Traducido por Marco Gámez
Hace un año, Bobby Witt Jr. fue nombrado como el mejor prospecto de Baseball Prospectus en una de las listas de los 10 Mejores más completas de los últimos tiempos. Los analistas que cubren los prospectos en nuestra página web lo consideraron el más merecedor del reconocimiento entre el trío de Adley Rutschman, él mismo y Julio Rodríguez… posteriormente, Witt tuvo una temporada de debut algo difícil y terminó en un distante cuarto lugar en la votación para el Novato del Año de la Liga Americana (con Steven Kwan usurpándole el tercer puesto).
La raíz de sus complicaciones era doble: 1) un enfoque demasiado agresivo en el plato que llevó a malas decisiones de swing, las cuales obstaculizaron su capacidad para batear causando daño con el contacto y que se tradujeron en habilidades para alcanzar la base muy por debajo del promedio y 2) fue calificado como uno de los peores jugadores defensivos en las grandes ligas, algo sorprendente dada la expectativa de que podría ser ascendido a las mayores e inmediatamente manejar la posición número 6 con solvencia.
Probablemente podamos considerar resuelta esa segunda debilidad; este año es considerado uno de los guantes en el beisbol que más ha mejorado de una temporada para la otra. Aparentemente se ha consolidado como el campo corto de Kansas City para las venideras campañas, con su trabajo en el campo lo suficientemente solvente como para superar las fallas en el plato que lo acosaron durante su año de novato.
Sin embargo, este es el punto: esos defectos también están desapareciendo rápidamente. Comenzó el proceso de mejorar su disciplina en el plato la temporada pasada con un cambio de contacto que lo ayudó particularmente contra las rectas. Tomado de ese artículo:
Comenzamos a ver un cambio en mayo, con un grupo más amplio de bolas bateadas y más contactos enviados en dirección opuesta, antes de finalmente verlo evolucionar hasta convertirse en un paciente asesino de rectas este mes. Ahora Witt está llenando el callejón entre el jardín derecho y el central con líneas y elevados largos y no falla muy a menudo las rectas en la zona. Este enfoque centrado en la recta ha sido clave para que persiga menos, ya que está menos interesado en perseguir envíos secundarios que entran dentro de la zona y que luego se quiebran saliendo de ella.
Se ha mantenido con ese enfoque esta temporada, aunque esta vez produce más líneas hacia los callejones que elevados que son más verticales que horizontales (las bolas rápidas puestas en juego, por dirección del batazo en grados, los valores negativos representan los batazos halados hacia su banda):
Sin embargo, el cambio en su enfoque ofensivo del año pasado sólo lo condujo hasta cierto punto, y a finales de mayo de esta temporada, comenzaba a parecer que Witt se había estancado: su naturaleza agresiva se tradujo en que recibía boletos menos del 5 por ciento del tiempo y el débil contacto fuera de la zona lo limitó a un promedio de apenas .228. Estaba bateando enfocado en lograr un poco de poder y hacer que el éxito llegara gracias a sus piernas (uno de los beneficios de ser un jugador de cinco herramientas es poder influir en el juego de diversas maneras), pero su juego parecía más nivel “solvente” que nivel “estrella”.
Por esa época, a principios de junio, hizo otro ajuste sutil, esta vez mecánico, y ese cambio está dando grandes frutos. Desde el 1 de junio, Witt está bateando .322 con un OPS de .929, que lo convierte en el decimotercer mejor bateador del béisbol durante este lapso, y ha reducido su tasa de ponches del 22.8 por ciento al 14.8 por ciento.
¿El gran cambio? Una ligera diferencia en el lugar donde comienza con sus manos antes del lanzamiento y en su carga con el bate. Tomemos como ejemplo estas dos bolas bateadas, ambas contra bolas rápidas de más de 95 mph (153 kph). Una es contra Nate Eovaldi en abril (a la izquierda) y la otra es contra Logan Gilbert en agosto, que terminó siendo un jonrón dentro del parque [Nota del editor: la anotación correcta debería haber sido error, posiblemente dos en la jugada]:
Aquí está la imagen fija en el momento en que cada lanzador suelta la pelota. Nota cómo puedes ver más de la parte posterior de la camiseta de Witt y su hombro y codo traseros en la imagen más reciente contra Gilbert:
Witt está empezando a mover las manos más atrás y más arriba. Para entender cómo eso le ayuda contra la velocidad (y posteriormente le da más tiempo para reaccionar contra la velocidad), hay que pensar en cómo un jugador como Witt es capaz de crear su poder. No es un jugador de baja estatura, pero tampoco es Giancarlo Stanton o Joey Gallo; El poder de Witt no proviene de la fuerza bruta y de las pelotas que salen del parque a punta de músculos. Por el contrario, crea su poder a través de la fuerza de rotación y la elasticidad; piensa en cómo Cody Bellinger o Corbin Carroll pueden batear con tanto poder a pesar de sus contexturas más delgadas. Los atletas rotacionales como estos jugadores crean velocidad del bate al girar secuencialmente sus cuerpos alrededor de sus piernas traseras lo más rápido posible, haciendo girar el bate en un instante. Aquí está bateando una bola rápida de Jhoan Durán a 101.8 mph (163.8 kph) que se tradujo en un grand slam que sirvió para dejar en el terreno al equipo rival, el batazo se produjo ante la pelota que está empatada como el quinto lanzamiento más rápido para un jonrón desde 2008, y el lanzamiento más rápido fuera de la zona de strike.
Cuando Witt coloca sus manos donde lo hace ahora tiene el efecto de enrollarse como un resorte: crear más tensión entre su mitad superior del cuerpo y su mitad inferior. Cuando se balancea, tiene más fuerza, como una banda elástica que se mueve hacia adelante. Así es como puede meter las manos contra una bola rápida de 102 mph (164 kph) de un relevista de élite y despachar un jonrón con las bases llenas.
Ese grand slam fue sólo el signo de exclamación de la reciente mejora de Witt frente a los envíos con velocidad. Si bien abanica menos contra las rectas, su mejora se debe menos a hacer más contacto y más a lo que está haciendo con ese contacto. Y últimamente, ha estado haciendo mucho más cuando conecta, especialmente contra los envíos de cuatro costuras (la línea verde etiquetada como “FA”):
Como señaló Dan Szymborski en su excelente artículo sobre Witt, desde el 30 de junio él ha sido uno de los mejores jugadores del beisbol. Eso es justo en el momento en que vemos despegar su actuación contra los envíos de cuatro costuras, a diferencia de antes cuando se defendía principalmente manejando con habilidad las secundarias. Desde ese día, Witt ha bateado .440 y tiene slugging .960 contra rectas de cuatro costuras; antes de eso, bateaba apenas .210 y tenía slugging de .352 contra ellas. Esa mejora—y el impulso para lograrla—es la diferencia entre simplemente otro campo corto estable y la joven y emocionante superestrella que esperábamos. Que continúe por mucho tiempo el ascenso de Witt a la realeza en Kansas City.
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