
Traducido por Marco Gámez
Mientras la temporada baja avanza a paso de tortuga, me puse a hojear el libro de Ted Williams, La ciencia de batear. La primera regla de bateo de Williams era fácil: aprovecha un buen lanzamiento para batear. Todos los bateadores se benefician de esas sencillas palabras sagradas
La segunda regla de Williams es un poco menos intuitiva. Hay que hacer swing ligeramente hacia arriba, para encontrar, lo más posible, el lanzamiento entrante como “en el mismo nivel”, es decir, en los tornillos, al ras, limpiamente, etc. De lo que hablaba Teddy Ballgame es de algo comúnmente conocido ahora como “ángulo de ataque”. Es decir, el ángulo vertical en el que el bate encuentra la pelota. Esta es una medida rastreada por equipos y en instalaciones como Driveline y Tread Athletics, pero, desafortunadamente, no tenemos acceso a ella.
En lugar de eso, quise verlo desde el lado de los lanzadores, para ver qué bateadores estaban adaptando sus swings a los lanzamientos que enfrentaron en función de los ángulos de despegue que produjeron después del contacto. Para hacer esto, estudié las dos variables a las que el bateador tiene que ajustarse más verticalmente para chocar la pelota: la altura del lanzamiento y el ángulo de aproximación vertical, o VAA (Vertical Approach Angle, por sus siglas en inglés), que es el ángulo en el que un lanzamiento cruza el plato. Al observar los resultados de las bolas bateadas en combinaciones de esas dos variables, pude llegar a una estimación aproximada de cómo “debería” buscar un bateador chocar la bola. Así luce este grafico, con el mapa de la altura del lanzamiento contra VAA, con ángulos de despegue ideales clasificados de malo (azul) a bueno (rojo):

Esos son los ángulos que produjeron wOBA en contacto que fueron mejores que el promedio de la liga contra esa pareja de VAA y altura del lanzamiento. La mayor parte es intuitiva: contra un lanzamiento en cambio de velocidad en picada a la altura de las rodillas, por ejemplo, a un bateador le conviene más intentar batear una línea hacia uno de los pasillos. Contra una recta plana a la altura de los ojos, la mayoría de los bateadores son más capaces de producir elevados largos con posibilidades de que salga del parque. Y, curiosamente, cuanto más alto se queda un lanzamiento quebrado muy empinado en la zona, más alto puede devolverlo un bateador; esos son los clásicos “envíos colgados” con los que sueña todo bateador.
Después de encontrar el ángulo de despegue ideal para cada lanzamiento, comparé la diferencia entre los ángulos de despegue reales de la bola bateada y el ángulo de despegue ideal de ese lanzamiento (en valor absoluto, ya que solo quería saber qué tan lejos estaban, no en qué dirección estaban). La distancia promedio de un bateador desde el ángulo de despegue ideal resultó tener la relación más fuerte con su promedio de bolas en juego (BABIP) y se representa así (el eje x se invierte de modo que cuanto más a la derecha esté un bateador, más cerca está del ángulo de despegue ideal; BBE = eventos de bola bateada):

Una r ponderada de .51 no es tan mala para un ejercicio hecho más por curiosidad que por cualquier otra cosa. Ahora a la verdadera diversión: ¿quién es el mejor para afrontar qué lanzamientos? Primero, las bolas rápidas súper planas que llegan con menos de cuatro grados de VAA (piensa en Spencer Strider, Cristian Javier, etc.):

No debería sorprender que Freddie Freeman sea el mejor en esta área. El lanzamiento de cuatro costuras alto se ha convertido en una de las armas más temidas en los arsenales de muchos lanzadores, pero todavía nunca han podido hacerlo out con él. Debe haber conectado mil hits contra este envío en su galardonada carrera:

Los siguientes son los más mediocres contra cuatro costuras, así como contra algunos sinkers, cutters y cambios de velocidad sin mucha profundidad en la banda de 4 a 6 grados:

Incluso en un año malo, Tim Anderson hasta se ubicó a la altura de Shohei Ohtani en términos de emparejamiento contra estos lanzamientos, la mayoría de los cuales dependen de la altura del lanzamiento más que del VAA para saber cómo deben ser bateados. En la zona mala de este análisis, vemos a los toleteros de todo o nada Joey Gallo, Patrick Wisdom, y Josh Donaldson registrar algunas de las peores actuaciones contra estos lanzamientos ya que intentaban castigar y levantar todo lo que les lanzaron.
A continuación se detallan sliders tradicionales, cambios de velocidad y curvas menos profundas en el rango de 6 a 8 grados:

Aquí se puede encontrar a muchos bateadores de “bola baja” (ese tal, Mike Trout, es bastante aceptable contra los lanzamientos quebrados), junto con un grupo de algunos otros nombres interesantes. Brandon Marsh y Jarred Kelenic, ambos zurdos que históricamente han tenido problemas contra los lanzamientos secundarios, pero que mejoraron en 2023, se encuentran situados al lado de Luis Arráez, quien nunca abanica nada. En el otro extremo del espectro, algunos jugadores con problemas contra secundarias en sus respectivos informes de evaluación (Johan Rojas y Nolan Jones) se destacan como valores atípicos por el éxito que tuvieron, a pesar de aparentemente haber fallado ante estos lanzamientos.
Por último, tenemos los lanzamientos quebrados súuuper empinados que se registran con más de 8 grados de VAA; estas son las llamadas curvas de 12-6 y sliders con toneladas de profundidad:

Nick Pratto estuvo cerca de la cima en la tabla de 6 a 8 grados y se encuentra en la misma área contra lanzamientos que quiebran de manera más marcada. Riley Greene dio un gran paso hacia delante en 2023, en parte debido a que estuvo listo para castigar los lanzamientos quebrados que quedaron sobre el plato, como esta curva tipo arco de Justin Verlander:

Durante mucho tiempo ha sido común clasificar a los jugadores como bateadores de “bola alta” o “bola baja”, pero nuestro conocimiento sobre los lanzamientos y el bateo se extiende ahora más allá de la zona de strike. Podemos ver si los bateadores son “planos” o “empinados”, y eso puede informarnos a la hora de pensar sobre sus fortalezas y debilidades. El bateo es bastante parecido a lo que era cuando Ted Williams dio su opinión, pero las formas como podemos examinarlo son ahora mucho más detalladas.
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