
Traducido por Carlos Pérez
Hubo un cambio en 2021. En realidad, hubo muchos cambios en 2021. Comencemos con el porcentaje de lanzamientos que están registrados frente a una formación especial en el cuadro en 2021.
Año | Todos los Bateadores | Vs. BD | Vs. BZ |
2015 | 10.0% | 4.1% | 17.9% |
2016 | 13.9% | 6.8% | 23.9% |
2017 | 12.5% | 5.7% | 22.0% |
2018 | 17.8% | 9.5% | 29.6% |
2019 | 26.4% | 15.5% | 41.7% |
2020 | 34.8% | 23.0% | 50.2% |
2021 | 31.0% | 16.8% | 51.5% |
Vemos que los equipos en realidad realizaron menos de estas formaciones en general, pero veámoslo según qué mano. Contra bateadores zurdos, la defensa 3-1 es ahora lo normal en la MLB. Como debería ser. Pero mira la columna de los bateadores diestros—algo sucedió.
Aquí está el porcentaje de reajustes defensivos contra bateadores diestros, por mes, desde 2019 a 2021. Incluí julio 2020 en agosto, ya que la temporada acortada por la COVID comenzó al final de julio, e incluí octubre de 2021 en septiembre.

Eso es un… cambio inverso. Los equipos entraron en 2020 girándose contra los diestros. En la temporada baja 2020-21, algunos se lo pensaron mejor y vemos eso que hasta la temporada 2021 los números bajaron.
Tiene sentido que sucediera así. Sabemos que la formación especial en realidad no funciona contra bateadores diestros. Hay una manera sencilla de probar eso. Empezamos mirando cómo los jugadores rinden cuando no se enfrentan a una formación especial. Por ejemplo, si un jugador batea 26 de 100 en apariciones al plato sin reajuste defensivo, podemos ver qué hacen en situaciones donde sí lo hay. Si la formación especial no hace absolutamente nada, podríamos esperar un promedio de .260 de ese bateador contra el reajuste. Si el valor neto positivo favorece a la defensa, esperaríamos que el promedio de bateo cayera. Si de algún modo el reajuste empeora las cosas, esperaríamos ver un promedio más alto. Podemos hacer eso para casi cualquier resultado de apariciones al plato (o incluso lanzamiento a lanzamiento, si quisiéramos).
En la muestra de un jugador, hay mucho espacio para el ruido estadístico. Pero ¿qué pasaría si miráramos al reajuste como una estrategia general y la sumáramos en toda la Liga? Aquí tenemos los datos de 2021 (he hecho esto antes con años anteriores de datos; solo quiero comprobar si es verdad en 2021). Los porcentajes mostrados son las desviaciones de lo que realmente sucedió frente al reajuste defensivo comparado con lo que habría sucedido de otra manera frente al reajuste. En este caso, un porcentaje +1.4% significa que vimos una tasa de ponches que fue 1.4 puntos porcentuales más alto de lo que habríamos esperado.
Resultado | Todos los bateadores | Diestros | Zurdos |
Ponche | +1.4% | -2.5% | +3.7% |
Base por bolas | +1.3% | +0.7% | +1.6% |
Bateador golpeado | -0.1% | -0.2% | +0.1% |
Sencillo | -1.5% | +0.3% | -2.6% |
Doble/Triple | -0.1% | -0.1% | -0.1% |
Jonrón | +0.2% | +0.2% | +0.1% |
Fuera de juego | -1.1% | +1.6% | -2.8% |
Pelota “en juego” | -2.6% | +2.0% | -3.9% |
OBP | -.002 | +.009 | -.009 |
BABIP | -.012 | -.005 | -.017 |
BABIP de rodados | -.023 | -.003 | -.035 |
Peso linear por AP | -.002 | +.008 | -.009 |
Si miramos a la primera columna, las formaciones especiales en realidad regresaron algo de valor sobre su inversión en 2021. Suprimió el BABIP por 12 puntos (y el BABIP en rodados por 23 puntos), siendo la mayoría sencillos evitados. Y ese fue todo el punto de la formación especial. El problema son los efectos colaterales. Hay todavía una “penalización por base por bolas” y un poco de “penalización de poder”, ya que vemos más bases por bolas y más jonrones de los que podríamos haber adivinado, pero el OBP baja por un par de puntos y los bateadores generan ligeramente menos valor de lo esperado. El margen es pequeño, pero apunta en la dirección correcta, y no hay otro coste en realizar una formación especial.
Cuando lo separamos por bateadores diestros y zurdos, vemos dos historias completamente diferentes. Parte de eso es un problema de geometría. Contra un bateador zurdo, un equipo puede posicionar un jugador en el jardín corto y en este punto, estamos acostumbrados a ver el batazo a través del lado diestro del infield que hace dos décadas habría sido un sencillo, pero que el jugador en formación especial recoge y lo lanza a primera. Contra un bateador diestro, puedes de igual modo ubicar a un jugador en el lado corto del jardín izquierdo, si quieres, pero no es una posición desde donde la que puedes eliminar a alguien mediante un tiro a primera. Esos pasos extra hacia atrás que un jugador puede sostener en el jardín derecho le dan espacio suficiente para atrapar algunas líneas extra y rodados con fuerza, y esos hacen la diferencia. El reajuste defensivo va a ser más efectivo contra un zurdo.
Los bateadores y los lanzadores ajustan sus estrategias apropiadamente. Contra los zurdos, los lanzadores se olvidan del tercio exterior del plato, porque eso “lo mandaría al otro lado” y tienes específicamente una defensa donde “mandarla al otro lado” es lo que quieres evitar. Para hacer eso, los lanzadores tienden a compensar lanzando en la zona a áreas que son más favorables al ponche. O más favorables a “que salga rodando”. Los bateadores zurdos se convirtieron más propensos a poner la pelota en juego, y pueden intentar simplemente pegarle a la pelota sobre cualquiera. Pero los resultados no son grandes.
Para los bateadores diestros, se convierten en cazadores de lanzamientos, más pacientes, pero también realizan más swings de calidad. No necesitan temer la formación especial demasiado, y ponen la pelota en juego más. Eso parece ser suficiente para suprimir los ponches, y son los ponches los que realmente hacen la diferencia entre las dos manos.
Lo que es interesante es que cuando miré si había equipos específicos que lideraran este efecto, no vi ninguno. No solo dos o tres equipos que decidieran pasar de grandes ‘shifters’ a pequeños, o al revés. El movimiento siguió una tendencia conjunta. En 2020, muchos equipos incrementaron moderadamente el uso de la formación especial contra bateadores diestros y después en 2021, muchos equipos redujeron su uso moderadamente, y lo hicieron durante el curso de un par de meses. No hubo un momento “¡ajá!” en una gerencia que resultara en un momento “¡Paren las rotativas!”. El cambio fue gradual, pero real, y a lo largo de toda la liga. Las cosas no cambian tan rápido en un equipo de la MLB. Pero cambian.
Y ahora, necesito ser un científico responsable y decir que quizás (pero no definitivamente) esa es la respuesta correcta. Puedo decirte que en general la formación especial contra bateadores diestros es una mala idea. Es la misma manera que usé para decir que la formación especial en general estaba rota, pero alguien apuntó que cuando lo divides por manos, tiene sentido contra zurdos. Quizá dentro de ese cajón de manos diestras hay otro factor que hace el ‘shift’ beneficioso para unos bateadores y no otros. Quizás.
Es una de esas cosas a las que seguir de cerca en 2022. Si es que hay temporada.
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