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Traducido por José M. Hernández Lagunes
Como comenté el mes pasado, tuve el honor de moderar un panel de expertos sobre los cambios de reglas en la Conferencia de Analítica de SABR (Society for American Baseball Research en inglés) en Phoenix. Puedes leer mi reseña aquí, y ver una repetición del panel el próximo mes (consulta a SABR), pero la versión rápida es:
- El reloj de lanzamiento acortará los partidos sin provocar una avalancha de bolas y strikes automá
- Prohibir los reacomodos defensivos no tuvo prácticamente ningún impacto en los BABIP de las ligas menores, así que no esperes un gran cambio a nivel MLB.
- La regla de desconectar de la placa de lanzamiento, junto con bases más grandes y una mayor aplicación de la regla del balk, podría resultar en un aumento en las bases robadas.
No hay que tomarse demasiado en serio los resultados de los entrenamientos de primavera. (¿Qué equipo ganó más partidos esta primavera? Aquí está el enlace. Aquí te espero.) Dicho esto, echa un vistazo a estos números. (Pct. es la tasa de éxito de bases robadas; SBA/G son los intentos de bases robadas por partido).
Año | J | Bases robadas | Atrapado robando | Pct. | SBA/G |
2023 | 918 | 792 | 210 | 79.0% | 1.09 |
2021 | 834 | 492 | 188 | 72.4% | 0.82 |
2019 | 940 | 635 | 275 | 69.8% | 0.97 |
(2020 omitido debido a la pandemia. 2022 omitido debido al cierre patronal. Si me dijeras que debería omitir 2021 debido a la pandemia también, no discutiría).
Hubo un 34% más de intentos de robo de base por partido en los entrenamientos de primavera de 2023 que en los de 2021. Hubo un 13% más que en 2019. Y debido a que la tasa de éxito se disparó, hubo un 46% más de robos exitosos por juego en 2023 que en 2021 y un 28% más que en 2019—muchas más bases robadas. Si hay un 28% más de bases robadas en la temporada regular que en 2022, habrá 3,175 bolsas robadas este año. Eso sólo superaría a 2011 (3,279) y 2012 (3,229) en este siglo. Podría ser un verdadero renacimiento de las bases robadas.
O quizá no.
Hablemos primero de por qué podría haber más bases robadas. Los cambios en las reglas, obviamente. También está la analítica. Es cierto que nosotros, los nerds de cabeza puntiaguda en el sótano de casa de nuestras madres que nunca hemos jugado (una caracterización que encuentro ofensiva, porque mi cabeza no es puntiaguda y paso el rato en mi propio sótano; mi mami ni siquiera tiene uno) ilustramos que las bases robadas a menudo no son una buena propuesta sobre la base de una esperanza de carrera de equilibrio. Pero correr las bases se ha convertido en algo mucho más orientado al análisis; echa un vistazo a este video en el que Bobby Scales, vicepresidente de Sports Info Solutions cuando era entrenador de los Pirates, analiza todos los aspectos de un intento de robo de base. O esta presentación del colega en SIS de Scales, Lindsay Zeck, argumentando en 2016 que los equipos deberían correr más. O mi artículo durante el invierno que muestra que los robadores de bases en 2022 superan los equilibrios teóricos. Hay argumentos sólidos para ver más bases robadas, no menos. Las ventajas que ofrecen los lanzamientos limitados a primera, unos centímetros menos entre bases y una mayor atención a los balks podrían hacer que el juego en el campo se pusiera al día con las cifras.
Pero hay, tal y como lo veo, tres factores que podrían limitar los intentos de robo de base.
Lanzadores y receptores. Hace una década, el lanzamiento “de moda” eran las bolas de dos costuras en la zona baja, para inducir a los bateadores a batear por encima de ellas y generar roletazos. Pero los bateadores reaccionaron desarrollando un nuevo método de abanicar, lanzando la bola por encima de los infielders y las vallas. Los lanzadores respondieron favoreciendo los lanzamientos de cuatro costuras en la zona, que también colocan al receptor en una posición más favorable para hacer el lanzamiento a una base. Y, por supuesto, esos lanzamientos llegan más rápido al plato. Como resultado, los tiempos de lanzamiento del receptor mejoraron. Esta tabla muestra el número de receptores con tiempos medios de lanzamiento a segunda base inferiores a dos segundos (mínimo 20 lanzamientos).
Temporada | Receptores |
2015 | 17 |
2016 | 13 |
2017 | 12 |
2018 | 11 |
2019 | 14 |
2021 | 21 |
2022 | 32 |
Entorno de carreras. Ha habido algunas tendencias en el béisbol que son constantes y de larga duración: más ponches. Menos juegos completos. Más lanzadores. Ese tipo de cosas. Las bases robadas, sin embargo, han fluctuado.
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Todo el mundo corría en la Era de la Bola Muerta. Al ponerse de moda la bola viva y los cuadrangulares, las bases robadas entraron en franco declive. Cuando los lanzadores se impusieron en la década de 1960, las bases robadas volvieron a ponerse de moda, y la proliferación del césped artificial las impulsó aún más en las décadas de 1970 y 1980. Cuando los bateadores dominaron el juego en la década de 1990, las bases robadas volvieron a disminuir. Volvieron a aumentar a principios de la década de 2000, y luego disminuyeron cuando la pelota se adulteró.
Lo común entre estas tendencias fue el entorno de carreras. Cuando las carreras son escasas, un hit extra base puede ser muy valioso. Cuando los equipos anotan cinco carreras por partido, las estrategias de una carrera tienen menos sentido. Como tal, existe una relación inversa entre las carreras anotadas y las bases robadas:
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No es una relación inversa perfecta—la correlación es de -0.35—pero se puede ver que, en general, cuando hay más carreras anotadas, hay menos bases robadas.
Hay una relación inversa más fuerte con los cuadrangulares. No tiene sentido hacer nada más que pararse en la base si el que está en el plato la va a batear fuera del parque.
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La correlación es de -0.54. A medida que aumentan los cuadrangulares, disminuyen las bases robadas.
Otro gráfico muestra una débil correlación positiva:
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Un robo de segunda es valioso si el bateador en la caja puede conectar un sencillo que lleve al corredor al plato. La correlación entre bases robadas y sencillos es de +0.13—bastante débil. Pero si miramos sólo la era del juego divisional, desde 1969, es bastante fuerte, +0.63.
El punto aquí es: las bases robadas suben cuando las carreras bajan. Las bases robadas suben cuando los cuadrangulares bajan. Las bases robadas suben cuando los sencillos suben. El ambiente actual es uno de relativamente altos cuadrangulares y casi récord bajo de sencillos. Si los diversos cambios en las reglas tienen el efecto deseado, la anotación debería aumentar. Todas estas tendencias auguran menos bases robadas, no más.
Analítica. No, no la expectativa de carrera derivada de los equilibrios. Hablo del enfoque en la salud del jugador. Esprintar 90 pies, lanzar tu cuerpo al suelo y deslizarte contra varios objetos duros—bases, jugadores rivales—puede poner en riesgo múltiples partes del cuerpo.¿Recuerdas cuando Mike Trout se rompió un ligamento del pulgar en un intento de robo? O cuando Tim Tebow se lesionó la rodilla al intentar robar la segunda base (está bien, quizá sólo la lesión de Trout), pero el riesgo de lesión forma parte de la ecuación costo-beneficio. El riesgo de perder a un jugador clave puede pesar más que la ganancia de una base robada.
El impacto global sobre las bases robadas derivado de los cambios en las reglas, supongo, será dispar. Diferentes equipos lo incorporarán de manera diferente. Los equipos podrían correr más en el cuerpo de picheo como los Giants y Brewers, que dependen menos en los lanzamientos de cuatro costuras. Los equipos hambrientos de carreras como los Tigers y los A’s (Esteury Ruiz robó seis bases esta primavera) probablemente correrán más que los grandes bateadores en la Cantera Chávez y el Bronx. Los clubes más jóvenes, como los Guardians y los Diamondbacks, podrían enviar más corredores que sus rivales de mayor edad, como los Mets.
¿La conclusión general? Me inclino a echar el freno a las opiniones más optimistas sobre las bases robadas. Sí, mi colega y amigo Darius Austin, que sabe mucho más que yo sobre bases robadas, ve potencial para un gran repunte. Y sí, las bases robadas aumentaron mucho en las ligas menores bajo las nuevas reglas. Pero en las ligas menores se corre mucho más que en las Mayores. No se va a traducir uno-a-uno. Si a eso le añadimos los factores que reducen los tiempos de lanzamiento a las bases, el ambiente general de carreras y los esfuerzos para prevenir lesiones, es razonable esperar un aumento notable, no enorme, de los robos. Digamos, ¿un 20%? Esa sería mi estimación. (Te mantendré informado a medida que avance el año).
Las bases robadas son emocionantes. A todos nos gustan. Probablemente veremos más este año. Pero no muchas más.
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