
Traducido por Marco Gámez
Formato
Este fue el quinto Clásico Mundial de Béisbol, y el torneo nunca ha usado exactamente el mismo formato dos veces. La novedad de este año fue la expansión de 16 a 20 equipos (y, por lo tanto, los grupos fueron de cinco equipos en lugar de grupos de cuatro participantes) y la expansión del ramal de eliminación directa que incluyó los cuartos de final, reemplazando lo que anteriormente había sido una segunda ronda donde el formato era de grupos (Todos contra Todos en 2006 y 2017, doble eliminación en 2009 y 2013). Personalmente, no tuve reparos por la falta de una segunda ronda con el formato de grupos, pero me preocupó la frecuencia con la que los destinos de los equipos tras la primera ronda se determinaron mediante desempates basados en criterios cuestionables.
Este año, siete equipos terminaron la fase de grupos empatados en el primer o en el último lugar de su grupo. Con los dos mejores equipos en un grupo avanzando de fase, y el equipo en último lugar en cada grupo obligado a regresar al torneo clasificatorio para la edición de 2026, por lo que las formas de desempate previstas fueron significativas para los destinos determinados. Para ponerlo en perspectiva: no se necesitaron desempates en 2009 debido al formato, tres equipos resolvieron su futuro mediante desempates en 2017, mientras que cinco equipos estuvieron sujetos a desempates en 2013 y seis equipos en 2006. Este año, ese número fue siete, un récord histórico (aunque también hubo cuatro equipos más en el torneo de este año). Dos de esos siete equipos, Gran Bretaña y Colombia, terminaron empatados en el último lugar del Grupo C. Gran Bretaña venció a Colombia en el juego entre ellos en la fase de todos contra todos, y eso rompió el empate, garantizando a Gran Bretaña un lugar en el CMB 2026 y obligando a Colombia a regresar al torneo clasificatorio. Me parece bien.
El verdadero problema ocurrió en el Grupo A, en el que los cinco equipos terminaron con dos victorias y dos derrotas, con marcadores que impidieron que los resultados directos entre ellos definieran la tabla final de posiciones. Así, la clasificación quedó determinada por el siguiente criterio de desempate: las carreras permitidas de cada equipo divididas por los outs defensivos. Esto fue profundamente insatisfactorio. El país anfitrión, China Taipei, fue relegado al torneo de clasificación a pesar de tener el mismo récord que el ganador del grupo, Cuba, y de haber derrotado en el juego entre ellos al otro equipo que avanzó, el ocupante del segundo lugar, Italia. Los italianos perdieron dos juegos ante equipos que no avanzaron (China Taipei y Panamá) y tuvieron el mismo récord que ellos. Italia se convirtió en el único equipo en ser vapuleado en los cuartos de final, perdiendo ante Japón por 9-3.
Ese resultado de cuartos de final mostró otro problema con el formato de este año, y fue una aparente disparidad en la calidad de los equipos en los dos grupos con sede en Asia (Grupo A en Taichung y Grupo B en Tokio) en comparación con los mejores equipos en los dos grupos que jugaron en Estados Unidos (Grupo C en Phoenix y Grupo D en Miami). Japón fue claramente superior a los otros nueve equipos en los dos grupos asiáticos, mientras que Estados Unidos, Venezuela, Puerto Rico, República Dominicana y México estaban incluidos en los dos grupos que jugaron en Estados Unidos. Ciertamente hubo razones geográficas para los equipos asiáticos (Japón, Corea, China Taipei y China) y Australia para jugar en los grupos asiáticos, así como para que tantos países del Caribe y América Latina como fuera posible jugaran en los grupos de Miami y Phoenix, tanto para evitar preocupaciones en términos de viaje para esos equipos, como para el objetivo de maximizar las oportunidades para que esos equipos jugaran frente a sus fanáticos, pero también resultó en que algunos de los favoritos del torneo se fueran antes de tiempo.
No tengo mejores soluciones para ninguno de los problemas anteriores. El uso del diferencial de carreras en lugar del cociente de carreras permitidas para romper el empate en el Grupo A habría resultado en el descenso de Países Bajos, a pesar de tener el mismo récord y de haber vencido al ocupante del primer lugar Cuba. El torneo de 2009 evitó el uso de desempates mediante el uso de un cuadro de doble eliminación en la fase de grupos, pero eso da como resultado que un equipo de cada grupo sea eliminado después de solo dos juegos y otro después de solo tres, sin tener la oportunidad de enfrentarse a todos los equipos en su grupo. Además, el formato de doble eliminación solo funciona si tienes un número específico de equipos en cada grupo (cuatro u ocho) o usas la siembra previa al torneo para obligar a dos equipos en un grupo de cinco equipos a jugar un encuentro de muerte súbita o das a dos equipos en un formato de seis equipos un pasaje directo para obviar la primera ronda, etc. El torneo de 2017 programó días libres entre rondas para juegos de desempate, pero cuando ocurrió un empate de tres en el Grupo D, solo hubo tiempo para un desempate, por lo que, de todos modos, uno de los equipos (el país anfitrión México) fue eliminado por el cociente de carreras permitidas.
En cuanto a la ubicación de los equipos en cada grupo, Países Bajos y Corea (y, para aquellos que lo vieron como una amenaza latente, China Taipei), decepcionaron este año, lo que sin duda contribuyó al desequilibrio percibido. Asimismo, si pudieron enviar a Cuba y Panamá a Taiwán este año, podrían enviar a Venezuela o a República Dominicana hasta allá en 2026. Como mínimo, que no vuelvan a poner a esos dos y a Puerto Rico en el mismo grupo. Por otra parte, la confluencia de esos tres equipos nos dio lo que equivalió a una final del Grupo D en la que el ganador se lo llevaba todo entre Puerto Rico y República Dominicana. Entonces, tal vez lo que mejor que podemos hacer es dejar de quejarnos y apreciar lo que tenemos. Después de todo, solo dos equipos pueden llegar a la final.
Thank you for reading
This is a free article. If you enjoyed it, consider subscribing to Baseball Prospectus. Subscriptions support ongoing public baseball research and analysis in an increasingly proprietary environment.
Subscribe now