
Traducido por José M. Hernández Lagunes
Amo octubre. Ojalá pudieran hacer todo el pastel sabor octubre. El clima es hermoso, el béisbol es de la variedad de postemporada, y me gusta Halloween. Pero también es la temporada de la ansiedad. El béisbol de postemporada puede dar tanto miedo como un disfraz inflable de unicornio. Es angustioso de ver y, ultimadamente, muy fortuito en sus resultados. Como alguien formado en psicología, sé lo que viene después.
Todo el mundo tiene una teoría de por qué las series de postemporada terminan como lo hacen. Es una forma de intentar mentalmente poner orden en el caos cuando no existe. La realidad de la postemporada es que las series de tres, cinco y siete partidos no son suficientes para saber qué equipo es mejor. Son sólo tres (o cinco, o siete) partidos. El mejor equipo probablemente ganará en el sentido de que es una posibilidad superior al 50%, pero si tienes probabilidades de 55 a 45, te vas a quedar con las ganas el 45% de las veces. Sea o no justo desde el punto de vista cósmico, la postemporada debería verse como un bonito entretenimiento y no como una forma de determinar quién es el mejor equipo de ese año.
Considera este poquito de matemáticas: supongamos que hay dos equipos. Uno de ellos es claramente mejor que el otro, hasta el punto de que podríamos esperar que, en mil millones de partidos, ganara el 60% de ellos. Eso es un ritmo de 97-65 en una temporada completa. Es difícil encontrar un equipo tan bueno a lo largo de una temporada, pero ocurre. En el lado opuesto, tendrías un equipo destinado a un ritmo de 65-97. En el transcurso de cinco partidos, un simple binomio nos dice que el equipo menos bueno seguiría teniendo un 30% de posibilidades de ganar esa serie, y eso son dos equipos que no deben estar en el mismo campo. Ahora, pon algunas series cortas en las que participen equipos que, aunque uno sea un poco mejor que los otros, todos sigan siendo bastante buenos.
Octubre es la tierra de las teorías que no son realmente ciertas. Para recapitular algunas de ellas:
- No importa si has tenido que luchar en la recta final para conseguir tu puesto en postemporada o si has conseguido asegurarlo antes. Todos juegan de acuerdo con sus expectativas de la temporada regular y ningún equipo parece tener ventaja.
- El impulso después de una gran remontada no se traslada al siguiente partido.
- No hay efecto de tener un grupo de veteranos de postemporada. O novatos “hambrientos”.
Hoy vamos a hablar de otro. ¿Es posible que ciertos tipos de alineaciones no estén hechas para la postemporada?
¡Peligro! ¡Se vienen datos matemáticos grotescos!
El cuadrangular es lo máximo en resultados de alto valor para un bateador. Es fantástico cuando ocurre, pero los bateadores de cuadrangulares son conocidos por ser artistas del ponche. Hay que batear muy fuerte para conseguir un cuadrangular, y a veces hay que renunciar a un poco de contacto para conseguirlo. En una serie corta, ¿puede ese tipo de enfoque de todo-o-nada volverse en tu contra? ¿Quizás un equipo que está más centrado en el contacto tiene la ventaja, ya que es más probable que tenga resultados más consistentes? Si tu rival depende de la pelota larga para su ofensiva, quizás todo lo que tengas que hacer es mantenerlos dentro del parque y puedes pasar a la siguiente ronda.
Suele haber un poco de moralina con esto, como si el camino al nirvana fuera dejar de lado el tratar de toletear y abrazar la pelota pequeña. Lo diré en voz alta. El juego de pelota pequeña es una secta. La semana pasada, vimos que el equipo que hace más cosas de “pelota pequeña” durante un juego lo gana alrededor del 60% de las veces. El equipo que batea más cuadrangulares, por otro lado, puede desplegar la bandera con una “W” después del 83% de los juegos de postemporada. Pero, por supuesto, sabemos que batear cuadrangulares es bueno a nivel de juego. ¿Qué pasa con el equipo que depende de los cuadrangulares, tanto si pega uno como si no? ¿Son sus formas de romper la valla un lastre en postemporada?
Ya he demostrado antes que los jugadores de “Tres Resultados Verdaderos”—los que están dotados para poncharse, tomar sus bases por bolas y batear palos de vuelta entera—tienden a batear mejor en la postemporada, una vez que se controla el hecho de que se enfrentan a mejores lanzamientos. El bateo de todos se ve afectado por el mejor lanzamiento, pero los bateadores de TRV no lo sufren tanto. Si un equipo está lleno de bateadores del tipo “todo o nada”, en realidad esperaríamos que estuvieran bien, y tal vez un poco mejor que bien. Pero pongamos a prueba eso.
Tomé dos muestras para medir cuan dependiente es un equipo en los palos de vuelta entera. Una de ellas fue el porcentaje global de sus apariciones al plato durante la temporada regular que terminaban en cuadrangular. La otra fue la ratio dada por el número de cuadrangulares que se conectaron dividido por el número de carreras totales que se anotaron. Para el segundo, si un equipo es particularmente dependiente de los cuadrangulares para su ofensiva, deberíamos ver eso.
Utilicé datos de 1995 a 2021. Resulta que el equipo de postemporada que tenía el mayor HR% ganó el 53.6% de sus partidos y el equipo con la mayor proporción de HR/carreras ganó los suyos el 51.2% de las veces. Si te preguntas “¿Qué equipo anotó más carreras durante la temporada regular?” también obtenemos un 51.2%. No parece que los equipos con poder estén en peligro en la postemporada, e incluso podrían estar un poco mejor.
La moraleja del cuento es que los cuadrangulares son una forma perfectamente razonable de impulsar una ofensiva. No son mejores ni peores que cualquier otro enfoque para ganar partidos de postemporada. Estoy seguro de que hay algún elemento de “festín o hambruna”, pero normalmente cuando la gente dice eso, se olvida del hecho de que aunque habrá hambruna, también habrá festín.
Así que, nuevamente, si escuchas a alguien tratando de asustarte porque un equipo no juega a la pelota pequeña en la postemporada, y que depende demasiado de los cuadrangulares para crear ofensiva, puedes decirles con confianza que en realidad no hay ninguna diferencia. No hay nada malo en pegar jonrones. Generalmente es algo bueno.
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