Traducido por Fernando Battaglini
El viernes, los 11 miembros del Competition Committee de la MLB votaron sobre la introducción de algunos cambios bastante drásticos en el reglamento. La recepción de los mismos, de momento, ha sido poco unánime, aunque los problemas que desencadenaron la decisión se conocen universalmente. ¿Ha matado la liga una mosca a cañonazos o a intervenido con precisión quirúrgica? Aquí dejamos un recorrido pormenorizado por todos los cambios y sus posibles efectos.
El reloj de pitcheo
Las nuevas reglas:
- Un cronómetro hará una cuenta atrás de 30 segundos entre bateadores.
- Ahora los lanzadores tienen 15 segundos entre lanzamientos cuando las bases están vacías y 20 segundos si hay corredores en base. Si no han comenzado su movimiento en ese lapso de tiempo habrá una bola automática.
- Los bateadores tienen 8 segundos para entrar en la caja y estar listos. Si no lo hacen habrá un strike automático.
- Con corredores en base, si el lanzador lanza un pickoff o se sale, el reloj se reinicia. (Consulte la siguiente sección).
Los efectos:
El más importante es bastante obvio: los juegos de las Grandes Ligas están a punto de ser mucho más cortos. El juego promedio de la MLB en 2022 ha sido de alrededor de tres horas y cuatro minutos. Se parece bastante a la duración de un juego en Rookie Ball, donde tampoco se usan relojes. Las otras ligas vieron una disminución drástica en el tiempo de juego entre 2021 y 2022, cuando la oficina del comisionado arregló algunas de los inconvenientes que habían minado las ganancias iniciales del reloj (como, por ejemplo, pisar la goma por un segundo para reiniciar el reloj). ) Los juegos de las Ligas Menores han promediado una duración de entre 2:34 y 2:43 por partido esta temporada. Eliminar 20 minutos de atarse los guantes y hacer señas contribuirá en gran medida a que el juego sea más fácil de ver.
Por supuesto, los lanzadores estaban tomándose su tiempo por una razón. Sabemos por el trabajo de Rob Arthur en Five Thirty Eight que aquellos que lanzan más duro tienden a tardar más entre lanzamientos que sus iguales con lanzamientos más suaves. Si estás a favor de limitar el tiempo entre lanzamientos, un cronómetro de lanzamiento parece un medio útil para limitar a los muchachos que lanzan más fuerte y mitigar su impacto. Si les toma más tiempo recuperarse entre lanzamientos, tienen que lanzar selectivamente lo más fuerte posible, o probablemente comiencen a lanzar a menos de su velocidad máxima poco después del primer lanzamiento. La consecuencia obvia aquí es el ahorro de tiempo, pero podría producirse de manera indirecta una más importante: más lanzamientos bateables y un impacto leve pero positivo para las ofensivas.
Otra cosa a tener en cuenta es que esta regla seguramente aumentará la cantidad de pickoffs y separaciones de la goma innecesarias. Los lanzadores inteligentes aprenderán a jugar con esos dos reinicios de cronómetro por turno al bate independientemente de si se enfrentan a Julio Rodríguez o a Daniel Vogelbach. Solo pensar en ello da pavor, pero quizás 2023 sea el primer año en el que sea legítimo abuchear al lanzador por lanzar a primera, si solo lo hace para perder el tiempo.
Reglas de separación de la goma
Las nuevas reglas:
- Los lanzadores solo podrán separarse de la goma dos veces por aparición en el plato, ya sea para bajar y reiniciar el cronómetro o para intentar un lanzamiento de pickoff.
- Este límite se restablece si un corredor avanza en medio del turno al bate.
- Si el lanzador intenta un pickoff en una tercera separación y el corredor está a salvo será un balk automático.
- Las visitas al montículo y las lesiones no cuentan para el límite.
- Si un equipo ha agotado todas sus visitas al montículo antes de la novena entrada obtendrá una adicional.
Los efectos:
Aquí es donde la cosa se pone interesante. Limitar el número de lanzamientos de pickoff es, en términos prácticos, el más revolucionario de todos los cambios de reglas que entrarán en vigor la próxima temporada. La mayoría de los cambios en esta lista son, o serán, olvidados muy pronto. La mayoría de la gente de las Ligas Menores ha admitido que se olvidan del cronómetro la mayor parte del tiempo, e incluso hay jugadores que se acostumbran al ritmo. Los cambios siempre despiertan más temor que daño real. Pero hacer que un corredor sepa que puede tomar una ventaja ridícula después de dos intentos de pickoff va a ser algo raro y seguirá siendo raro, sobre todo porque el castigo es un balk, que ya es uno de los momentos menos naturales en cualquier juego.
No creo que a nadie le guste esta regla, excepto quizás a Terrance Gore. Existe por la laguna mencionada anteriormente y se incluyó cuando se vió que los lanzadores de Ligas Menores comenzaron a pisar la goma o hacer pickoffs para evitar el cronómetro de lanzamiento. Es una solución dura para un problema necesario, pero tampoco es tan terrible como parece.
En primer lugar, a la mayoría de los aficionados al béisbol les gustan las bases robadas y les gustaría ver más. Estamos en una segunda era oscura de las bases robadas, que históricamente aumentan y disminuyen en función del entorno ofensivo y los incentivos para robar, más que por la capacidad natural de los propios corredores. Dada la dependencia del home run en los últimos años hay menos necesidad que nunca para robar bases. Al fin y al cabo si alguien pega un cuadrangular se anota igualmente estando en primera que en segunda. Si a esto le añadimos la mayor comprensión del costo de ser atrapado robando y el punto de equilibrio en la creación de valor para correr las bases nos encontramos con que el béisbol se ha ralentizado.
En última instancia, el objetivo de esta regla (además de darle al cronómetro de lanzamiento el peso necesario) es no terminar otorgando un montón de balks. Pocas cosas son menos interesantes que un tipo llegando a base mientras la pelota está muerta. Pero también, es difícil imaginar que lo hará. Los corredores podrán dar un paso más, sí, pero sólo un paso más. Ocasionalmente, en esos momentos de los playoffs a lo Dave Roberts, cuando 90 pies son todo, la regla del pickoff estará en la mente de todos. En la temporada regular, todo lo que el aficionado casual probablemente verá es que los corredores llegan a segunda con más frecuencia que antes. Este año, en las Menores, la tasa de éxito de bases robadas saltó del 68% al 77%, lo que es significativo y emocionante.
Terminaremos con el análisis mañana.
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