siempre ha sido si podría evitar la primera base a tiempo completo. Lo ha hecho hasta ahora, abriendo la posibilidad de ser un bateador por encima de la media que no regalará su juego a la defensiva, aunque su brazo sigue estando por debajo de la media. Su swing está bien preparado para elevar hacia ambos lados del plato, y consigue gran parte de su potencia bruta en los juegos. Ha sido más corto con la pelota en 2021—algunos ajustes menores en el sitio alternativo el año pasado le han ayudado a reducir su tasa de ponches de más del 29% en la segunda mitad de 2019 a menos del 13% este año. Algo de eso es la Triple-A Oeste, mejor conocida como la otrora Liga de la Costa del Pacífico, pero su parque de local en Tacoma juega bastante derecho y el poder fácil de Raleigh tiene un potencial de 20-25 cuadrangulares. A pesar de la baja tasa de abanicadas este año, al igual que muchos bateadores quienes gustan de las bolas altas, tiene un alto riesgo de poncharse cuando se enfrenta a lanzamientos más duros, y ha mostrado una tendencia a perseguir bolas rompientes fuera de la zona en ocasiones. Su swing es un poco rígido, como puede ser típico de los bateadores corpulentos, pero Raleigh al menos ha logrado poner el bate en las bolas que le han engañado con más frecuencia este año que en el pasado.
Futuro inmediato en Grandes Ligas: A pesar de un reciente tramo tórrido de Luis Torrens, hay espacio para que Raleigh juegue casi a diario. Es probable que Evan White se le haya terminado la temporada, Jake Bauers aún no batea y Tom Murphy ha sido mediocre. Tanto Raleigh como Torrens han trabajado en primera base en Tacoma, por lo que es probable que compartan el tiempo allí, así como en la receptoría. El prospecto número 9 en pretemporada de Seattle tiene el conjunto de habilidades para ser un receptor promedio de Grandes Ligas, probablemente con buena potencia, promedio medio y un buen número de ponches, pero sus mejores tasas de contacto en lo que va del año sugieren el potencial para más. No hay nadie que bloquee a Raleigh si parece estar listo.—John Trupin
Impacto en equipos de fantasía: Lo hemos dicho antes y lo diremos de nuevo: los receptores de fantasía son raros, hombre. Y no me hagas hablar de las perspectivas de los receptores de fantasía. Aunque normalmente hay más fallos que aciertos detrás del plato, Raleigh ha impresionado definitivamente esta temporada en Tacoma, reduciendo su tasa de ponches en Doble-A a más de la mitad, manteniendo su poder bruto por encima de la media en el proceso. No preveo que lleve su promedio de más de .300 a las Grandes Ligas, y el slugging de .600 tampoco va a durarle mucho. Sin embargo, con las mejoras en el contacto, es fácil imaginar que Raleigh batee entre .250 y .260 durante el resto de la temporada, con estadísticas decentes en tres de las otras cuatro categorías. Eso no parece mucho, pero Yan Gomes y su línea de .266/.320/.439 con ocho cuadrangulares es actualmente el 10º mejor receptor de fantasía de la temporada según el clasificador de jugadores de ESPN, así que el listón está claramente bajo. Raleigh es una opción sólida para las ligas de dos receptores, sin duda, e incluso podría ser lo suficientemente bueno para entrar en la parte trasera de algunos formatos de un receptor. —Mark Barry
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