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Image credit: © JONATHAN DYER-USA TODAY SPO

Traducido por Pepe Latorre

La situación: Durante la temporada baja vimos que en los Astros había muchos jugadores de posición que fueron adquiridos en rondas intermedias y finales del draft amateur. Loperfido no es una excepción. Una selección de séptima ronda del draft del 2021 y mayor para los estándares del béisbol actual. Venía de ser titular en Duke durante cuatro años. Loperfido registró entradas importantes en primera, segunda y los jardines a lo largo de su carrera universitaria. El Blue Devil no destacó hasta su último año, el del draft, cuando asumió la titularidad en el jardín central. En aquella temporada, Loperfido registró un OPS de 1.085 y trabajó para reducir sus ponches. No obstante, esos problemas de contacto volvieron a surgir en su primera experiencia en el béisbol profesional durante una actuación tan desastrosa como breve. Cuando llegó el Día de Apertura de 2022 todo era diferente. Loperfido dejó de elevar su pierna tanto y optó por una postura más natural. Consiguió mantenerse más firme al hacer swing y redujo su tasa de ponches del 35% al ​​22%. Nunca más volvió a cometer los errores del pasado. Conectó 25 jonrones en tres niveles en 2023 y comenzó 2024 como bateador de Triple-A. En 2024, Loperfido simplemente se abrió camino hacia la plantilla de los Astros a base de poder. Logró un OPS de 1.076 en los entrenamientos de primavera (aunque con una tasa de ponches del 31%) antes de preparar su llegada a las Grandes Ligas en las cocinas de West Palm Beach (ganándose el apodo de Joe Cooks). Ha conectado 13 bambinazos en menos de un mes bateando .287/.393/.713 mientras se turnaba entre los jardines y la primera base. Los Astros finalmente han visto suficiente desarrollo en sus habilidades de contacto, o tal vez en las necesidades del equipo, para tomar la decisión.

Reporte de los ojeadores: Loperfido es grande para el jardín central. Pero con un metro noventa de altura, hombros anchos y más de cien kilos, posee una fuerza natural en el plato que es todavía más letal gracias a un swing de abajo a arriba que eleva la bola hacía su lado natural. Realiza una pequeña patada con la pierna desde su postura ligeramente cerrada, cerrándose un poco más al golpear el pie. Sus manos están elevadas al batear y sus hombros permanecen escondidos detrás de su cabeza lo que le dota de un mecanismo de carga excepcionalmente profundo y de un swing muy veloz. Loperfido se ha inclinado más por este estilo de batear a medida que avanzaba por las Ligas Menores, evitando el bateo a los huecos que mostró en 2022, aunque logra mantener cierto balance cuando llega el momento adecuado. Ha demostrado tener mucho poder puro, consiguiendo su jonrón más duro a 114 mph a principios de este año. La Pacific Coast League es un paraíso para los bateadores, con una división donde la altitud media de los estadios está más cerca del Coors Field que del nivel del mar, pero la mayoría de los 13 bambinazos de Loperfido en abril no han sido suerte. Probablemente lo más intrigante en todo el perfil de Loperfido es el hecho de que realiza su contacto máximo y más fuerte en los ángulos de salida más adecuados para lograr jonrones.

Su promedio no es tan impresionante como su poder, de hecho, se le da una calificación por debajo del promedio pero con buenas posibilidades de evitar niveles desastrosos. Según la métrica SEAGER de Robert Orr, Loperfido ha tomado mejores decisiones de swing que el jugador promedio de las Grandes Ligas en lo que va de la temporada, y su tasa de contacto baja es aparentemente aceptable. Pero Loperfido todavía se ha ponchado más de un 30% en Triple-A debido a que su enfoque en el plato tiende a la pasividad. Su bateo de abajo a arriba no ayuda. Y conviene recordar que en la Pacific Coast League (más que en otras ligas), una tasa de contacto mala en la zona se proyecta de manera todavía más desfavorable en las Grandes Ligas. Esto se debe a que las condiciones de los estadios de la Pacific Coast League afectan a los lanzamientos.

El personal de BP tiene opiniones dispares sobre su defensa. La primera base no es una opción, su físico le da de sobra para ser un jardinero capaz. Tiene destreza suficiente con el guante como para jugar en la segunda base en la universidad y representa un gran objetivo para los zurdos. Esa combinación de habilidades se traduce bien en la primera base. Además, el arte de atrapar rodados solo necesita de repetición para perfeccionarse. Se podría argumentar su destreza en los jardines de una forma u otra, pero me inclino a considerar a Loperfido como un jardinero central promedio. Es un corredor por encima del promedio, pero no super rápido. Sus lecturas un tanto torpes quedan compensadas por una zancada potente y mucha estabilidad cuando le toca lanzarse a las bases con la cabeza por delante. Es versátil pero no excitante en ninguna posición. Jardín izquierdo, central y primera base parecen las opciones más firmes.

Futuro inmediato en las Grandes Ligas: Es casi seguro que Loperfido ha llegado a los Astros para mejorar lo que ha sido un desempeño desastroso en la posición de primera base. La última vez que hablamos de José Abreu en BP fue en un artículo de 2023 titulado “¿Se acabó para José Abreu?”. Dicha pieza ilustra sobre el estado actual del cubano, aunque su OPS de .284 en 2024 debería bastar. Jon Singleton ha sido más aceptable, pero aún no está en el promedio de la liga ofensivamente, por lo que cualquier cosa que Joe Cooks pueda hacer ya será una mejora. Además, Loperfido puede funcionar como una opción sólida de pelotón en los jardines. Es extremadamente plausible que Loperfido se encuentre con el variado pitcheo de la MLB y supere su propensión a los ponches, emergiendo como un habitual de Grandes Ligas que combine paciencia y poder a la manera de Edouard Julien o Jack Suwinski. Su bateo de abajo a arriba y las dudas sobre los abanicados presentan un riesgo mayor que el habitual. —Ben Zeidman

Impacto en equipos de fantasía: Hace una semana nadie en Triple-A estaba registrando unos barriles mejores que los de Joey Loperfido. Su no llegada a las Grandes Ligas hubiera sido difícil de defender dado el mal rendimiento del equipo. El juego de Loperfido puede resultar diferente de lo que esperas cuando ves que su tasa de ponches está en el 30%. Es posible que aún necesite hacer ajustes, pero hace suficiente contacto como para evitar acabar en el banquillo. El poder es lo suficientemente real como para que valga la pena tenerlo como cuarto o quinto jardinero en ligas de 15 equipos mientras intentas superar las lesiones de principios de temporada y el rendimiento lento, siempre y cuando tenga tiempo de juego. Dale la paciencia que todos los novatos merecen. ⁠—Tim Jackson

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