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Image credit: © David Reginek-USA Today Sports

Traducido por Rohanna Pacheco

En la primera mitad del 2022, los Diamondbacks se veían perdidos en el mar, navegando con un récord de 40-52, en camino a ganar un total de 70 juegos en la temporada. Durante la  del Juego de las Estrallas, llamaron a las grandes ligas a unos cuantos emocionantes atletas jóvenes que compartían dos características: ponían un montón de bolas en juego, y eran rápidos. Corrieron con esta infusión de juventud a un récord en la segunda mitad de 34-36, impulsado por una alineación que se robó la mayor cantidad de bases en todo el beisbol y tuvo el tercer menor porcentaje de ponches en la NL durante ese período.

Continuaron su destello de energía con un destacado año en el 2023: liderados por el ROY (Novato del Año, por sus siglas en inglés) de la NL Corbin Carroll, avasallaron con un récord de 52-39 en la primera mitad, entrando a la pausa del Juego de las Estrellas empatados con los Dodgers al tope de la NL West. Se resbalaron un poco en la segunda mitad antes de reencontrar paso firme a tiempo para ganarse un puesto en el Wild Card, y ya saben el resto de la historia.

El equipo del 2023 tal vez se quedó corto, pero los cimientos de lo que parece ser un competidor anual se instalaron el año anterior, cuando ese núcleo emocionante del equipo hizo su debut. La oficina de ejecutivos reconoció que astutamente intercambiando a Daulton Varsho—quien se presumía sería unos de los pilares—por Lourdes Gurriel, Jr. y Gabriel Moreno, quienes fueron protagonistas en llevar a los Diamondbacks a los playoffs y causaron caos tan pronto llegaron.

Mientras miramos ahora al 2024 y más allá, vale la pena estudiar el panorama para ver quiénes serán los próximos Diamondbacks. Esto no quiere decir que estamos buscando al equipo que pasa de menos .500 a la Serie Mundial en menos de un año, sino a un equipo con un núcleo joven que—si fuerzas la vista lo suficiente—pueda dar un salto hacia adelante y meterse en la pelea de la postemporada el año que viene. Idealmente, este equipo ha mostrado algo este año que nos ha hecho pensar en ellos dos veces y que es viable que puedan dar un salto adelante similar en el 2024 luego de algunas adiciones claves en la temporada muerta.

Escoger a los Reds seria trampa, ya que terminaron por encima de .500 y casi le ganaron a los Diamondbacks por el último puesto en el Wild Card. No es difícil prever a este joven núcleo progresando y convirtiéndose en contendientes, con nuestro propio Tim Jackson detallando esta encrucijada temprano en la semana, y reforzándola con una excelente pieza sobre los ajustes que Christian Encarnacion-Strand hizo que le permitieron surgir como una amenaza en el medio de la alineación en el último mes de la temporada.

Es más divertido estudiando rangos arbitrarios, pero si observamos a los equipos que jugaron pelota de .500 o mejor en la segunda mitad después de jugar menos de .500 en la primera mitad, podemos consolidar algunos de los equipos que mostraron avances en el transcurso del año–teóricamente, nuestros jóvenes surgentes. Hubo cuatro equipos que lograron esa hazaña. Los Twins lo hicieron, pero ellos ya llegaron a la postemporada. Los Cubs y Padres también checan ambas categorías, pero ambos desencajan particularmente con el espíritu de nuestra iniciativa: Los Padres llegaron a la NLCS el año pasado y los Cubs eran no tanto un núcleo de jóvenes amalgamándose sino más como un conglomerado de veteranos adquiridos por agencia libre. El promedio de edad de estos equipos refleja esta diferencia; los Cubs con 28.8 y los Padres con 29.5 estaban en la mitad superior de la liga en términos de edad.

Los Nats, Royals, y Pirates mejoraron significativamente después de la pausa del All-Star y tienen núcleos jóvenes que parecen estar progresando, con más ayuda en camino, pero ninguno llego a jugar .500 después de la pausa. Estos equipos están acercándose a la meta, pero todavía no están ahí. Este grafico muestra cambios en el OPS y ERA de la primera mitad a la segunda mitad de la temporada y su cambio en porcentaje de ganados (rojo=alto, azul=bajo).

Sólo un equipo tacha todas las casillas: núcleo joven, récord perdedor en la primera mitad, récord ganador en la segunda mitad. ¿Ese equipo? Los Detroit Tigers.

Puede que pasaran desapercibidos, ya que los Tigers no estuvieron envueltos en la carrera a la postemporada y ninguno de sus jugadores fueron candidatos para condecoraciones personales, pero los Tigers terminaron 39-34 en la segunda mitad con un diferencial de carreras de +7. Si eso no suena como mucho, considere que venían con un diferencial de carreras de -86 en la primera mitad. Esta es una conversión significativa, y detallando el roster de pie a cabeza se puede empezar a distinguir el esqueleto de un equipo competitivo.

Con Riley Greene, Spencer Torkelson, y Kerry Carpenter, los Tigers instalaron la base de una ofensiva competente. Torkelson, en particular, parece estar evolucionando como la pieza central, y suplementando con jugadores como Matt Vierling y Andy Ibañez—quienes terminaron la temporada caliente, con un OPS de .885 y .873 en septiembre/octubre, respectivamente—quienes estrechan la alineación más allá de los tres grandes bates. Parker Meadows subió en Agosto trayendo un guante deslumbrante al jardín central, y también un bate por lo menos capaz desde el lado izquierdo.

La alineación en general mostró gran crecimiento en cuanto a decisiones en el plato comparado con la atrocidad del 2022. Llevándonos por SEAGER—un indicador de habilidad en el plato orientado no sólo en boletos recibidos sino también en maximizar Daño (% de Daño en el gráfico) en contacto—los Tigers saltaron de 30mo hace dos temporadas a exactamente la mitad de la lista en la temporada pasada, también mostrando casi el mismo progreso en su calidad de contacto:

Ya hicieron un cambio para reforzar aún más la alineación, con el trueque por el super estable jardinero/1B Mark Canha, una veterana maquina para embasarse que mantiene la actividad fluyendo y puede ser titular o contribuir desde la banca. La inminente promoción del prospecto top Colt Keith, un 3B zurdo con la habilidad de batear líneas de largo a largo (imagina a Justin Turner) va a actualizar la esquina caliente. Para llevar la alineación de prometedora a amenazadora, Detroit pudiera sumar otro bateador de poder; cualquiera de los jardineros de esquina disponibles tiene sentido, desde Rhys Hoskins hasta Teoscar Hernandez o Joc Pederson.

Esta alineación de rápido crecimiento apoyó a una rotación y bullpen más que capaz en la recta final del 2023, con Tarik Skubal y Eduardo Rodríguez brindando un combo 1-2 como el de Gallen y Kelly en el tope de la rotación y con Alex Lange y Jason Foley ofreciendo opciones más seguras en los últimos innings que con las que cuentan la mayoría de los equipos por debajo de .500. Rodríguez, es por supuesto, agente libre, y si los Tigers han de tomar el salto proverbial les serviría mucho retener o remplazar sus servicios.

Este grupo no está lejos, y la Central de la AL es eminentemente ganable—los Twins, ganadores de la división ya se comprometieron a disminuir su nómina, mientras que el resto de la división parece no tendrán adiciones significativas. Los Royals tiene bateadores jóvenes comparables con los Tigers, pero tienen que trabajar bastante para compensar sus deficiencias en el staff; los Guardians son lo contrario, mientras que los White Sox parecen estar entrando en período de reconstrucción. Con algunas adiciones inteligentes, hay un espacio en la postemporada para que Detroit lo llene en el 2024.

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