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Image credit: Thomas Shea-USA TODAY Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

A veces, no importa la pureza de tus intenciones, la profundidad de tu preparación o el alcance de tus fuerzas, simplemente te quedas sin gasolina. Al destino no le importa si eres los Dodgers y has ganado 106 partidos, o los Giants, quienes consiguieron 107. Herirá tu plantilla de forma tan casual y constante que no tendrás muchas posibilidades. Al destino no le importa si eres los Red Sox y su casi increíble racha de hits oportunos. Al final, esos hits no llegarán con las bases llenas, y puede que no lleguen y punto.

Eso casi puede hacer que suene como si los oponentes de esos equipos en sus respectivas Series de Campeonato—Atlanta y Houston—fueran meros peones que salieron en el lado ganador de una postemporada particularmente calvinista que les concedió un encuentro en la Serie Mundial. No lo son. En particular, los Astros han llegado a esta etapa de la temporada al menos tanto por talento y desarrollo como por suerte. Los equipos no llegan a cinco apariciones consecutivas en series de campeonato gracias a la suerte. Por su parte, Atlanta se ha visto favorecida por una verdadera profundidad de peloteros de Grandes Ligas, notable en toda la plantilla.

Es difícil hablar de los Astros y no quedarse casi mudo al ver su alineación. Cinco de sus bateadores terminaron la temporada con un DRC+ de 120 o más. Sólo 60 bateadores en toda la Liga lo lograron. Otro par de regulares obtuvieron un DRC+ de 112 o más (sólo 82 bateadores lo lograron). Su mejor bateador según esta métrica, Kyle Tucker (130), a menudo batea en el tercio inferior del orden, causando estragos al poner un primer bate antes de lo normal.

Seis de los bateadores de Houston—Tucker, Yuli Gurriel, José Altuve, Carlos Correa, Alex Bregman y Michael Brantley—tienen una tasa de ponches del 18.1% o menos. Los otros tres titulares tienen peores números que el promedio de la Liga del 23.2%—de ellos, uno es el MVP de la Serie de Campeonato, Yordan Álvarez, y los otros dos son Chas McCormick y Martín Maldonado, quienes juegan posiblemente las posiciones defensivas más importantes. Claro, estos son índices de la temporada regular, y sí, estamos más allá del punto donde el tamaño de la muestra importa. Sin embargo, estas estadísticas también muestran lo que la disciplina al plato nivel élite puede hacer por un club, así como la forma en que Houston puede desgastar a los lanzadores rivales a voluntad. Y cuando deciden abanica, te aniquilan.

Su cuerpo de lanzadores podría ser otro asunto. En varios momentos de las dos últimas semanas, era justo preguntarse cómo iban a sobrellevar la pérdida de Lance McCullers Jr. y si a Luis García le quedaba algo en el tanque después de apagarse en la segunda mitad de la temporada. McCullers está fuera de la Serie Mundial, según Jon Heyman, pero Luis García nos ha demostrado que todavía tiene algo de combustible para encender el equipo. Su joya del Juego 6 de la Serie de Campeonato, que fue estimulada por ajustes mecánicos, es una de las principales razones por las que Houston está aquí. Framber Valdez demostró su propia capacidad para ser un as en el Juego 5 al realizar la salida más larga (ocho entradas) de cualquier lanzador abridor este octubre. Ryan Pressly, Kendall Graveman y Ryne Stanek han estabilizado al bullpen. Como mucho, el resto de la plantilla tiene que aguantar sólo otros siete partidos.

Si Houston pone su bien afinado músculo, Atlanta aporta la mística de la postemporada que inspira incredulidad. Como dijo Colby Wilson el otro día, Eddie RosarioEddie Rosario—aportó la mayor probabilidad de triunfo en tres de las cuatro victorias del equipo en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, empatando a Bernie Williams con la segunda mejor marca de WPA en una Serie de Campeonato. Es extraño ver a Rosario anclando realmente cualquier alineación—aunque los Pirates o los Marlins podrían al menos entender—y mucho menos una que esté destinada a la Serie Mundial. Cualquier alineación anclada por él es rarita, pero es especialmente cierto cuando se trata de octubre, porque nunca ha sucedido antes. Joc Pederson está proporcionando una sacudida similar, aunque más familiar y menos fascinante. Aunque se enfrió en la última serie, también consiguió el cuadrangular más largo de la postemporada. Ya ha conseguido más carreras impulsadas en estos playoffs que en cualquier otro, y ha jugado en octubre todos los años desde 2015. Austin Riley se ha enfriado también, sobre todo porque no pudo evitar abanicar en bolas rápidas elevadas y lejos, y en sliders bajos y fuera de la zona. Si puede corregir eso podría ser determinante. Y, por supuesto, todavía está el asunto de Freddie Freeman, que tiene un OPS de postemporada de más de 1.000 en este momento.

Charlie Morton ha estado en casi todas las situaciones de postemporada imaginables, sobre todo con el equipo con el que ahora compite por su segundo anillo. Ha sido fuerte, si bien le falta una salida dominante durante tres turnos durante la postemporada de Atlanta. Podría ser el botón que el mánager Brian Snitker realmente puede presionar en caso de que necesite longitud por parte de uno de sus abridores. Max Fried ha tenido altibajos y a Ian Anderson no se le ha permitido durar más de cuatro entradas contra la más peligrosa de las dos alineaciones que ha visto, y los bateadores de los Astros pintan para suponer una amenaza aún mayor que la de los Dodgers.

Sin embargo, es posible que Atlanta cuente con el relevista más potente en este momento, Tyler Matzek, y por lo tanto puede ser el bullpen más intimidatorio. Ha aparecido en nueve de los 10 partidos de postemporada del equipo. Ha ponchado a 17 bateadores, no sólo la mayor cantidad entre los relevistas sino la quinta mayor cantidad de cualquier lanzador en la postemporada. Su slider ha sido el responsable de poner fin a 11 de esas apariciones, siempre lo suficientemente cerca de la zona como para ser tentador, sin dejar de ser inalcanzable. A.J. Minter y Will Smith han concedido tantos hits (cinco) como carreras limpias admitidas ha concedido Luke Jackson y han registrado un total de 24 y ⅔ entradas. Más allá de esos tres, el equipo probablemente disfrutará utilizando el resto del bullpen de la forma más limitada posible.

Pues finalmente, sólo quedan dos equipos y una última oportunidad de disfrutar de partidos de la MLB hasta el año que viene. Esta temporada, los lanzadores y los receptores se presentaron el 17 de febrero. Para el 3 de noviembre, todo habrá terminado. Un vistazo rápido puede hacer que esta serie parezca como David contra Goliat, pero está mucho más cerca de cuando una fuerza imparable se encuentra con un objeto inamovible. PECOTA sitúa las probabilidades de que Houston gane en un 50.6%. Si el margen fuera más estrecho, no podríamos verlo. Abróchate el cinturón.

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