Traducido por José M. Hernández Lagunes
No sé tú, pero cuando miro a la temporada 2021, lo que destaca es esto: no fue la de 2020. Tuvimos una temporada completa. (Técnicamente, hubo un partido Colorado-Atlanta que no se jugó, pero me entiendes). Los equipos tuvieron que lidiar con los protocolos COVID-19, y hubo 208 envíos a la lista COVID-19 durante el año (¡gracias, mapa de lesiones de cuatro años!). Pero tuvimos 162 partidos, con un calendario normal, y la ya conocida (que se remonta sólo a 2012, en realidad) configuración de la postemporada. Todos los equipos con sede en EE.UU. permitieron a los aficionados entrar en el estadio, eventualmente. Las grandes historias—Ohtani, la carrera entre los Giants y los Dodgers, los materiales pegajosos—son las que perdurarán. (No incluyo el cierre patronal, ya que su conclusión, y no su comienzo, será lo que la gente recuerde, y eso será en 2022, esperamos). Pero para los que aguantamos el 2020, el 2021 será la temporada que no fue el 2020.
Como he dicho, las grandes historias de 2021 han sido bien informadas aquí y en otros lados. Pero no fueron las únicas cosas que sucedieron. Hubo historias más pequeñas—el circo de los Mets, el colapso de los Twins, la carrera por el Este de la Liga Americana—que también conoces. Así que busqué algunas características de 2021 que se te podrían haber escapado. Después de todo, mientras nosotros tuvimos una temporada completa, tú probablemente estuviste ocupado durante parte de ella. Esto es lo que ocurrió sin que se produjeran titulares.
¡Récords de bateo en abundancia!
Varias tendencias en el juego continuaron ininterrumpidas en 2021. No me refiero sólo a las que obviamente conoces. Hubo 1,373 jugadores que aparecieron en juegos de la MLB, casi 46 por equipo. Eso rompió el récord de 1,287 en 2019 (43 por equipo), y 1,271 en 2018 (42 por equipo). Me estoy centrando en los récords en el juego en el campo.
Por ejemplo, las apariciones al plato por bateador golpeado.
Los bateadores golpeados han sido una obsesión mía. He atribuido su aumento a los ponches: cuando los lanzadores van por delante en la cuenta, como ocurre cada vez más, intentan que los bateadores persigan lanzamientos fuera de la zona, y los que están dentro fallan, los bateadores pueden acabar trotando hasta primera. Mi colega Rob Arthur añade una explicación generacional: los jugadores más jóvenes, especialmente los que han jugado en la universidad, parecen más dispuestos a ser golpeados. Sea cual sea la razón, los bateadores fueron golpeados una vez cada 86 apariciones en el plato en 2021, la primera vez que la proporción ha sido inferior a uno de cada 90.
Por ende, el porcentaje de ponches no te va a sorprender tampoco:
Los bateadores se poncharon en más del 23% de sus apariciones al plato en 2021. Eso nunca había sucedido antes.
Si combinas los lanzamientos fuera de la zona cuando están por delante en la cuenta con el aumento de la velocidad de los lanzamientos, se consigue que muchos receptores corran tras la pelota.
Ha habido dos temporadas en las que hubo menos de 100 apariciones al plato por lanzamiento salvaje: 2020 (una por 99) y 2021 (una por 98).
La adición de los corredores zombis en extra innings y los partidos dobles de siete entradas han hecho que las cifras por juego no sean fiables en los últimos dos años. Como he escrito, hemos redefinido lo que constituye un partido en los dos últimos años. Así que para el siguiente gráfico, de bolas en juego, estoy usando una medida por 27 outs.
Toma las oportunidades, resta los ponches y los cuadrangulares, y añade los hits de sacrificio y los flies de sacrificio, se obtienen las bolas en juego. Pero en el béisbol de 2021, hubo menos que nunca.
Sin embargo, eso tuvo un efecto positivo. Casi tuvimos un número récord de bateadores que convirtieron doble plays por cada 27 outs.
Sólo las temporadas de pobre producción ofensiva de 1963, 1967 y 1968 tuvieron menos doble plays que 2021. Obviamente, hubieron tres outs más en juego por equipo por cada 27 outs en esos años.
Pero veamos otra manera en la que el juego fue un poquito más emocionante: la tasa de éxito en bases robadas.
Es cierto que no hubo muchos intentos de robo de base. Hubo 0.61 intentos por equipo por cada 27 outs, el menor número desde 1964. Pero no estamos en territorio de récord. (Eso sería en 1953, 0.49 por equipo por 27 outs.) La tasa de éxito sí lo fue, gracias a la eficiencia del corrido de bases moderno.
¡Los récords de bateo no son tan abundantes como parecen!
Está bien, he sido un poco falso con muchos de esos gráficos. He excluido el año 2020. Hay muy buenas razones para hacerlo: Los lanzadores no batearon, los equipos sólo jugaron contra nueve rivales en la temporada regular, los entrenamientos de pretemporada fueron irregulares y, por supuesto, sólo hubo 60 partidos. En general, estoy a favor de ignorar todos los aspectos de 2020 excepto la postemporada. Pero si eres exigente, no establecimos un récord de frecuencia de bateadores golpeados.
Tampoco hubo récord de porcentaje de ponches, a pesar de contar con el bateador designado universal en 2020.
Y tampoco hubo récord de menor número de bolas en juego.
Sin embargo, esos récords de porcentaje de lanzamientos salvajes y de bases robadas son buenos.
“Cinco días de descanso” es el nuevo “cuatro días de descanso”.
Ya hablé de esto en agosto. Por primera vez, más lanzadores empezaban los partidos con cinco días de descanso en lugar de cuatro. Eso nunca había sucedido antes. Señalé que podría o no mantenerse.
Y así fue.
Los lanzadores en 2021 iniciaron 1,782 con cinco días de descanso (línea punteada). Abrieron 1,610 con cuatro días de descanso (línea roja). Esto no tiene precedentes. Y no, no hay ningún truco de temporada corta; el gráfico anterior abarca la temporada 2020.
Nótese que esto no significa que los equipos estén empleando rotaciones de seis hombres. Tomemos la temporada 2021. El primer partido fue el 1 de abril. El último fue el 3 de octubre. Son 186 días. Si se quitan cuatro días para la pausa del Juego de las estrellas, se obtienen 182. Hubo 162 partidos programados. Divide 162 entre 182 y obtienes 0.89. Eso significa que los equipos tienen un día libre cada nueve días. Estás familiarizado con esto: los 30 equipos generalmente juegan los martes, miércoles, viernes, sábado y domingo. A menudo hay días libres el lunes y el jueves. Los equipos utilizan esos días libres para dar a sus cinco lanzadores titulares un día extra de descanso, empujando su rotación de cinco hombres a una rotación de seis días. Eso nunca había sucedido antes.
Si te parece que cada partido implica un desfile interminable de relevistas, tienes razón, dependiendo de tu definición de interminable.
A pesar de los trucos que acortaron los juegos de extra innings y los dobles partidos, hubo más relevistas apareciendo en los juegos de 2021 que nunca antes. El juego promedio tuvo 3.44 relevistas en 2021. Hubo 3.43 en 2020. Hubo 3.36 en 2019. En total, hemos visto un nuevo récord de relevistas por juego durante ocho temporadas consecutivas.
Por supuesto, hay una razón para este desfile de relevistas.
Hice trampa, ya que me salté el 2020, cuando los titulares promediaron sólo 4.78 entradas por salida. Pero eso hace que el uso de relevistas en 2021 sea aún más notable; hubo más relevistas por partido en 2021 utilizados para cubrir menos entradas por partido que en 2020. Tan recientemente como en 2011, los titulares promediaron poco más de seis entradas por salida. En 2021, fue de 5.02.
Se podría pensar que, por tanto, estamos viendo nuevos mínimos en entradas por relevista. Pero no es así.
¡Estamos cerca! Los relevistas promediaron 1.09 entradas por aparición de relevo en 2021. Pero lanzaron menos cada año desde 2005 hasta 2018.
¿Qué pasó con los jardineros izquierdos de la Liga Americana?
La posición defensiva más fácil es la de bateador designado, porque los bateadores designados no juegan a la defensiva. Después de eso, está la primera base. Luego el jardín izquierdo. Los jardineros izquierdos son el lugar donde se colocan los bateadores como Manny Ramírez y Adam Dunn que, bueno, no están ahí por su defensa. Es una posición que da prioridad al bate.
Entonces, ¿qué salió mal en la Liga Americana este año?
Pos | AVG | OBP | SLG | OPS |
1B | .253 | .331 | .443 | .774 |
RF | .249 | .319 | .44 | .759 |
DH | .24 | .317 | .437 | .754 |
3B | .248 | .323 | .415 | .739 |
CF | .247 | .316 | .413 | .73 |
2B | .251 | .313 | .405 | .718 |
SS | .264 | .323 | .393 | .716 |
LF | .239 | .311 | .404 | .715 |
C | .223 | .295 | .399 | .694 |
Lo que falló fueron los jardineros izquierdos de Seattle, que batearon .191/.285/.333. Los de Texas batearon .209/.263/.366. Los de Cleveland batearon .235/.286/.358, los de Minnesota .229/.304/.353, los de Oakland .215/.320/.339 y los de Los Ángeles .225/.287/.388. (Son cuatro de los cinco equipos de la AL West. Los jardineros izquierdos de Houston, en su mayoría Michael Brantley y Yordan Álvarez, arrasaron, bateando .293/.359/.502, el mejor OPS de la Liga).
No se puede señalar a ningún jugador en concreto, ya que cuando los bateadores batean tan mal, no acumulan muchas apariciones al plato. De los cinco equipos mencionados, los únicos jardineros izquierdos con al menos 250 apariciones en el plato fueron Mark Canha de Oakland (.720 OPS, 114 DRC+), Justin Upton de Los Ángeles (.703 OPS, 95 DRC+) y, cómicamente, el MVP de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, Eddie Rosario (.678 OPS, 89 DRC+ con Cleveland).
Esta es una tendencia extraña en la Liga Americana. En 2020, los jardineros izquierdos ocuparon el quinto lugar en OPS. En 2019, fueron cuartos, y en 2018 fueron quintos. Mi colega de esta publicación y autor de “The Shift”, Russell Carleton, escribió sobre la defensa de los jardineros izquierdos en 2018. Pero algo ha salido mal con sus bates. (No hay tal problema en la Liga Nacional, donde los jardineros izquierdos batearon .251/.328/.429, el tercer mejor OPS de la Liga).
¡Ay Dios! ¡Mataron los toques! Ah no, espera.
Este es el sexto año que hago este informe. Y este es el sexto año que lo cierro con el mismo gráfico. Y sólo en parte porque puede que no lo conozcas. (A estas alturas, si has leído esta reseña, ya lo sabes). Es la frecuencia de los toques de sacrificio en la Liga Nacional. Por supuesto, tengo que saltarme el año 2020, cuando había un bateador designado universal. Pero en todos los años, he notado la fuerte disminución de los toques de sacrificio en el Viejo Circuito, señalando que aparentemente mandaron un memo titulado “DEJEN DE TOCAR” circulado antes de la temporada 2015.
Excepto la temporada pasada. En 2021, en lo que puede ser el último año de bateo de los lanzadores (y, por lo tanto, la gran mayoría de los toques de sacrificio, el 76% de los cuales fueron colocados por lanzadores en la Liga), el toque se recuperó. Un poco.
Si es que llega el bateador designado universal en 2022 (tengo mis dudas), ese número se desplomará, y se parecerá mucho a la siguiente gráfica:
En la Liga Nacional, Adam Wainwright lideró la Liga con 14 sacrificios. Antonio Senzatela fue segundo, con 12. Julio Urías y Zach Davies fueron los siguientes, empatados con 10 cada uno. Luego vienen 14 lanzadores más hasta llegar a Yonathan Daza, quien lideró la Liga con seis sacrificios por parte de jugadores de posición. Mira a la Liga Americana, donde todos los toques son de jugadores de posición, y el líder fue Nicky López con 12, seguido por Leury García con 9, Austin Hedges con 7, David Fletcher con 6, Brett Gardner con 5, y nadie más con más de 4. Ese es el futuro de los sacrificios con un bateador designado universal.
Entonces, ¿la Liga Americana en 2021 vio un ritmo récord de toques, sólo uno por cada 423 apariciones en el plato? Bueno, eso depende.
En serio que la temporada 2020 me arruina todas mis narrativas.
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