Traducido por Marco Gámez
Joey Gallo es el bicho raro de la temporada 2022. Es posible argumentar que puede ser el jugador de peor desempeño en el béisbol. Los fanáticos de los Yankees le han hecho saber a Joey su descontento, ya que los abucheos ensordecedores se han convertido en la norma después de sus turnos al bate en el Yankee Stadium. Ver jugar a Gallo solo ha incitado las emociones negativas dentro de los fanáticos de los Yankees que les dan una mala reputación.
Como aficionado de los Yankees y propietario de un equipo de Scoresheet que incluye a Gallo, quise investigar que ocurre en su interior para ver qué le salió mal al antes temido toletero. Al momento de escribir este artículo, Gallo está bateando .162/.295/.371, para un OPS+ de 87 como Yankee; muy lejos de su línea ofensiva de .202/.329/.474 (116 OPS+) en Texas. Es un tipo de actuación que las multitudes locales rara vez tienen que ver: desde 1995, Gallo es solo uno de los 10 jardineros de los Yankees en producir un OPS+ de 81 o menos en una sola temporada con, por lo menos, 250 apariciones al plato. Su página en Baseball Savant muestra que, si bien su velocidad de salida promedio es baja, sus percentiles de batear fuerte, contacto de zona, bases por bolas y ponches son consistentes con los números de su carrera. Más allá de la velocidad de salida promedio, que por sí sola no es una estadística particularmente útil, debemos preguntarnos qué sucede. La respuesta es triple:
La Tasa de Persecución
Su tasa de persecución es solo un poco mejor que el promedio de la liga. ¿Eh? ¿Cómo es que perseguir menos es un problema, te estarás preguntando? Recuerda que los problemas de abanicar de Gallo fueron un tema que se discutió a menudo al principio de su carrera. Alivió algunas de esas preocupaciones en 2019 al reducir significativamente su tasa de persecución a una cifra élite de 19%. Este año, sin embargo, Gallo ha vuelto a su nivel anterior a 2019 persiguiendo a una tasa del 27%. Aunque sigue siendo mejor que la mayoría, es un bache casi catastrófico para Gallo (más sobre por qué en breve).
Cuando un jugador muestra este nivel de variación de persecución año tras año, esperas que se deba a un tipo de lanzamiento o zona, una falla específica que el jugador puede perfeccionar. Ojalá eso fuera cierto para Gallo. Desafortunadamente, está persiguiendo tanto los lanzamientos altos y adentro, como los bajos y lejanos aproximadamente un 20 % más que en cualquier zona la temporada pasada:
Porcentajes de swing de Gallo por zona en 2021 (izquierda) y 2022 (derecha)
Tampoco es solo un tipo de lanzamiento el que le da problemas: está persiguiendo más contra todo lo que le lanzan (bolas rápidas en rojo, curvas en azul, cambio de velocidad en verde):
La Tasa de Abanico
También es importante tener en cuenta que la tasa de contacto promedio de la liga en lanzamientos enviados fuera de la zona de strike es de aproximadamente el 59%, (¡) mientras que Gallo hace contacto solo el 37% de las veces (!). Esa tasa de contacto fuera de la zona, por mala que sea, está en consonancia con el promedio de su carrera. En esencia, está persiguiendo mucho más y la tasa de abanicar no ha disminuido a pesar de la muestra más alta de swings fuera de la zona: ¡eso no es bueno! Las complicaciones de Gallo lo ubicaron en un grupo, digamos, interesante. Su perfil de swing de 2022 lo ubica junto a jugadores como Alex Avila, Jorge Soler, Eugenio Suárez, Mark Reynolds, Miguel Sanó, y Domingo Santana. Muchos de esos jugadores son toleteros grandes, de alta variación y de apalancado largo que tienen grandes agujeros en sus swings: el swing de Gallo es menos vertical que el de varios de esos bateadores, pero sigue siendo largo y ahora tenemos años de evidencia que sugieren que es uno de los peores bateadores del béisbol contra lanzamientos enviados fuera de la zona.
La Tasa de Barril
La tasa de barril actual del 17.4% de Gallo, aunque sigue siendo de élite, también está por debajo de lo habitual en su carrera del 20.4%. A pesar de los graves problemas de perseguir y fallar de Gallo al principio de su carrera, todavía produjo un OPS+ de 113 entre 2017 y 2018 porque destruyó las pelotas de béisbol con las que hizo contacto, registrando tasas de barril de otro mundo, alrededor del 22%. Al igual que con su tasa de persecución, incluso la más mínima variación en la tasa de barril da como resultado cambios sísmicos en su perfil ofensivo general.
Lo que me parece particularmente interesante es cómo la disminución de la tasa de barril de Gallo ha coincidido con un aumento en su tasa de halar la pelota: un aumento de casi el 8% con respecto al año pasado y un aumento del 4% con respecto al promedio de su carrera. Choca temprano todos los envíos, al punto que pierde el impulso que genera en su swing porque está tratando de hacer contacto. En otras palabras, Gallo está sacrificando la velocidad del bate por el contacto, pero resulta en menos contacto. Este es un ejemplo clásico de un jugador que trata de mejorar sus debilidades en lugar de aprovechar sus fortalezas. Gallo nunca será un bateador orientado a hacer contacto, por lo que su enfoque debe ser batear todo a un millón de millas por hora. La velocidad del bate todavía está ahí, y no creo que sea tanto un problema de swing como si una crisis de decisión de swing exacerbada por la creciente presión para recuperarse.
El margen de error en los perfiles de los-tres-resultados-básicos es tan pequeño que se necesita mucha suerte para alcanzar un resultado del percentil 90 anualmente. Mucha gente pensó que el desempeño percentil 90 de Gallo lo perfilaría como un candidato a JMV. Pero dada la cantidad de su desempeño que puede disiparse con solo una ligera degradación en su disciplina y calidad de contacto, es difícil imaginar que algo después de 2019 sea su real mejor desempeño. Por el contrario, estamos presenciando una pesadilla de temporada, una que ahora lo presiona para cambiar rápidamente las cosas antes de que se convierta en agente libre dentro de unos meses. Gallo aún no se encuentra en una encrucijada en su carrera, pero parece que los próximos meses serán los más cruciales en lo que se perfila como una carrera inconsistente.
Escudriñar todo lo negativo de Joey Gallo es una de las pocas cosas que podemos criticar sobre los Yankees esta temporada. También es difícil recordar que un favorito para la Serie Mundial, como los Yankees de 2022, tenga este deslumbrante agujero en sus nueve titulares. Es plausible que Matt Carpenter continúe reduciendo el tiempo de Gallo en los jardines, pero los Yankees no tienen mucho tiempo para determinar qué hacer con su asediado jardinero. Si bien es concebible que Gallo pueda cambiar esto (ya antes ha mejorado su tasa de persecución), ¿pueden Brian Cashman y el alto mando de los Yankees permitirse el lujo de tomar esa apuesta?
Thank you for reading
This is a free article. If you enjoyed it, consider subscribing to Baseball Prospectus. Subscriptions support ongoing public baseball research and analysis in an increasingly proprietary environment.
Subscribe now