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Traducido por Marco Gámez
Los Ángeles Dodgers se están quedando sin opciones cuando se trata del cuerpo de relevistas. El mánager Dave Roberts ya ha usado 20 relevistas diferentes esta temporada antes de la mitad del torneo, después de haber tenido que utilizar solo 21 durante todo el año pasado. Hay varias formas de medir el éxito de un cuerpo de relevo, y la mayoría de ellas da baja calificación a este equipo: están en el puesto 29 en efectividad (4,88) y en el puesto 20 en WPA (-0,36), es aun peor cuando se mide por el índice de importancia del momento en el juego (puesto 26, -0,85). Mientras tanto, DRA los considera intermedios en términos de las medidas indirectas con respecto al colectivo de lanzadores.
Los planes se han desviado. Craig Kimbrel está en otro equipo, imponiendo su estilo particular del arte de la cuerda floja en la última entrada en la otra costa. Phil Bickford, una presencia estable en ese club en 2022, está en la lista de lesionados y tal vez no sea, particularmente, extrañado. Él se une a todo un cuerpo de relevistas tomados como justificadas apuestas de temporada baja que hasta ahora han fracasado: Jimmy Nelson, Daniel Hudson, Blake Treinen, Alex Reyes, y J.P. Feyereisen no han lanzado ni una pelota. Andre Jackson, el presunto hombre para los relevos largos del equipo, se lanzó hacia la vía de poder ser tomado por cualquier otro equipo. Tampoco ayuda que la rotación está igualmente en ruinas, lo que obliga a los encargados de buscar refuerzos para Los Ángeles a completar las líneas del frente en lugar de reparar la caballería.
Roberts admitió que administrar el cuerpo de relevistas este año ha “sido un desafío”, y algunos fanáticos se han mostrado escépticos de que esté a la altura. Evan Phillips ha seguido siendo el cerrador del equipo, pero ha sido utilizado en todas partes, desde la quinta hasta la novena entrada, y por cada aparición buena de Shelby Miller o Brusdar Graterol, ha habido dos lanzadores hilvanando crisis tras crisis. La situación, en general, parece una sala de emergencias priorizando pacientes: no hay un patrón, no se establecen roles con los cuales familiarizarse y sentirse a gusto. Mientras tanto, los San Francisco Giants, aparentemente funcionando como un reloj, han superado con facilidad a los Dodgers, tienen marca (hasta el sábado) de 44-33 y han jugado con récord de .500 durante siete semanas. Las cosas han estado tan mal que el grupo organizó sus propias reuniones de apoyo, según el periodista Bill Plunkett.
Ha sido insoportable para los fanáticos de los Dodgers, especialmente cuando tuvieron que aguantar durante cuatro entradas a un destruido Noah Syndergaard y luego ver al equipo entregar la pelota a los lanzadores candidatos para ser colocados en lista de disponibles para ser reclamados por otro club. Pero, eso es genial para el béisbol.
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Los cuerpos de relevistas siguen siendo la parte más volátil de una plantilla de Grandes Ligas. Tienen tamaños de muestra limitados que no permiten la regresión, son lanzadores que se esfuerzan al máximo y queman su propia vida útil limitada, y se usan en situaciones decisivas, complicadas, que los mánagers tienen que atravesar. Esta es la proyección de PECOTA referida a los ocho mejores cuerpos de relevistas, en términos de WARP, y dónde se ubican hasta ahora según DRA-:
Equipo | WARP Proyectado | 2023 DRA- | Clasificación 2023 |
TB | 5.2 | 98 | 27 |
BOS | 5.1 | 94 | 20 |
HOU | 4.8 | 86 | 3 |
MIN | 4.5 | 86 | 5 |
NYY | 4.4 | 86 | 6 |
NYM | 4.3 | 94 | 19 |
ATL | 4 | 91 | 14 |
MIL | 4 | 96 | 25 |
Los Rays han sufrido lesiones aún peores que los Dodgers, y para ser justos, están en la cima porque WARP es una estadística de conteo y ningún equipo confía en sus relevistas para lanzar más entradas que Tampa. Pero puedes ver cuán dispersos son los resultados y cuán difícil es proyectar (y construir) un cuerpo de relevistas. En primer lugar en general, por un amplio margen, están las adquisiciones en venta de artículos usados que son los Seattle Mariners, cuya salpicadura en la agencia libre de relevistas fue Trevor Gott, quien gana $ 1.2 millones. Los diez últimos son menos sorprendentes, con solo St. Louis proyectado para terminar en el tercio inferior y clasificarse en el tercio superior (octavo).
El béisbol tiene un problema durante la temporada regular y es culpa de todos. La liga misma ha socavado el valor del verano para hacer que el otoño sea más emocionante, y lo está haciendo menos por un sentimiento de convicción que por el simple hecho de que los fanáticos les están dando más dinero de esa manera. Pero nosotros, en la comunidad analítica, tampoco estamos exentos de culpa. A medida que desarrollamos una mejor comprensión de cómo funciona el béisbol, nuestra búsqueda por una eficiencia infinita ha eliminado todo el caos y la complejidad que esos mismos fanáticos buscan activamente en octubre.
El cuerpo de relevistas, entonces, es uno de los pocos lugares donde la funesta luz del progreso no siempre puede brillar. A veces, un equipo puede ser tan bueno que es capaz de superar la aleatoriedad de los relevistas, tomemos como ejemplo a los Rays, que no pueden arruinar un salvamento porque tienen seis carreras de ventaja todo el tiempo, pero no ser tan bueno que logra borrar todos los defectos, como hemos visto tanto con los Mariners como con los Padres este año. Pero, es suficiente para poner un peso en la balanza: digamos, echar un paso atrás al club de los Dodgers y exacerbar todas sus debilidades.
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Aunque el sabor en la boca de los fanáticos de los Dodgers es quizás un poco más ácido este año de lo habitual, no es un sentimiento desconocido. A lo largo de su dinastía moderna, los lanzadores relevistas siempre han sido la debilidad del equipo. Las retinas están quemadas de ver a un exhausto Clayton Kershaw trabajando durante demasiadas entradas en un juego cualquiera de la SCLN, cubriendo a un extenuado cuerpo de relevistas. O Julio Urías lanzando en su día de soltar el brazo para cerrar un juego reñido, y tener que decir presente en su próxima apertura. En una organización que se enorgullece de la abundancia y la profundidad organizativa, cuando se trata de relevistas, parece que nunca tienen suficiente.
También es porque no pueden. Una de las cosas sorprendentes de que Mookie Betts juegue como campo corto este año es que es el tipo de cosas que nunca suceden en Los Ángeles; nunca tienen que estar tan desesperados. Son el equipo que practica el plan de evacuación de incendios, en familia, un viernes por la noche, cada año. Pero no hay mucho que pueda planificar con los cuerpos de relevistas, solo hay una buena ventaja organizacional para aprovechar.
Y, sinceramente, al menos desde un punto de vista estético, eso hace que la televisión sea buena. Si bien los Kansas City Royals de 2015 estaban construyendo un mito sobre la viabilidad del bateo de contacto, también estaban reforzando la creencia de la liga en el sueño de otro gerente general: el cuerpo de relevistas limitado, tres cerradores alineados para acortar el juego de nueve entradas a seis. Tener un exceso de lanzadores talentosos para situaciones de alta importancia es una cosa, ¡pero la certeza! No te preocupes por quién está fresco, si el regular cansado tiene más en él que el novato fresco. El simple y predecible trabajo de los lanzadores relevistas.
Y aburrido. No es trabajo de los equipos entretenernos, eso sí; su trabajo es ganar. Deberían querer reducir la incertidumbre, asumiendo que son mejores que sus oponentes en terreno parejo. Pero para el espectador, la incertidumbre es en gran parte por lo que estamos pagando. El abridor de cinco entradas y ya, seguido del interminable desfile de relevistas de 98 mph (158 kph) y una slider es mala televisión: no solo por los cambios de lanzadores, no solo por los ponches, sino por el anticlímax. Cuando el juego, y tal vez la temporada, está en juego, no queremos que el mánager pase el dedo por la matriz en su portapapeles y tome una decisión automática. Ir a un relevista debería ser estresante, arriesgado. El béisbol de postemporada es una película de terror, y todos los fanáticos rezan para que su equipo sea el que logre salir vivo de la cabaña.
El beisbol continuará alejándose de esto, debido al instinto de supervivencia. Solo un cambio de regla los detendrá. Pero somos afortunados de que incluso grandes equipos como los Dodgers aún no hayan resuelto el caos del cuerpo de relevistas. Pueden ganarlo todo y merecerlo, pero también merecen el miedo que los dados de Dios les ponen.
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