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Image credit: © Charles LeClaire-USA TODAY Sports

Traducido por Marco Gámez

Ke’Bryan Hayes siempre ha tenido el tipo de estadísticas potenciales por las que uno se babea: ha sido capaz de batear la pelota con fuerza sin sacrificar la capacidad de hacer contacto consistente, muestra una comprensión razonable de la zona y su defensa es digna de un guante de platino en la esquina caliente. Ese conjunto de habilidades es raro y suficiente para convertir a cualquier pelotero en un confiable jugador de todos los días, pero durante sus primeras tres temporadas, no había podido alcanzar el estatus de estrella por un defecto notoriamente obvio: bateaba roletazos con demasiada frecuencia por lo que ese duro contacto no daba sus frutos.

Cerca de finales de mayo, en su cuarta temporada, nuestro compañero Nathan Grimm señaló que Ke’Bryan habia comenzado a lograr algunas mejoras en la calidad del contacto, aunque todavía no lograba el tipo de progresos en la elevación que lleva a que las pelotas de béisbol sean conectadas fuera del parque y como consecuencia lleguen votos para ser parte del Juego de las Estrellas. Gran parte de esto fue impulsado por un enfoque paciente y tradicional: dejar que la pelota viajara y dirigirla hacia el medio o hacia el campo contrario. No te ponches, haz un contacto sólido y pon la pelota en juego. Ese enfoque ofensivo es apropiado si no se consideran otros factores, pero cuando mayo llegó a su fin, Hayes bateaba sólo .221 con un OPS de .621, difícilmente el tipo de resultados en el campo que refuerzan ese plan de ataque.

Esa falta de resultados, aparentemente, provocó un cambio en su proceder. Nathan escribió: “Los buenos bateadores de poder son agresivos durante el lanzamiento” y, casualmente, Hayes se volvió mucho más agresivo en el mes siguiente, tal vez buscando poder al apretar el gatillo contra los lanzamientos antes de lo normal. Desafortunadamente, esto no fue “agresión controlada” sino más bien “imprudencia”, ya que su tasa de swing contra lanzamientos fuera de la zona, en el período siguiente, se disparó al peor punto de su carrera:

Tasa de Persecución
De por vida hasta mayo 31, 2023 27.1%
Junio 1 – agosto 1 39.1%

Durante ese período, Davy Andrews de FanGraphs escribió algunas observaciones sobre el defensor de la esquina caliente de los Pirates. La primera fue que, sí, estaba elevando más la pelota, pero que estaba comenzando desde un punto de partida tan por debajo de la media que las mejoras no eran suficientes para influir en los resultados. En segundo lugar, las decisiones de Hayes en el plato estaban empeorando, en lugar de mejorar, como lo evidenciaba la cantidad de lanzamientos no competitivos que Hayes estaba persiguiendo. Poco después, Hayes ingresó a la lista de lesionados dos veces seguidas por inflamación de la espalda y su progreso inconsistente desapareció temporalmente de la psique pública.

Hayes salió de la lista de lesionados el 2 de agosto como un jugador rejuvenecido, evitando la posición de batear basada en marcar con la punta del pie que había adoptado a principios de temporada y volviendo a una versión simplificada de estirar la pierna, que siempre ha preferido. El periodista de los Pirates para MLB.com, Justice delos Santos, nos da una excelente visión de ese ajuste. Señaló en agosto que “Hayes ha hablado en los últimos días sobre reducir el movimiento en su swing. En los últimos días, pasó de la posición de marcar con la punta del pie, que introdujo a principios de este año, a estirar un poco la pierna. El primer video es del domingo. El segundo es del juego de hoy”.

Solo ha pasado poco más de un mes, pero decir que los primeros resultados han sido alentadores sería quedarnos cortos en la evaluación de Ke’Bryan. Desde el 2 de agosto, Hayes ha participado en 30 juegos, y en esos 30 juegos conectó ocho jonrones en su camino a un porcentaje de slugging de .587, bueno para el puesto número 19 entre los bateadores calificados durante ese período. El OPS de .943 que acumuló durante el último mes lo coloca dentro de los 25 mejores bateadores de las Grandes Ligas, cómodamente ubicado entre luminarias del bateo como Freddie Freeman (.953) y Yordan Alvarez (.941).

La pregunta obvia que surge cuando un ajuste mecánico conduce a un cambio tan sorprendente es: ¿por qué funciona esto? Para Hayes, estirar la pierna de forma simplificada le ha dado el bien más preciado para un bateador: el tiempo. Del artículo de delos Santos extraigo:

Siento que tengo todo el tiempo del mundo, porque mi movimiento es mucho más simple y es algo más parecido a ‘dar un paso hacia la pelota y batear'”, dijo Hayes. “Desde aproximadamente el mes pasado, he estado viendo bien la pelota. Pero el contacto así es demasiado profundo, chocar la pelota con la trayectoria del bate bajando en lugar de estar detrás de la pelota. Luego, una vez que giro las caderas, la parte gruesa del bate se abre camino hacia arriba a través de la zona, a través de la pelota. Simplemente se trata de estar detrás de la pelota y poder levantar la cabeza del bate”.

Eliminar el movimiento innecesario durante la fase de carga de su swing hizo que Hayes fuera más eficiente a través de la zona y hacia la pelota, lo que tiene un efecto de hacer encajar las piezas del conjunto al darle la sensación de que tiene “todo el tiempo del mundo” para reconocer qué lanzamiento viene—lo que le ha ayudado a controlar su actitud descarriada—y a recibir la pelota frente al plato, donde se batean los jonrones. Cuando los bateadores hacen contacto tan temprano, levantan la pelota por el aire, que es el mejor tipo de contacto que un bateador puede hacer. Eso es exactamente lo que sucedió aquí, con Ke’Bryan produciendo batazos elevados y líneas al mejor ritmo de su carrera (medido por promedios de 500 lanzamientos), por mucha diferencia, durante el último mes:

Podemos ver que su disciplina en el plato, medida por la tasa de swing en la zona menos la tasa de persecución (línea amarilla), se ha recuperado de su problema de mitad de temporada, y junto con su vista perspicaz ha agregado los antes mencionados batazos elevados halados hacia su banda (línea negra, tasa de halar los  batazos elevados + las líneas).

La capacidad de conectarlos consistentemente puede ser transformadora para un bateador; casi el 65 por ciento de los jonrones en 2023 han sido conectados cuando los bateadores halan la pelota hacia su mano y, en general, los bateadores de la liga promedian  entre el 29 y el 30 por ciento de halar la pelota cuando producen batazos elevados. Hayes nunca se ha acercado a esa cifra, lo que efectivamente hace que casi todo su potencial de poder sea inaccesible. Y tiene un verdadero poder: su velocidad de salida del percentil 90 (una medida que muchos equipos usan como indicador de la capacidad de un jugador para batear con potencia) de más de 106 mph (171 kph) se encuentra en el 15 por ciento de los mejores bateadores desde que ingresó a la liga.

Promedio de Halar BE+L
2020 12.5
2021 9.3
2022 9.9
2023 pre estirar la pierna 17.3
2023 post estirar la pierna 28.2

Desde el cambio en su mecánica, Hayes finalmente ha comenzado a aprovechar todo ese potencial. Nueve de sus 13 jonrones de este año han sido hacia el jardín izquierdo, casi el doble de los cinco que consiguió en sus tres temporadas anteriores combinadas.

Finalmente está enviando sus batazos elevados hacia partes más productivas del parque a un ritmo acorde con el resto de la liga, y eso, combinado con sus ya presentes habilidades de contacto superiores al promedio (percentil 97 en el porcentaje de contacto en la zona) y su resurgimiento en el manejo de la zona lo están llevando a alcanzar el nivel que muchos esperaban desde su emocionante debut en 2020. Ha tenido falsos despertares previamente, pero si Hayes puede retener la mayoría de estas mejoras en la calidad del contacto, entonces no hay duda de que puede ser una estrella con uno de los perfiles más completos de la liga.

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