Traducido por Pepe Latorre
Una de las cosas que más echo de menos de cuando era niño es la emoción tonta de principios de temporada. El final de mayo solía ser un momento en el que agarrabas el periódico familiar y mientras comías Pop Tarts de canela y azúcar moreno leías acerca de un pelotero poco conocido que había enganchado una buena racha de seis semanas. Era beneficioso para todos. Los periodistas deportivos repartían sus elogios entre distintos peloteros, los equipos (incluso los malos) podían fingir que había algo de magia y los niños podían hurgar en sus cajas de cromos sin valor para encontrar a un tipo que ahora podía costar unos céntimos. Era una industria casera y sin sentido, pero muy agradable.
Tanto el béisbol como yo hemos crecido y hemos tenido que dejar atrás nuestros desayunos llenos de dulces (reales y metafóricos) y ensoñaciones. Sabemos que lo normal es que un pelotero que sale de la nada probablemente vuelva pronto a la nada, a menos que ese tipo sea un lanzador o un jugador de los Giants. Sí, los periodistas deportivos todavía necesitan ser aduladores en mayo y la gente todavía necesita leer sobre béisbol junto con su ingesta calórica, pero todos hemos acordado enterrar la exageración bajo una pesada “crema” de estadística adicional, por ejemplo, una suerte de chocolate denso llamado xwOBA, o adoptar hábitos más saludables sobre los novatos.
Estos nuevos hábitos están bien si eres aburrido y te preocupa tener siempre la razón. Pero hemos perdido algo con todo esto, la oportunidad de emocionarnos con aquellos que están condenados a calentar banquillos y que durante unas breves semanas parecerán héroes. La humanidad existe en pequeñas muestras. Y hoy me gustaría hablar de algunos jugadores sobre los que seguramente no habrás pensado y probablemente no volverás a pensar, pero que merecen su cuota de éxito en el momento en que escribo esto. Celebra su buena racha de seis semanas. Aférrate a la idea de que algún día alguien también te elogiara cuando enganches una buena racha.
Evan Phillips, RP, LA (-/1.000/-, 222 DRC+)
El mejor DRC+ de la MLB no pertenece a José Ramírez, ni a Mookie Betts, ni siquiera a Taylor Ward. Ese honor (al establecer el mínimo en 1 aparición al plato) pertenece a Phillips, quien salió a batear en la octava entrada de un juego que iba 12-1 y en el que los Dodgers habían prescindido del bateador designado. Sin guantes de bateo y con un promedio de .000 en su carrera, vio cinco lanzamientos, cuatro de ellos fuera de la zona. Consiguió caminar hacia la primera base y hacia el corazón de Estados Unidos.
Yonathan Daza, JC, COL (.361/.417/.412, 127 DRC+)
Mucha gente probablemente haya notado que los Rockies han rondado el .500 en la loca División Oeste de la Liga Nacional, y ni por un momento se preguntaron el por qué. A Daza le dieron el puesto en el jardín central esta temporada y ha cumplido la promesa de Raimel Tapia, por muy retorcido que suene ese cumplido. Pega a la pelota tan duro como la MLB Network crítica las declaraciones públicas de Rob Manfred, pero ningún bateador en el béisbol se poncha menos (7.4%) y pocos ponen las bolas en juego con más frecuencia (.389). El espíritu de Juan Pierre sigue vivo en Colorado, al parecer todos los intentos de exorcismo han fracasado.
Albert Pujols, DH, STL (.219/.329/.411, 123 DRC+)
¿Y de repente Albert Pujols es capaz de volver a batear? ¿Y de repente es capaz de sacar bases por bolas (10,6%)? Esto garantiza 10 bases robadas en 2023.
José Iglesias, SS, COL (.319/.370/.393, 117 DRC)
Lo bueno de Iglesias es que ya ha hecho esto. Su desempeño de 2020 (.373/.400/.556 con tres bases por bolas, 17 ponches y 17 dobles) está en un lugar de honor del Salón de la Fama de las estadísticas. Aquel año pegó un 35% de line drives. Para poner eso en perspectiva: Freddie Freeman tiene un 27,5% en su carrera. A pesar de haber mejorado la disciplina en el plato este año, “solo” está registrando un BABIP de .355 para acompañar sus bajas velocidades de salida. Pero incluso si esto es solo para recordarnos lo que hizo en 2020 debemos estar agradecidos.
Brendan Donovan, 2B, STL (.306/.434/.452, 116 DRC+)
Antes del inicio de la temporada colocaremos a Donovan como el décimo mejor novato de los Cards. En palabras de Jeffrey Paternostro:
Pues aquí está, justo a tiempo, tu bate universitario de séptima ronda y 24 años que va a estar en este ranking. Podría hacer una broma sobre cómo encaja en el meme de “Tenemos a Tommy Edman en casa” y probablemente sea cierta. No me gusta la precisión falsa, pero sé cómo funciona esto: Donovan será un bateador luchador de 103 DRC+ que puede jugar en seis posiciones diferentes, aunque no ofrecerá el rendimiento defensivo superior a la media que Edman si proporciona en muchos puestos distintos.
Mientras escribo esto el DRC+ de Tommy Edman es de… 116. Los jugadores del cuadro interior del medio de St. Louis son al béisbol lo que Wodehouse es a la novela.
Harold Ramirez, CF, TB (.284/.325/.385, 115 DRC+)
El nombre definitivo en esta lista. Ramírez se convirtió en agente libre en 2018 después de que los Pirates se deshicieran de él en las Ligas Menores. Los Marlins lo cortaron en 2021. Fue designado para asignación por Cleveland, quien lo cambió por efectivo a los Cubs, quienes a su vez también lo designaron para asignación para a finales de marzo mandarlo a los Rays. Desde entonces, y como no podía ser de otra manera, ha firmado 36 juegos ofensivos de calidad en un buen equipo.
Hay en esta lista un patrón que se repite: tasas bajas de bases por bola y ponches y muchos roletazos. Dos advertencias: a diferencia de Daza e Iglesias, Ramírez golpea la pelota relativamente fuerte (velocidad de salida promedio de 90.7 mph) y sus números no están respaldados por el BABIP (.307). Y aunque esperarías un montón de bateadores de sencillos en una lista como esta, la nueva y más pesada pelota de este año también ha beneficiado a los jugadores que batean en ángulos un poco más bajos.
Brandon Drury, INF, CIN (.239/.312/.486, 112 DRC+)
Drury fue quien inspiró esta lista. Un agente libre de Ligas Menores que ha estado rebotando de equipo en equipo durante años. No había absolutamente ninguna razón para pensar que tendría algún impacto en Cincinnati, y mucho menos uno positivo. Ahora, después de dos meses, es difícil imaginar por qué ha de enfriarse. Está golpeando con poder a todos las partes del campo, haciendo contacto sólido y produciendo con una autoridad nunca vista.
Incluso en 2022, las discusiones sobre el éxito de Drury se convierten en un cliché anticuado, no hay mucho más que decir. El 27 de mayo, cuando conectó una bola rápida de Carlos Rodón en todas las costuras y la mandó a la izquierda, fue una muestra de confianza y no de fuerza. Es increíble ver a un pelotero de 29 años y casi desahuciado asegurar que va a “tratar de golpear cada lanzamiento y ver qué sucede”. El béisbol es genial.
Nelson Cruz, DH, WSH (.238/.315/.341, 110 DRC+)
El 30 de abril Padre Tiempo estaba bateando .155/.253/.226 y la gente comenzaba a escribir necrológicas. En mayo bateó .325/.382/.463. Es cierto que está registrando más rodados en estos momentos (50%, el máximo de su carrera), pero como hemos señalado anteriormente, no es el peor año para hacerlo. Mucho de esto es solo un mal mes que coincide con un mal mes ofensivo para toda la liga, lo que hizo que las cosas se vieran mucho peor.
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