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Image credit: Brad Penner-USA TODAY Sports

Traducido por Marco Gámez

No es frecuente que un jugador superestrella, de 25 años, en la cima de sus poderes y a solo un año de convertirse en agente libre pueda ser intercambiado a los Yankees de Nueva York y quedar relegado a una pequeña nota al pie de página durante la temporada baja del béisbol, pero…bueno, Shohei Ohtani y Yoshinobu Yamamoto se unieron para hacer un buen trabajo robándole los titulares a Juan Soto.

No necesitas que venga aquí y te cuente lo genial que es Soto. Sus logros y talentos prodigiosos están bien establecidos en este momento. Así que no, no vendré aquí y te contaré cómo es su capacidad visual, su poder o su herramienta de batear, ni usaré ninguna estadística avanzada para demostrarlo; es completamente innecesario. En lo que respecta a su temporada un tanto “disminuida”, escribí en mayo sobre las complicaciones de Soto al comienzo de la temporada pasada. En resumen, los lanzamientos sweepers de los zurdos lo estaban matando, y cuando ese artículo se publicó, tenía un OPS de .818; luego registró un .955. Problema resuelto.

Sus nuevos compañeros de equipo tuvieron problemas similares contra casi cualquier envío que no fuera una bola rápida, pero en su mayor parte nunca lo resolvieron. Aquí está el SLG del equipo de los Yankees por tipo de lanzamiento:

Tipo de Lanzamiento SLG Clasificación en la Liga
Cuatro costuras .491
Sinkers .379 27º
Sliders .362 27º
Sweepers .348 18º
Curvas .481 28º
Cambios .347 22º
Recta de dedos separados .322 11º
Cutters rápidos .258 28º

Y así es como le va a Juan Soto en términos de hacer contacto (eje y, % de abanicar) y hacer daño (eje x) ante esos distintos tipos de lanzamiento (CH=cambio, CU=curva, FA=bola rápida, SL=slider):

Las líneas de puntos son los promedios de la liga contra esos tipos de lanzamientos, y puedes ver que Soto está muy por encima del promedio en todos ellos, como era de esperarse. Los Yankees estuvieron muy por debajo del promedio tanto en cantidad como en calidad de contacto contra todo menos las rectas, que no es exactamente lo que, al comenzar la temporada, se esperaba que hicieran.

Para empeorar las cosas, esas marcas de todo el equipo de los Yankees incluyen a Aaron Judge, quien es uno de los mejores bateadores del planeta cuando está sano. El hecho de que muchos de esos porcentajes de slugging estén entre los tres o cuatro últimos de la liga hace que mejorar la alineación de los Yankees sea una tarea mucho mayor que simplemente “ir a buscar a Juan Soto”, por muy bueno que sea.

Para que la alineación de los Yankees vuelva a ser una unidad temida y digna de postemporada, necesitarán algo más que su dúo dinámico. Gleyber Torres se ha convertido en un metrónomo por su aporte en la mitad superior de la alineación, pero podría decirse que es el único otro soporte seguro en este grupo. El resto de la alineación (hay, si los cuentas, otros seis lugares en el orden) está lleno de signos de interrogación, y la forma en que se respondan esas preguntas determinará qué tan buenos pueden ser los nuevos Bombarderos del Bronx.

Un gran paso hacia delante en la segunda temporada de Anthony Volpe contribuiría en gran medida a mejorar la mitad inferior del orden de bateo, pero incluso más que él, es el grupo de veteranos en el medio de la alineación el que debe encontrar una manera de recuperarse en 2024, y eso no es una tarea fácil.

Escribí sobre esto durante la temporada; lo esencial era que se trataba de una alineación decrépita incapaz de acumular hits o hacer lo que se suponía que debían hacer (batear jonrones). En particular, hay tres veteranos que probablemente acumularán turnos al bate todos los días, y lograr que mejoren su forma de 2023 podría decidir la dirección de la temporada de los Yankees. Veamos las claves para lograrlo, comenzando con otro ex JMV:

Giancarlo Stanton

La clave para su 2024: Stanton todavía batea pelotas de béisbol como pocos humanos pueden hacerlo. Ha estado en la cima de las tablas de clasificación de Máxima Velocidad de Salida en BaseballSavant desde que MLBAM la registra. Eso todavía no ha cambiado, y es por eso que incluso en su peor temporada en una década aún totalizó 24 jonrones en 101 juegos. Su problema ha sido lo que sucede cuando la pelota no sale del parque y no está claro cómo solucionarlo.

El registro de lesiones de Stanton es más largo que un recibo de CVS, y eso ha llevado, con el tiempo, a una degradación masiva en su velocidad de correr. Desde 2018, se ha venido ubicando en velocidad de correr en los siguientes percentiles: 70º, 55º, 24º, 13º, 4º y 4º. Esa no es una buena tendencia, y esa drástica disminución en la velocidad de sus pies ha llevado a algunos resultados espantosos en bolas que deberían haber sido hits. En 2021, cuando bateó .273 en general, su promedio de rodados fue de .302. En 2022, esa cifra cayó a .218, y la temporada pasada tocó fondo en .170. La desaparición de todos esos sencillos ha arrastrado hacia bajo su promedio al nivel sub-Mendoza que mostró en 2023. Tal vez una temporada sin lesiones de los músculos blandos podría derivar en una recuperación, o tal vez Stanton tenga que encontrar la manera de conectar menos rodados, algo que siempre lo ha atormentado.

Anthony Rizzo

La clave para su 2024: El caso de Rizzo parece sencillo. Cuando chocó contra Fernando Tatis Jr. el 28 de mayo, estaba bateando .304/.376/.505. De ahi, cuando jugaba con síntomas posteriores a una conmoción cerebral antes de ser finalmente dado de baja por el resto de la temporada, bateó .172/.271/.225. No soy médico, pero no parece exagerado inferir que una conmoción cerebral podría afectar la percepción y la capacidad de toma de decisiones de un bateador en las pocas décimas de segundo con las que tiene que trabajar cuando se enfrenta a lanzamientos de 95+ mph (153+ kph). Un buen estado de salud es, por mucho, el factor más importante para él.

DJ LeMahieu

La clave para su 2024: Puede que haya pasado inadvertido, pero DJLM logró silenciosamente una segunda mitad de 2023 muy sólida, con un OPS de .807 después de una marca inferior a .643 en la primera mitad de la temporada. La clave de su resurgimiento fue un mejor ojo en el plato, tanto en términos de bases por bolas y ponches (su tasa de bases por bolas aumentó del 7.9 por ciento al 13.6 por ciento) como en el progreso en su calidad de contacto. Su calificación SEAGER, una métrica que intenta calificar las decisiones de swing de un bateador de manera más detallada que el porcentaje de O-Swing, mejoró significativamente en el transcurso de la temporada. Como ilustra este promedio ante 500 lanzamientos:

Una marca SEAGER de élite es cualquier valor superior a 20; LeMahieu pasó gran parte de la segunda mitad en esa cifra, y sus resultados en el campo mejoraron como resultado de esas decisiones de mayor calidad.

Los Yankees han adquirido una superestrella importante en su mejor momento, una de las personalidades más destacadas del juego y un jugador que rinde en los horarios estelares. Se podría aplicar aquello de que después de la noche sale el sol. Todos los buenos equipos de los Yankees del pasado tuvieron actores secundarios capaces de rendir alrededor de sus estrellas. Los Yankees de 2024 esperan que sus candidatos de ahora sean más satélites que escombros.

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