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Image credit: Benny Sieu-USA TODAY Sports

Traducido por Marco Gámez

El poema de apertura en el libro Dream Work de Mary Oliver se titula “Dogfish” (Cazón). Como muchos de sus poemas, su sentimentalismo es inevitable y te provocará cosas más típicamente reservadas para cuando cortas cebollas para una lasaña o cuando das la bienvenida a un niño a tu vida. Lo que lo hace destacar son los saltos en el tiempo, que permiten al orador crear un coro rodante y giratorio, repitiendo “Yo quería”, que representa el deseo que intenta reconciliarse con la realidad. En este orden de ideas ha venido a mi mente Keibert Ruiz.

Fue adquirido por los Nationals como pieza central del intercambio por Max Scherzer y Trea Turner, ocurrido durante el desmantelamiento más reciente del equipo, lo anunciaron como un receptor con mucho contacto, cuyo conocimiento de la zona podría llevarlo a tasas de boletos y ponches casi iguales. Su poder también parecía estar en ciernes. Era un jugador avanzado en una posición difícil, de inmediato se destacó lo preparado que estaba para un puesto titular cuando tenía poco más de 20 años. Los rumores a su alrededor sugerían que podía desempeñarse en el plato de maneras que la mayoría de los receptores no logran ni lo pueden lograr.

Después de una decepcionante primera temporada completa como titular, su reporte como jugador en el Anuario de 2023 enfatizó que, si bien no era una estrella, todavía estaba demostrando un talento precoz que lo ponía a la vanguardia, y que no era momento de entrar en pánico sobre él. Fue una evaluación justa. Era joven. Los Nationals fueros malos. Mostraba indicadores positivos. Luego el año pasado, jugó en 24 juegos más para un total de 136 y tuvo números de .260/.308/.409. Fue otra temporada de más de lo mismo.

Juguemos una ronda del clásico “¿Qué jugador es este?”, que compara los números de la línea ofensiva en los últimos tres años para tres jugadores distintos.

Hombre Misterio AVG OBP SLG P% BB% Z-Con%
Jugador A .264 .326 .376 12.4 7.4 92.5
Jugador B .259 .313 .395 15.7 6.4 92.5
Jugador C .258 .311 .392 10.7 6.1 92.9

Los tres jugadores han sido notablemente similares desde 2021. El jugador A es Adam Frazier. El jugador B es Tommy Edman. Y el jugador C es Ruiz. Hay jugadores que tardan más en desarrollarse y luego lo alcanzan. Frazier ha estado en cuatro equipos durante los últimos tres años. Tommy Edman juega tres posiciones incluyendo las del medio en el cuadro interior. Los dos han registrado puntuaciones DRC+ entre 97 y 110 en los últimos años. Hay que reconocer que el DRC+ de por vida de Ruiz es 117, pero sus resultados aún no lo han reflejado.

Después de casi 1,100 apariciones al plato durante su carrera, podría encontrarse en terreno difícil en lo que respecta a cómo bateará en el futuro. En los últimos 30 años, 26 receptores han registrado al menos 1,000 apariciones al plato y han jugado el 75 por ciento de sus juegos detrás del plato cuando tenían 25 años. Por OPS+⁠⁠, lo que hace que sea más fácil realizar un seguimiento durante un período tan prolongado, Ruiz ocupa el puesto número 21, con una marca de 97. Examina los jugadores en su vecindario.

Jugador AP a los 25 OPS+ Hasta edad 25 AP Después de 25 OPS+ Después de 25
A.J. Pierzynski 1,009 100 6,806 93
Salvador Perez 2,148 100 3,463 106
Matt Wieters 1,438 100 2,990 90
Charles Johnson 1,450 97 3,083 97
Keibert Ruiz 1,099 97 PD PD
Kurt Suzuki 1,303 95 4,713 89

De los cinco jugadores alrededor de Ruiz, sólo Pérez ha mejorado su rendimiento ofensivo después de sus primeras temporadas en la liga. Pierzynski y Wieters mejoraron cuando tenían 30 años, pero al final solo coquetearon con ser jugadores promedio y descendieron en la medida que envejecían. Johnson experimentó el mayor aumento antes de cumplir 30 años, elevando su OPS+ hasta 104, luego de eso tuvo temporadas de menor nivel. Suzuki nunca mejoró.

Hay otros jugadores que mencionar que no cumplen con los mismos requisitos de Ruiz. J.T. Realmuto es uno de ellos y ha pasado años como el mejor receptor ofensivo de la liga. Wilin Rosario quedó fuera de la liga después de su temporada con 26 años. El jurado todavía está deliberando sobre MJ Meléndez. Y otros jugadores, como Dave Nilsson, fueron movidos de posición durante varios años, y en algunos casos de forma permanente. En total, el grupo representa un rayo de esperanza de que Ruiz mejore un poco, al menos durante algunos años, y como una lejana posibilidad puede que evolucione hasta convertirse en una fuerza a largo plazo en el plato.

Al considerar si puede hacer eso, es necesario examinar su perfil. El contacto que hace contra los lanzamientos en la zona (y en general) está cerca de lo mejor de la liga, lo cual no siempre es tan atractivo como parece: hay una diferencia entre chocar la pelota con el bate y chocar la pelota con el barril. Las carreras de Pierzynski, Wieters y Suzuki, entre muchos otros, lo demuestran, incluso así hayan tenido carreras largas. Sin poder chocar de manera confiable envíos particulares de los lanzadores, el contacto débil probablemente continuará disminuyendo los resultados generales de Ruiz.

La posición que juega es relevante, y ser un receptor que tiene un bateo promedio con respecto a la liga lo convierte en jugador realmente bueno para ser habitual en una alineación. Eso podría hacer que sea injusto decir que ha pasado de ser la pieza central en un cambio múltiple por jugadores franquicia a una versión como receptor de Adam Frazier, pero el corazón enfatiza algo más.

En la medida en que transcurre “Dogfish” de Mary Oliver, el orador abandona rápidamente lo que quiere o lo que quería. Pasan a un evento específico, uno que presumiblemente sirve como catalizador para procesar ideas más grandes e interesantes. Encuentran otras posibilidades, unas realistas y algunas más sentimentales. El artículo de Jarrett Seidler sobre los Nationals para el Anuario de 2023, que se volvió a publicar aquí digitalmente a fines de diciembre, detalla la falta de voluntad para hacer algo, lo que llevó al lento declive del club en lo que respecta a poder evaluar y desarrollar con precisión jugadores. Su desmantelamiento más reciente los ha dejado en una posición en la que buscan una realidad que es difícil de conceptualizar, incluso si es técnicamente posible, a pesar de que han transcurrido varios años desde su reconstrucción.

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