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Image credit: joe

Traducido por José M. Hernández Lagunes

Bueno, fue algo decepcionante. La temporada 2021 parecía estar llegando a un gran crescendo, con escenarios locos de tres y cuatro empates para los puestos en los comodines de la Liga Americana, y un potencial Juego 163 entre los Giants y los Dodgers para evitar el Juego de Comodín. Y… y… no pasó nada. El sucio secreto de la MLB es que nunca ha habido ni siquiera un empate a tres por un puesto en la postemporada, pero te juro que uno de estos años llegaremos por fin al Caos Nivel Cinco.

El fin de semana anterior marcó la última carrera de postemporada bajo el actual contrato colectivo de trabajo entre los propietarios de los equipos y el sindicato de jugadores. Hasta este momento, no ha habido un reemplazo para el documento, que expira el 1 de diciembre. Aunque hay cierta preocupación de que no haya uno nuevo para el Día de Apertura del próximo año, el resultado más esperanzador es que las dos partes lleguen a algún acuerdo.

Casi todo está sujeto a negociación. Dados algunos de los cambios de reglas con las que la MLB ha experimentado en las ligas menores (y sus ligas asociadas), es posible que el béisbol de Grandes Ligas de 2022 sea diferente al que estamos acostumbrados. Algo que está en juego es la estructura de la postemporada. ¿Quién entra, quién se queda fuera y quién juega contra quién? El año pasado tuvimos una pequeña muestra de lo que podría venir. Debido a la reducción de la temporada y a la extraña programación durante la pandemia de 2020, la MLB amplió la postemporada a ocho equipos por Liga, siendo la primera ronda una serie al mejor de tres partidos en tres días que se jugaría íntegramente en el estadio del equipo mejor clasificado. Los equipos supervivientes entraban entonces en las conocidas Series Divisionales al mejor de cinco partidos y luego en las Series de Campeonato de Liga al mejor de siete partidos que conducían a la Serie Mundial.

Se habló de que la postemporada ampliada podría mantenerse, aunque la versión de 2021 seguirá el patrón más familiar del juego de comodines, con los seis ganadores de la división esperándolos en la Serie Divisional. Y ciertamente, esa carrera por el Comodín de la Liga Americana nos dio un divertido último par de semanas de la temporada. Es increíble pensar, pero si el formato de ocho equipos hubiera estado en juego este año, el pasado domingo habría sido completamente insignificante. Tampa, Chicago y Houston habrían llegado a la postemporada como ganadores de división, y Nueva York, Boston, Seattle y Toronto habrían llegado al fin de semana con un puesto asegurado en la postemporada, con la única duda de contra qué ganador de división jugaría cada uno. Podría haber habido alguna esperanza para el cuarto mejor registro, que habría concedido a uno de los equipos la ventaja de campo en su serie al mejor de tres, pero nada más habría estado en duda. Incluso los A’s, quienes ocuparon el octavo puesto, no habrían tenido competencia por su última plaza. El fin de semana habría sido un ejercicio de malabarismo con las rotaciones iniciales, descansando a los veteranos y asegurándose de que las piezas clave del bullpen tuvieran sus salidas “necesarias para lanzar” sin extenderse demasiado.

En la Liga Nacional, la batalla entre los Dodgers y los Giants, equipos con 100 victorias, para mantenerse fuera del juego del volado de Comodín (y lejos de los Cardinals, quienes estaban enrrachados), se habría reducido a una vacía lucha por el primer y segundo puesto en la postemporada. Tampoco habríamos tenido mucho drama por el octavo puesto. Los Phillies y los Reds se habrían abierto camino hacia la postemporada, junto con los Padres y su récord perdedor. Tal vez si el formato de ocho equipos hubiera existido, los Mets habrían apretado el acelerador un poco más, y podríamos haber tenido una batalla Mets-Padres al final del año. Eso habría sido… emocionante.

Septiembre (y principios de octubre) habría sido un gran aburrimiento, y aunque el final no estuvo a la altura, el viaje a través del último mes (más o menos) de la temporada fue muy divertido, y lo fue gracias al formato de postemporada de cinco equipos. Tal vez el formato de ocho equipos no sea una gran idea después de todo. ¿Ampliar la postemporada haría que septiembre fuera menos significativo?

¡Peligro! ¡Detalles matemáticos explícitos a continuación!

Primero tenemos que hablar de lo que hace que un partido “merezca la pena” en el contexto de la carrera por la postemporada. Obviamente, en el último día de la temporada, es fácil ver quién tiene un partido “imprescindible”. ¿Pero qué pasa con el 19 de septiembre? Ese día, un equipo puede ser doblado, pero todavía tiene la oportunidad de levantarse de nuevo. Si un equipo está empatado con un puesto para la postemporada ese día, entonces ciertamente vale la pena ver su partido, y ciertamente si están un juego arriba o un juego atrás. Pero si están a cinco partidos de un puesto de postemporada (o cinco partidos arriba), no hay mucho misterio.

He trazado una línea en la arena. Un partido es “significativo” o “digno de ver” o “lo que quieras decir” si un equipo está a tres partidos de un puesto para la postemporada en cualquier dirección (y si nadie ha conseguido ese puesto; no tiene sentido estar a tres partidos con dos por jugar). Como cualquier línea en la arena, se puede borrar y volver a dibujar en la sección de comentarios, pero la elegí porque a tres partidos, alguien puede decir “Bueno, si barriéramos esta serie de tres partidos…”

En teoría, un formato de postemporada de ocho partidos debería producir más drama. Estás hablando de aproximadamente el punto medio de cada Liga en términos de marcas, lo que significa que el último equipo será un equipo medio, y las marcas tienden a agruparse alrededor de la media. Esto significa que habrá más equipos en torno a ese límite. Esa es la receta para un mayor conflicto. Pero no siempre funciona así.

Tomé los datos de 1996 a 2019. (2020 fue “extraordinario”, el conjunto de datos para 2021 no estaba disponible cuando hice esto, 1996 fue el primer año de “Comodín” que no implicó una temporada acortada). Calculé en cada día de la temporada dónde estaba cada uno. Si un equipo estaba a tres partidos de un puesto para postemporada, y aún no se había cerrado o no había sido eliminado, estaba jugando un partido “significativo”. Incluso tuve en cuenta el cambio de 2011 a 2012 con la introducción del Juego de Comodín, ampliando el campo de la postemporada de cuatro equipos por Liga a cinco.

Ya he utilizado esta metodología en el pasado y encontré que el número de juegos significativos que un equipo juega no tiene ningún impacto en su rendimiento en octubre, pero ahora quiero ver si podemos hacer que septiembre sea más significativo.

Esto es lo que encontré, por año, cuando observé los últimos 15 partidos de la temporada de cada equipo. El gráfico puede leerse como el porcentaje de equipos que, en la recta final, jugaron un partido significativo. Llámalo índice de emoción en la recta final.

Vemos que en algunos años hay más emoción que en otros. Añadir un quinto puesto en la postemporada en 2012 tampoco pareció inclinar la balanza. ¿Añadir unos cuantos comodines más a la mano serviría de algo?

Aquí es donde nos ponemos un poco más teóricos. He reprogramado el modelo utilizando los resultados reales de 1996-2019, pero imaginando que los ocho mejores equipos de cada Liga (independientemente de la división) pasaban el corte. Existe la advertencia obvia de que los equipos que se encuentran en el límite (en torno a la división del octavo y noveno puesto), especialmente al final de la temporada, no se jugaban nada. Pero el gráfico sigue siendo instructivo. He superpuesto el sistema de ocho equipos (verde) sobre el gráfico anterior (azul).

En algunas temporadas, el uso de ocho equipos habría producido un septiembre más interesante. En otras, uno menos interesante. Habría cambiado los equipos que luchan por sus vidas en la postemporada, y todo depende de dónde esté la aglomeración entre los equipos, y nunca está en el mismo lugar. El uso de ocho equipos aumenta las posibilidades de que un equipo que hubiera entrado en la Serie Divisional con el sistema actual pueda ser derrotado en la primera ronda de la serie al mejor de tres por un equipo que no hubiera jugado en absoluto con el sistema de cinco equipos.

Hay un detalle que se ha propuesto para la postemporada ampliada. ¿Qué pasaría si sólo se invitara a siete equipos por Liga, y el primer cabeza de serie pasara la primera ronda a la Serie Divisional, mientras que los otros seis equipos jugarían entre sí? Conseguir el primer puesto se convertiría de repente en algo muy valioso.

El domingo antepasado, los Dodgers—que en la pretemporada ya se suponía que estaban preparando sus discursos para su victoria en la Serie Mundial—se encontraron con 105 triunfos, pero en segundo lugar detrás de los Giants, a los que ciertos… um, miembros del ideario del béisbol (sin nombres, pero… por favor, no vayan a consultar el Anuario de Baseball Prospectus para 2021) habían descartado como una historia para la próxima temporada. Si las cosas hubieran salido de otra manera, los Giants y los Dodgers habrían jugado un partido 163 por la corona del Oeste de la Liga Nacional y el derecho a quedarse fuera del Juego de Comodín. Y habrían tirado todo lo que tenían en ese Juego 163. Eso nos dice algo sobre lo valioso que es ese bye.

En un formato de siete equipos por Liga, con el bye automático, hay potencial para el drama en la parte superior de la clasificación y en algún lugar de la mitad, lo que va a producir más juegos con cierta importancia. Una vez más, utilizando la misma definición anterior (dentro de los tres partidos en cualquier dirección del límite entre el primero y el segundo y/o el límite entre el séptimo y el octavo lugar), busqué cuántos partidos habrían sido significativos entre los últimos 15 para cada equipo (rojo).

Ese bye automático para el mejor equipo da más juego a los equipos. No te sorprendas si la MLB presiona para adoptar este formato de siete equipos, no porque sea el más justo o el más agradable estéticamente, sino porque produce el mayor dramatismo en el final de la temporada, a la vez que les da 16 posibles “nuevos” partidos de postemporada para vender.

Pero es más que eso. Me he centrado en septiembre, pero los que somos fanáticos obsesivos del béisbol empezamos el proceso de “Si la postemporada empezara hoy…” en junio. El Día de Apertura, literalmente todo el mundo está empatado, así que según mi métrica de “dentro de tres partidos”, todo el mundo juega un partido importante. A medida que la temporada se revela, algunos equipos se dirigen hacia la cima y otros hacia el fondo.

He aquí cómo cada uno de los tres sistemas se comporta a la hora de producir partidos significativos a lo largo de la temporada. El eje x del gráfico es el número de partidos de cada equipo (es decir, del partido 1 al 162).

El sistema de siete equipos da a más equipos algo interesante que decir a que tienen sus ojos puestos durante toda la temporada, porque el récord superior ahora significa algo. En el sistema de 8 equipos, los equipos que están en la cima pueden querer el derecho a presumir que conlleva el primer puesto, pero si están lo suficientemente lejos del noveno puesto, todo es bastante académico en cuanto a entrar en la postemporada. En el formato de postemporada de 8 equipos, en la fecha límite de intercambios en julio, podrían sentirse lo suficientemente cómodos como para no sentir que tienen que “ir a por todas” tan intensamente. En el formato de siete equipos, tienen un incentivo. La MLB está en su mejor momento cuando más equipos sienten que tienen algo por qué jugar y actúan como tal.

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