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Image credit: © Jasen Vinlove-USA TODAY Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

Después de una infructuosa estancia breve en 2020, Jazz Chisholm anunció su presencia a lo grande en 2021 al rugir con una línea de bateo de .311/.388/.581 durante el primer mes de la temporada. Su mayor giro hacia el estrellato ocurrió cuando envió una bola rápida de tres dígitos del mejor lanzador del planeta a la segunda grada del Citi Field:

Desde el Día de Apertura de 2021, ha habido 11 jugadores que han conectado un lanzamiento de más de 100 mph (160kph) a los asientos; Chisholm es el único que lo ha hecho dos veces, habiendo también toleteado un lanzamiento de José Alvarado a 100 mph sobre la barda en el Citizens Bank Park un mes después:

Sin embargo, la Liga no tardó en darse cuenta de lo rápido que era el bate de Chisholm y lo alimentó con una dieta cada vez más constante de lanzamientos secundarios más lentos durante el verano. A medida que los lanzamientos se ralentizaban, también lo hacía su producción, agravada por un esguince de tobillo el 26 de mayo, que pareció prolongarse más de lo que él mismo pronosticó. Cuando sufrió la lesión, Chisholm seguía bateando .300/.361/.509 y ya había conseguido 11 robos en 30 partidos. Durante el resto de la temporada, sólo consiguió batear .232/.285/.398 con 12 robos en 94 partidos.

El tiempo curaría lo que a Chisholm le aquejaba físicamente, lo que dejaba la cuestión de la falta de bateo a bolas rompientes como la mayor pregunta a la que debía responder este año. Para un jugador con cierta reputación de “bate-loco”, uno pensaría que una ruta rápida para mejorar sería volverse más juicioso sobre lo que ataca, pero un rápido vistazo a sus métricas de segundo orden—medidas útiles de habilidades subyacentes como las tasas de persecución y contacto—muestra que Chisholm no parece haber mejorado significativamente o alterado su enfoque en la caja de bateo. De hecho, este año está abanicando y fallando aún más, aunque con un ligero descenso en las persecuciones fuera de la zona:

2021 2022
Swing-O 31.0 29.7
Contacto-Z 81.1 77.9

Nota: El swing-O es el porcentaje de ocasiones el bateador abanica a lanzamientos dentro de la zona de strike, y el contacto-Z es el porcentaje de ocasiones el bateador hace contacto en swings en la zona de strike.

Sin embargo, Chisholm ya casi ha igualado su total de cuadrangulares del año pasado (14 este año, 18 en 2021) en menos de la mitad de sus apariciones al plato en 2021 (240 a 507). Su SLG de .538 se ubica en el decimoprimer puesto entre los bateadores calificados. No podemos atribuir este repentino dominio a una mejor selección de lanzamientos, sino que parece ser su intención la que ha cambiado notablemente de un año a otro. No está haciendo más contacto esta temporada, pero está haciendo más cuando lo hace. Ha sido capaz de infligir más daño jalando los lanzamientos mucho más que la temporada pasada, y especialmente los lanzamientos rompientes. Utilizando las clasificaciones de lanzamientos de PitchInfo, 98 de las pelotas bateadas por Chisholm se produjeron contra lanzamientos rompientes la temporada pasada, y el 16.3% de ellas fueron elevados. En 2022, ha duplicado su tasa de elevados jalados, y actualmente lo está haciendo a un ritmo del 37.8%. En estos gráficos, el eje x es la dirección del spray (de izquierda a derecha desde el plato) y el eje y es el ángulo de lanzamiento.

Así es como Chisholm ya ha alcanzado su total del 2021 en cuadrangulares en lanzamientos rompientes (seis) y sólo necesita dos hits de extra base más para igualar la marca de la temporada pasada contra curvas y sliders (15).

De alguna manera, ha logrado esta repentina ganancia contra lanzamientos rompientes sin sacrificar nada de su producción contra lanzamientos más duros. Esto sugiere que, más que venderse, Chisholm ha optimizado su swing de tal manera que puede manejar más cosas verticalmente desafiantes arriba y abajo en la zona. En lugar de hacer el swing por encima de los lanzamientos en picada, ahora hace contacto al ras con todo el barril al hacer el swing por debajo de ellos, y debido a sus manos rápidas todavía puede alcanzar los lanzamientos más duros y planos.

Esto puede ilustrarse mejor observando sus resultados contra lanzamientos con ángulos más bajos o más altos al entrar en la zona. Los lanzamientos planos—típicamente las bolas rápidas—entran en la zona con ángulos más altos (ya que todos los lanzamientos son descendentes, excepto los de los submarinistas), mientras que los lanzamientos de ruptura presentan ángulos más bajos. Si dividimos todos los lanzamientos de Chisholm en lanzamientos planos o de ruptura (divididos a -6 grados, ya que la mayoría de las bolas rápidas entran en la zona más alto que esta marca), la diferencia en su rendimiento contra los lanzamientos más inclinados de una temporada a otra es más evidente. Está jalando e impulsando más de estos lanzamientos y obteniendo más slugging con el contacto. Pero también ha logrado el mismo truco contra los lanzamientos planos y está produciendo al mismo ritmo impresionante contra estos lanzamientos—contra los que la mayoría de los bateadores batallan—que hace una temporada:

Temporada Tipo de lanzamiento Pelotas bateadas Elevado jalado SLG en contacto Dispersión promedio Velocidad de salida promedio Ángulo de salida promedio
2021 Rompiente 181 14.9% .564 -7.2 89.4 7.0
2021 Plano 142 11.3% .662 0.8 89.5 11.2
2022 Rompiente 78 25.6% .884 -11.8 88.7 11.8
2022 Plano 71 12.7% .662 -3.1 88.9 16.9

Armado con manos rápidas como un rayo y un swing más pronunciado y adaptable, Chisholm está emergiendo como una de las estrellas jóvenes más prominentes de la Liga. No está exento de sus debilidades—todavía no ha tenido un batazo de extra base contra un cambio de velocidad en 2022 y sólo tuvo cinco en 2021—pero ser capaz de batear la velocidad y conectar los lanzamientos rompientes más desagradables en el béisbol elimina muchas formas en que los lanzadores le atacan. Los Marlins tienen en sus manos a una joven superestrella en rápido ascenso.

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