Traducido por José M. Hernández Lagunes
Cuando cometes un error, es conveniente mirar atrás y pensar en lo que salió mal. Todo el mundo los comete, y no hay que avergonzarse de ello; te desempolvas y llevas lo aprendido al futuro. Es lo que se llama una autopsia. Luego está el pre-mortem. La idea es la misma, pero todavía no ha salido nada mal. Cuando evalúas una nueva idea, antes de ponerla en práctica, piensas en lo que podría salir mal. No es que te relegues al fracaso, pero sí quieres ser realista sobre lo que podría pasar y prepararte para ello.
En 2023, la MLB se va a embarcar en unos cuantos cambios de reglas. El béisbol va a ser un poco diferente el próximo año. Los objetivos detrás de la prohibición de los reacomodos defensivos y la instalación de un reloj de lanzamiento son los mismos. Existe la percepción de que los partidos de la MLB son demasiado lentos y no implican suficiente acción y que esto impulsará el juego hacia una forma más agradable para los aficionados.
Estoy seguro de que todo el mundo tiene su propia opinión sobre las nuevas reglas. Yo, a regañadientes, me he situado en el bando de los “no me gustan, pero entiendo por qué”. Filosóficamente, no me gustan, pero reconozco que no soy el aficionado al que tienen que atraer. Voy a ver los partidos de cualquier manera. También hay una parte de mí que respeta lo que está haciendo la MLB. Se están arriesgando y, como todo riesgo, puede que no funcione. Hay que ser valiente para arriesgarse así.
Es con ese espíritu que presento esto. ¿Cómo podrían salir mal los nuevos cambios de reglas, y si lo hacen, cómo se podrían arreglar? Hoy vamos a hablar de la prohibición de los reacomodos defensivos.
¡Peligro! ¡Detalles matemáticos sangrientos a continuación!
Uno de los objetivos declarados para prohibir los reacomodos es inyectar más “acción” en el juego. El otro es promover resultados más “tradicionales” en las pelotas bateadas. Probablemente también existe el deseo de hacer que los infielders se alineen un poco más “tradicionalmente”. La regla establece que tiene que haber dos jugadores de campo a cada lado de la segunda. Pues bien, un simple vistazo a este gráfico nos dirá qué podemos esperar:
Esta es la distribución de los roletazos de los bateadores zurdos quienes vieron reacomodos (2015-2022). Los 45 grados negativos son la línea de la tercera base. 45 grados positivos es la línea de la primera base. Podemos ver por qué los equipos desplazaron a sus jugadores. Ahora que lo pienso, aquí está la distribución de para los bateadores zurdos que no estaban siendo desplazados.
Si los equipos de la MLB hubieran podido “hacer números” en la década de los 1890s, se habrían dado cuenta de que la formación 3-1 era la mejor opción desde el principio y eso habría sido lo “tradicional”. Desgraciadamente, nos quedamos con la idea de que el 2-2 debería ser la opción por defecto.
El gráfico esconde un pequeño problema para la idea de la prohibición de los reacomodos. Dado que la mayor parte de las pelotas que se atrapan están más cerca de la línea de la primera base, en ese punto dulce de 25 a 35 grados, deberíamos esperar que el jugador de la segunda base sea puesto ahí, y que el parador en corto sea tirado tan cerca de la bolsa de la segunda base como sea posible sin cruzar la línea. No es del todo tradicional, pero al menos es apenas 2-2.
Una de las cosas de los reacomodos fue que asumimos que el hecho de que hubiera tres infielders en un lado era lo que marcaba la diferencia. Yo diría que en la formación ahora ilegal, fue el hecho de que los equipos pudieran justificar el tapar esa zona específica lo que hizo que funcionara. Para ello, necesitaban al tercer infielder para cubrirse, pero no es que la línea de tercera base recibiera tráfico. Había uno de sobra.
La prohibición de los reacomodos abre al menos parte de esa zona fuera del punto dulce, que sigue estando a la derecha de la segunda base. El parador en corto no desplazado podrá alcanzar y agarrar algunas de ellas, pero habrá nuevos agujeros. Pasarán más pelotas que se convertirán en sencillos.
Incluso podemos ponerle algunos números. He utilizado este método antes para estudiar los reacomodos. Me gusta mirar lo que los jugadores individuales hicieron cuando no fueron cambiados, y usar eso como una línea base de comparación con lo que hicieron cuando fueron cambiados. Si un jugador tenía un OBP de .300 sin el cambio, y el reacomodo no hacía diferencia alguna, esperaríamos que ese mismo jugador tuviera un OBP de .300 contra el reacomodo. Para un solo jugador, va a haber mucho ruido. Si sumamos toda la Liga, el ruido probablemente se cancelará y podremos ver el efecto general del reacomodo.
Esto es a lo que la MLB estaba reaccionando. Los datos son de 2022 y un número positivo significa que un resultado ocurre más a menudo de lo que esperaríamos frente al reacomodo. De nuevo, vemos sólo a los bateadores zurdos.
Resultado | Cambio |
Ponche | +3.5% |
Base por bolas | +0.8% |
OBP | -.020 |
BABIP | -.018 |
BABIP en roletazos | -.027 |
El reacomodo hizo lo que se suponía que tenía que hacer. Suprimió el BABIP en roletazos, pero también tuvo una penalización de caminatas asociada a él. Lo que realmente perjudicó fueron los ponches. En teoría, volver a que los equipos jueguen con una defensa “estándar” de 2-2 libraría el juego de algunos Ks, algunas BBs, y daría a los bateadores algunos hits más. El problema es que los equipos no van a volver a la defensa estándar. Ellos van a ir al reacomodo parcial, y podemos correr el mismo análisis en el reacomodo parcial.
La buena noticia es que ya tenemos una ventaja en el análisis de cómo será el nuevo cambio de campo. El reacomodo “parcial” o “estratégico” ya está contabilizado en la base de datos de Baseball Savant. Este es el mismo análisis, y la columna del reacomodo completo está copiada de arriba. La última columna compara los reacomodos parciales con una defensa “estándar”.
Resultado | Cambio (reacomodo completo) | Cambio (reacomodo parcial) |
Ponche | +3.5% | +3.2% |
Base por bolas | +0.8% | +1.3% |
OBP | -.020 | -.007 |
BABIP | -.018 | -.005 |
BABIP en roletazos | -.027 | -.011 |
El reacomodo parcial parece una versión de fuerzas básicas del reacomodo completo desde el punto de vista de las bolas en juego. Hay un efecto BABIP, pero no tanto. Los ponches y las caminatas siguen existiendo.
Aquí debemos tener en cuenta un poco de incertidumbre. Los bateadores contra los que se utilizó el reacomodo parcial fueron los que los equipos consideraron que sería la mejor defensa. Eso es tautológico, pero es necesario señalarlo. No es una garantía de que defender a los bateadores para los que un reacomodo completo sería la mejor defensa con el reacomodo parcial producirá los mismos resultados. Pero es un punto de partida. La prohibición del reacomodo podría no traer la “acción” que la MLB está esperando, incluso si trae algunos hits más.
Para llegar realmente a donde la MLB quiere ir, puede que tengan que presionar un poco más al parador en corto. Si la regla de “la segunda base es un muro invisible” no funciona para insertar suficiente “acción” (menos caminatas, menos ponches, más pelotas en juego, preferiblemente convirtiéndose en hits), entonces la regla de la “rebanada de pastel” podría ser llamada desde las ligas menores. La regla de la porción de pastel no sólo requiere una formación 2-2, sino que incluye una zona de exclusión detrás de la segunda base en la que los jardineros no pueden colocarse antes del lanzamiento. Eso obligaría más o menos a los equipos a jugar una “defensa estándar”.
Lo que está en juego es muy importante. En 2022, el 54% de todos los lanzamientos a los bateadores zurdos hubo reacomodos, y ese número sólo aumentó durante más de una década. Si esta prohibición de los reacomodos no funciona, la MLB va a tener que vivir con ello o hacer otro cambio de reglas. Si siguen empujando al parador en corto hacia la izquierda (y con la rebanada de pastel, dibujando nuevas líneas de cal en el campo), eventualmente van a llegar a un terreno inestable. La MLB puede cambiar lo que quiera, pero ¿en qué momento deja de parecerse al béisbol “real”? Ya sabes, con las reglas “tradicionales”.
Thank you for reading
This is a free article. If you enjoyed it, consider subscribing to Baseball Prospectus. Subscriptions support ongoing public baseball research and analysis in an increasingly proprietary environment.
Subscribe now