Traducido por José M. Hernández Lagunes
1 de febrero—feliz cumpleaños, Rich Becker
A los Twins les encanta reclutar jugadores de la preparatoria. Desde Mauer hasta Hunter, ha funcionado. Becker era un bateador ambidiestro con un swing lindo proveniente de los suburbios de Chicago. En 1992, realizó una temporada clase A-alta en Visalia con 15 cuadrangulares, 37 dobles, 29 robos y 114 caminatas. El índice de bases por bolas (18%) era una locura entonces y lo sigue siendo hoy. Todos esos jugosos números lo pusieron en la lista de prospectos de Baseball America, llegando hasta el número 37 después de su breve debut en la MLB en 1993. Con el tiempo, abandonó el cambio de cajas de bateo y se centró en batear desde el lado izquierdo, lo que le mantuvo como jardinero central principal durante tres temporadas, en las que tuvo un buen porcentaje de embase y consiguió dobles dígitos en cuadrangulares. El mejor año de su carrera fue el 96, en el que un DRC+ de 101 y su destreza defensiva le llevaron a un WARP de 4.8, posiblemente el mejor rendimiento de los Twins del 96 aparte de Chuck Knoblauch (recordemos que este equipo incluía a Paul Molitor). Después de la temporada del 97 fue enviado a los Mets, comenzando un periplo de cinco equipos a lo largo de tres temporadas: Nueva York, Baltimore, Milwaukee, Oakland y finalmente Detroit. Terminó con un OBP de .358 en su carrera. Es difícil presentar un paquete de puntos culminantes con nada más que bases por bolas, pero él sabe lo que hizo.
2 de febrero—feliz cumpleaños, Jared Fernández
Jugando sus días universitarios en Utah State y luego en Fresno State, Fernández era un regordete lanzador de bola de nudillos quien intentó levitar a través del sistema de los Red Sox, pero la existencia de Tim Wakefield hizo que fuera difícil justificar a dos tipos con el lanzamiento de mariposa. Fue convocado por dos días en 1999, pero no apareció. También formó parte del equipo olímpico de los EE.UU. en 2000, pero una mano rota dejó ese sueño fuera de juego. Entonces firmó con los Reds y fue convocado el 11 de septiembre—poco después de que cayeran los aviones, de hecho—por lo que su debut, con dos entradas de relevo, se aplazó una semana. Unos pocos partidos más tarde hizo su primera apertura, y en 2002 consiguió su primera victoria.
Los dos años siguientes los pasó como abridor eventual en Houston. Tuvo un 2003 bastante consistente y llegó al equipo desde los entrenamientos de primavera en 2004, pero permitió seis carreras en dos entradas y fue transferido de regreso a las ligas menores. Su última temporada en la MLB fue en 2006, cuando volvió a evitar el corte en el Día de Apertura con los Brewers, pero de nuevo vio cómo su bola de nudillos no se movía, cediendo siete carreras ganadas en 6 y ⅓ entradas. Al año siguiente concluyó sus días de profesional con Hiroshima; allí también les gustaba batear su bola de nudillos. La página del Salón de la Fama del Estado de Utah afirma que es “el único lanzador de la historia que ha ganado un partido de Grandes Ligas y otro de las ligas menores el mismo día”. No hay pruebas de ello, pero todos los lanzadores de bolas de nudillo tienden a engañar a todo el mundo no sólo con sus lanzamientos, sino con sus anécdotas.
7 de febrero—feliz cumpleaños, Melvin Mora
Mora tardó un tiempo en alcanzar su nivel, pero incluso antes de su apogeo, las señales estaban ahí, y nosotros simplemente las ignoramos y pensamos que era Melvin Lessa. Houston lo tuvo primero, firmando al adolescente venezolano en 1991, pero llegó a la cima con ellos en Triple-A en el 97 con un OPS de .686, escaso incluso para un jugador utilitario con velocidad. Se fue a Taiwán con los Mercuries Tigers y logró un alto promedio mientras robaba casi una base por juego. Los Mets lo contrataron a mediados de la temporada y lo incluyeron en su plantilla de postemporada. Resulta que fue el mejor bateador de los Mets en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional del 99 (6 de 14 con un cuadrangular), que perdieron.
En la fecha límite del 2000, lo enviaron a él y a otros tres jugadores a Baltimore por Mike Bordick, un auténtico robo para los O’s. Mientras seguía jugando en el campo, se transformó en un All-Star en 2003 como jardinero. Se asentó en la tercera base en 2004, alcanzando una línea de .340/.419/.562 que incluía 27 cuadrangulares. En total, un elegante 147 DRC+. Eso le valió unos cuantos votos para el MVP, así como un premio Silver Slugger. Llegó a otro Juego de las Estrellas en el 2005, respaldando a Alex Rodríguez en la tercera base, tuvo otra temporada estupenda en el 2008, y siguió jugando hasta los 39 años con los Rockies y los Diamondbacks. También es padre de quintillizos.
11 de febrero—feliz cumpleaños, Brian Daubach
Este es otro bateador que los Mets dejaron escapar. Lo reclutaron en la decimoséptima ronda proveniente de la preparatoria en Belleville, Illinois, pero no pasó de Doble-A, donde conectó 22 cuadrangulares en el 96. Su siguiente parada fue con los Marlins de Florida durante dos temporadas, en las que se metió en 10 partidos de Grandes Ligas. La tercera vez resultó ser un éxito con los Red Sox, que lo colocaron en pelotón con el veterano Mike Stanley; Daubach logró 21 cuadrangulares en el año, terminando cuarto en la votación del Novato del Año. Mantuvo caliente el puesto de primera base/esquina del jardín/bateador designado hasta 2003, cuando un fulano llamado David Ortiz se unió al equipo. Daubach pasó un año con los White Sox, regresó a los Red Sox por un rato en el 2004 y terminó con los Mets, muy pasada su utilidad, y por lo tanto el perfecto Met, en el 2005. El año pasado fue nombrado entrenador de bateo de los Rochester Red Wings.
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