Traducido por José M. Hernández Lagunes
Los Giants lograron dos cosas muy importantes cuando contrataron al jardinero/bateador designado agente libre Jorge Soler a un acuerdo de tres años a principios de esta semana. En primer lugar, y lo más importante, añadieron el tipo de amenaza de palos de vuelta entera que no habían tenido en… bueno, en realidad en décadas. Es muy consabido que no han tenido un bateador con más de 30 cuadrangulares en una temporada desde que Barry Bonds hacía depósitos regulares en McCovey Cove.
Gran parte de esa sequía puede atribuirse a su famosamente implacable parque de pelota: en los últimos tres años, Oracle Park ha sido el cuarto parque más difícil para conectar un cuadrangular, según Statcast. Pero no se trata sólo del parque. San Francisco también ha sufrido durante ese tiempo una alarmante escasez de bateadores que realmente impacten la pelota a un nivel de élite. En muchos sentidos, el talismán de su era post-Bonds, Buster Posey, encarna exactamente el tipo de bateador con el que los Giants han llenado a menudo sus plantillas: un bateador eficaz, pero su mejor marca de cuadrangulares fue de 24. Posey jugó la mitad de su carrera frente a las cámaras Trackman y aún así bateó un total de dos pelotas a más de 110 mph en ese lapso.
Los Giants de 2023 se construyeron siguiendo ese mismo modelo; batearon sólo 24 pelotas con una velocidad de salida superior a 110 mph, la segunda menor cifra del béisbol (sólo por delante de las 17 de los Nacionales). Jorge Soler, por sí mismo, superó el listón 25 veces el año pasado. Se trata de una gran inyección de potencia bruta en lo que había sido una ofensiva casi sin punch.
Podemos visualizarlo comparando la distribución de bolas bateadas de Soler (en rosa en el gráfico de abajo) con la de los Giants del año pasado (en naranja). Hay toda una franja de velos de salida de alta gama que Soler está poniendo sobre la mesa y que los Giants del año pasado simplemente no tenían la capacidad de aprovechar. Estos son los tipos de toletazos que van de extra bases o salen de cualquier parque, incluso uno tan hostil para los bateadores como Oracle Park.
Uno de los beneficios del trabajo en profundidad sobre las decisiones de swing que hemos realizado en BP en los últimos meses ha sido descubrir a jugadores con resultados de disciplina en el plato poco destacables que han estado tomando decisiones sutilmente para maximizar sus retornos de contacto a niveles de élite bajo el cofre. Esto nos lleva a la segunda habilidad crucial que Soler aportará a una alineación por lo demás desprovista: su capacidad para reconocer y aprovechar los errores.
De acuerdo con SEAGER: una medida que intenta calificar qué tan bien un bateador equilibra un buen ojo con un enfoque ofensivo en el plato, Soler es uno de los mejores bateadores en decidir cuándo y dónde abanicar. Y ha destacado en este aspecto concreto del bateo durante prácticamente toda su carrera:
Año | SEAGER | Percentil |
2023 | 24.0 | 98 |
2022 | 22.3 | 94 |
2021 | 26.3 | 98 |
2020 | 25.4 | 91 |
2019 | 25.9 | 95 |
2018 | 26.8 | 98 |
2017 | 23.5 | 91 |
2016 | 28.3 | 98 |
2015 | 23.6 | 87 |
Contrasta eso con los regulares que regresan (300+ apariciones al plato) de la alineación de San Francisco a la que se unirá, y puedes ver donde él y el recién llegado Jung Hoo Lee traerán un aspecto diferente a la mesa:
SEAGER | Percentil | |
J.D. Davis | 18.1 | 82 |
LaMonte Wade Jr. | 14.9 | 61 |
Wilmer Flores | 14.7 | 60 |
Mike Yastrzemski | 14.0 | 55 |
Michael Conforto | 12.6 | 44 |
Thairo Estrada | 9.6 | 25 |
Blake Sabol | 6.6 | 15 |
Patrick Bailey | 4.1 | 8 |
Juntos, los Giants de 2023 ocuparon el puesto 21 de la Liga en su puntuación SEAGER, lo que explica en parte por qué su calidad de contacto fue tan mediocre. Según el SEAGER y el índice de daño—una versión de la tasa de bateo duro ajustada por el ángulo de salida y rociado—los únicos bateadores que San Francisco tuvo el año pasado que estaban en la misma categoría que Soler eran Davis y Joc Pederson, y uno de ellos jugará para un rival de división en 2024.
Nadie ha dudado nunca de la capacidad de Soler para castigar pelotas de béisbol con extremo prejuicio, pero con una tasa de ponches en su carrera cercana al 27%, siempre ha habido preguntas persistentes sobre si puede hacer contacto con la frecuencia suficiente para mostrar su poder. A pesar de los ponches, Soler ha sido capaz de abanicar en los lanzamientos correctos y seguir siendo un elemento básico de la mitad del orden cuando está sano, y esa capacidad, junto con la potencia bruta de nivel superior, puede tener un efecto transformador en lo que era una ofensiva de las 10 peores en general.
No es la panacea, pero es exactamente el tipo de bate que le faltaba a San Francisco desde antes de que Farhan Zaidi se hiciera cargo de las operaciones de béisbol. Esta temporada, los Giants se encuentran en plena persecución por el comodín de la Liga Nacional, casi a pesar de ellos mismos, o a pesar de los jugadores que nunca parecen ser capaces de fichar. Su temporada dependerá de la rapidez con la que sus jóvenes jugadores se asienten en algunas posiciones clave. Pero la incorporación de Soler aumenta su potencial, del mismo modo que aumenta su velocidad de salida. De repente, tanto el equipo como los partidos que juegan tienen al menos una oportunidad de ser bastante emocionantes.
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