Traducido por José M. Hernández Lagunes
Se oye hablar mucho de cómo ciertos bateadores necesitan “aumentar su ángulo de salida” o “elevar la pelota” para lograr su potencial, y hay muchos jugadores que encajan en esa descripción: los Alec Bohms y Ke’Bryan Hayeses del mundo se beneficiarían enormemente con ese cambio. Pero hay otra cara de la moneda de la que no se oye hablar con tanta frecuencia: los jugadores que podrían mejorar si se centraran menos en intentar conectar elevados.
A estos jugadores se les pasa por alto porque el poder es un atributo tan deseable que la idea de disminuir la producción de cualquier jugador roza lo ofensivo. Poner la pelota en las gradas o al menos justo por encima del guante extendido de un infielder no suele dar lugar a bases adicionales, pero un aumento en el volumen de bateo de sencillos puede hacer que valga la pena que unos pocos se centren en ello en lugar de maximizar su producción de potencia. La semana pasada escribí sobre uno de ellos. Ahora quiero destacar a otro que podría obtener ganancias similares de una manera diferente, y que podría jugar un papel crucial en la carrera por un puesto en la postemporada en la Liga Americana: Max Kepler en Minnesota.
Kepler ya es un jugador muy pulido que batea con poder, corre bien y aporta un guante plus en su posición. Camina a una tasa de dos dígitos y luce una tasa de ponches del 17.3% desde 2018, una cifra poco común para un bate de poder. Sin embargo, hay un agujero evidente en su juego: sus pobres resultados en las bolas en juego. A pesar de una tasa de ponches tan baja, su promedio de bateo es decepcionantemente bajo, lo que hace mella en el resto de su línea de bateo. El BABIP es el culpable obvio.
Para una métrica tan simple, hay sorprendentemente poco consenso sobre el promedio de bateo en bolas en juego, o BABIP, por sus siglas en inglés. Desde el cambio de siglo, ha oscilado entre .292 y .302, pero las opiniones varían en cuanto a la influencia de los lanzadores y bateadores en sus índices. Cerca de la cima de las tablas de BABIP de la Liga se encuentran muchos de los mejores bateadores del mundo, peloteros como Fernando Tatis Jr. y Aaron Judge, pero entre ellos hay otra variedad diferente de jugadores: tipos que golpean la pelota sobre el cuadro y tienen suficiente velocidad para superar los infield hits, jugadores como Tim Anderson y Luis Arráez. No carecen por completo de poder, pero la mayor parte de su contacto se mantiene dentro de las cercas y sus juegos se basan en el volumen de contacto más que en conectar grandes toletazos.
En el otro extremo del espectro se encuentra la raza opuesta: los jugadores quienes se han sumado a la tendencia del elevado y la han llevado al extremo. Rhys Hoskins y José Ramírez son notables como bateadores productivos que maximizaron los rendimientos de su talento optimizando sus enfoques y swings para batear cuadrangulares. Estos jugadores tienen BABIPs en los .260s, pobres pero no totalmente fuera del reino de la normalidad, y vaya que valen la pena por el poder que proporcionan. Sin embargo, si sigues desplazándote hacia abajo, encontrarás números aún más pequeños cerca de la parte inferior, entre ellos el BABIP de .236 que nuestro Max Kepler ha llevado desde 2018.
10 Últimos en BABIP desde 2018 (min. 1000 apariciones)
Lugar | Nombre | AP | BABIP |
1 | Gary Sánchez | 1438 | 0.218 |
2 | Austin Hedges | 1068 | 0.235 |
3 | Max Kepler | 1893 | 0.236 |
4 | Albert Pujols | 1502 | 0.237 |
5 | Daniel Vogelbach | 1054 | 0.24 |
6 | Mike Zunino | 1153 | 0.24 |
7 | Edwin Encarnación | 1246 | 0.241 |
8 | Kyle Seager | 1991 | 0.241 |
9 | Carlos Santana | 2279 | 0.246 |
10 | Travis Shaw | 1287 | 0.247 |
Allá abajo junto a él se encuentran Kyle Seager y Didi Gregorius, jugadores con enfoques similares en la caja de bateo, pero, de manera crucial aquí, también bateadores zurdos. Esto sugiere que el cambio puede estar jugando un papel, y de hecho neutraliza a Kepler: después de quitar los cuadrangulares, tuvo la tercera mayor proporción de pelotas bateadas mientras el cuadro del equipo defensivo fue reacomodado en todo el béisbol y la quinta mayor brecha entre su promedio y su xBA (que asigna una expectativa de hit basada en la forma en que la pelota fue golpeada) en esas pelotas bateadas. Está perdiendo más sencillos por la posición del jardinero que casi cualquier otro bateador en el béisbol. Curiosamente, su compañero de equipo Alex Kiriloff fue uno de los cuatro jugadores con mayor disparidad que Kepler, así que quizás algo del Target Field esté contribuyendo de alguna manera. Sin embargo, ninguno de los jugadores mencionados ha tenido problemas con el BABIP en la escala de Kepler: su BABIP de .248 en su carrera es el 13º peor entre todos los bateadores de la MLB con al menos 2500 apariciones al plato (1891 calificadas).
Utilizando los factores de parque durante tres años de BP para bateadores zurdos, se hace un poco más claro por qué los jugadores como Kepler y Kiriloff—los que tratan de hacer daño con hits extra-base—están en desventaja debido a Target Field en comparación con Luis Arráez, quien mayormente sólo quiere conectar un sencillo delante de los jardineros:
Estadio | Mano | Carreras | 1B | 2B | 3B | HR |
Target Field | Z | 96.8 | 100.9 | 96.4 | 95.6 | 91.1 |
El parque de los Twins es bastante neutral para los sencillos de los zurdos, pero perjudica sus posibilidades de conseguir cualquier tipo de hit de base extra, especialmente los cuadrangulares. Esto es un anatema para un bateador como Kepler, quien levanta la bola intentando batear con poder. Hasta cierto punto, el swing y el enfoque de Kepler están en desacuerdo con el parque en el que juega la mitad de sus partidos.
***
Tal vez la variable clave sea el propio swing: los swings orientados a conectar bolas a las rodillas del bateador pueden ser demasiado verticales para hacer contacto a ras con los lanzamientos cercanos a la parte superior de la zona. Esto lleva a que la parte inferior de la pelota roce la parte superior del bate, produciendo popups débilmente golpeados que casi siempre resultan en outs fáciles para el lanzador. Por ejemplo, mira cómo Kepler no puede cuadrar este sinker de 93 mph (150 kph) relativamente poco excepcional de Brad Keller:
Si lo miras con detenimiento puedes observar que más de la mitad del bat de Kepler está por debajo de la pelota en en punto de impacto. Eso no es “estar con el nivel plano de la pelota”:
A lo largo de su carrera, ésta ha sido una de las fuerzas clave que han disminuido el BABIP de Kepler. Los elevados poco profundos son como ponches “ocultos”, ya que se convierten en outs el 99% de las ocaciones, pero a menudo se pasan por alto en los análisis superficiales. La baja tasa de ponches de Kepler es menos fortaleza en relación con la Liga cuando se incluyen los elevados:
Posiciones percentiles de Max Kepler (bateadores con min. 100 apariciones) | |||
2019 | 2020 | 2021 | |
Tasa de ponches | 83vo | 74vo | 71ro |
Tasa de ponches+elevados | 58vo | 25to | 57mo |
Diferencia | -25 | -49 | -24 |
Esto explica en parte por qué un jugador con una habilidad tan refinada al plato y la capacidad de generar consistentemente más velocidad de salida no tiene los resultados correspondientes. Y no parece que esté mejorando, ya que más de sus contactos se han desviado hacia el territorio de 50+ grados en las últimas dos temporadas en comparación con las dos anteriores. Esto ha afectado a la consistencia de su ángulo de salida, que se correlaciona inversamente con el BABIP. El suyo, por desgracia, sigue disminuyendo:
2019 | 2020 | 2021 | |
BABIP | .244 | .236 | .225 |
sd(LA) | 26.0 | 28.0 | 28.5 |
Vale la pena señalar que Kepler tuvo una tasa de IFFB promedio en la liga (10.1%) en 2021, por lo que hay cierta incertidumbre sobre si el jardinero cruzó algún horizonte de ángulo de salida o sufrió algún otro detractor más sutil en sus bolas en juego el año pasado. Sin embargo, es más que justo preguntarse si el enfoque actual de Kepler le está impidiendo desarrollar su verdadero potencial.
Los Twins se sometieron a un cambio esta temporada invernal, deshaciéndose de los veteranos productivos Mitch Garver y Josh Donaldson para liberar dinero y traer a una superestrella en Carlos Correa. Albergan aspiraciones de hacer que su paréntesis de apariciones en la postemporada sea breve, pero para ello necesitarán que su alineación produzca como una de las mejores de la Liga Americana. Max Kepler podría ser la diferencia entre que la alineación funcione adecuadamente o que lo haga de forma excelente, pero para que eso ocurra debe resolver este dilema y hacer valer su talento en todos los aspectos. Si lo hace, los nuevos Twins podrían volver a un lugar conocido: Octubre.
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