
Traducido por Fernando Battaglini
Dylan Carlson, St. Louis Cardinals
No muchos jugadores debutan a los 21 años o antes. No muchos jugadores, a los 22 años, juegan lo suficiente en la temporada como para alcanzar la marca de clasificación para apariciones al plato. De hecho, solo cuatro jugadores lo lograron el año pasado: Fernando Tatís Jr., Vladimir Guerrero Jr., Juan Soto, y…Dylan Carlson. Si bien Carlson está claramente un eslabón por debajo de los otros nombres en esa lista, también está claramente uno o dos eslabones por encima de casi todos los demás jugadores del mundo que tienen su edad. Ninguno de estos muchachos era siquiera novato, lo que solo amplifica su conjunto de habilidades colectivas.
Pero Carlson es en quien nos estamos enfocando en este articulo, porque estamos buscando jardineros a largo plazo, y tratar de adquirir a cualquiera de esos otros jugadores, ya sea en la posición o no, costará un brazo, una pierna, un hijo primogénito y más. Sin embargo, Carlson estuvo simplemente en el promedio el año pasado, lo que lo convierte en un objetivo principal en este contexto. Hizo menos swing que el jugador promedio en 2021 y, en consecuencia, también persiguió menos. También hizo más contacto que el promedio, lo que sugiere que su habilidad para poner su barril en la pelota podría ajustarse a los lanzamientos contra los que hace más daño.
Carlson también demostró una habilidad para manejar rectas (.364 wOBA) en comparación con el promedio de la liga (.343), mientras que estuvo a la par en lanzamientos quebrados (.266) en comparación con el bateador promedio (.271). Todos los componentes básicos para ser un bateador de Grandes Ligas que valga la pena están ahí. Incluso si no ha subido inmediatamente a niveles iguales a los estelares que tenía en los últimos dos años, va por buen camino. Incluso si se estanca donde está, aún conectará 20 jonrones con una combinación de 50 carreras anotadas e impulsadas y un puñado de robos. Sí, por favor. — Timothy Jackson
Alex Verdugo, Boston Red Sox
Alex Verdugo jugó en su primera temporada realmente completa en 2021 y los resultados fueron decididamente mixtos. Logró solo 13 jonrones y seis bases robadas en sus 604 apariciones en el plato. Ya que Verdugo pasó 104 de sus 146 partidos como jardinero de esquina, la falta de poder y tan pocos robos de un jugador de su calibre es decepcionante. Los gerentes y analistas de fantasía ya comienzan a pensar en él como la segunda venida de Andrew Benintendi.
En el lado positivo, Verdugo tiene excelentes habilidades en el plato y pone la pelota en juego a menudo, usando como ventaja su velocidad decente. Pasó 90 juegos como segundo bate de los Medias Rojas e hizo bien su trabajo allí. Alcanzó base a un ritmo de .351, mantuvo su tasa de ponches (15.9 por ciento) muy por debajo del promedio de la liga (23.2 por ciento) y anotó 88 carreras en el proceso.
A los 25 años, recién comenzamos a ver de lo que Verdugo es capaz en las mayores. Ha mejorado su tasa de golpes duros, velocidades de salida y tasas de barril cada año desde su debut con los Dodgers en 2017. El necesita trabajar en elevar la pelota con más frecuencia y aprovechar su poder aparente. También necesita mejorar su bateo contra los lanzadores zurdos. Estas son las cosas que deberíamos verlo comenzar a hacer en las próximas dos temporadas.
Vale la pena arriesgarse a aferrarse a Verdugo para ver a dónde llega. Sería grandioso ver una temporada de 20 jonrones y 10 bases robadas de él. Tiene la capacidad de producir a ese nivel solo en función de sus habilidades de bateo. Para cuando llegue a la temporada en la que tenga 27 años, deberíamos estar viendo a un tipo que puede producir 25 jonrones. Benintendi aún no ha llegado allí, pero Verdugo tiene un marco más grande sobre el que construir y el músculo para hacerlo. – Tim McCullough
Jesús Sánchez, Miami Marlins
Continuando con mi tendencia reciente de promocionar a los jardineros de Miami, me gustaría llamar su atención sobre Jesús Sánchez, a quien los Marlins llamaron por primera vez en 2020. Aunque ha sido decepcionante en las ligas mayores hasta ahora, mostró mucho más en las menores: una línea de .348/.406/.652 con 10 jonrones en solo 155 apariciones en el plato. Eso fue lo que lo hizo regresar a las mayores el año pasado cuando Miami necesitaba ayuda en los jardines. Una vez arriba, bateó .251/.319/.489 con 14 jonrones. Tuvo dificultades para hacer contacto (tasa de ponches del 31.1 por ciento), pero fue ruidoso cuando lo hizo.
A pesar de los resultados en su mayoría promedio, hay tres cosas que deberían mantenerlo interesado en Sánchez. Primero, su historial en las menores es como un excelente bateador de contacto, que fue una de las razones por las que ocupó el puesto 80 en general en nuestra Guía de Futuros 2020. Ese tipo de habilidad de contacto no desaparece simplemente. Sus números en las Grandes Ligas hasta ahora parecen no ajustarse al más alto calibre de lanzamientos. En segundo lugar, su poder está claramente presente, con algunas proyecciones que calculan que puede batear entre 20 y 25 jonrones en 530 apariciones en el plato (aunque PECOTA es menos optimista). Y finalmente, su promedio de bateo, wOBA y su slugging aislado tenían una tendencia ascendente al final de la temporada, lo que sugiere que estaba haciendo los ajustes necesarios.
El rango potencial de resultados de Sánchez lo hace difícil de proyectar, pero es muy digno de esconderse en sus equipos de dinastía, e incluso podría mostrar su potencial tan pronto como este año. — Carlos Marcano
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