
Traducido por Marco A. Gámez.
Cualquier equipo que gane 107 juegos debe tener bastante suerte y, a pesar de todos los caprichos de la pelota bateada y el calendario, la principal fuente de suerte en el béisbol gira en torno a las lesiones. Los Giants de 2021 solo registraron 51 viajes a lista de lesionados, 26 jugadores de posición y 25 lanzadores, pero hubo tanto azar como planeamiento en esa balanceada cifra. En primer lugar, pocas lesiones importantes afectaron a miembros clave del equipo: de los que fueron enviados a reposo que duraron ahí más de un mes, sólo dos— Evan Longoria (69 días) y Logan Webb (39 días)—podrían ser considerados como algo más que jugadores de rol, incluso según los parámetros de San Francisco. Además, casi el 60% de los períodos de lesión fueron de menos de 20 días; repletos de talento y versatilidad, las pasantías por la congeladora fueron un lujo preventivo y la liberación ocasional para una plantilla abultada.
Según todas las estadísticas (juegos, WARP, porcentaje de WARP), los Giants estuvieron alrededor de la mediana en términos de lesiones sufridas. Aun así, fue un pequeño milagro para el que era fácilmente el equipo con promedio de mayor edad en el béisbol. Desde entonces, la ubicación en la tabla de posiciones y las lesiones han sido un poco menos amables, pero en términos de estas últimas, los Giants tienden a ubicarse en el rango de los puestos entre 10mo y 15mo en términos de daño recibido. Adelantemos la vista hasta 2024 y entonces el equipo se ve un poco diferente: Gabe Kapler se ha ido, y el cuerpo de lanzadores ha pasado de estar entre los más viejos de la liga al segundo más joven, solo detrás de la compilación Triple-A que son los Miami Marlins. Siguen siendo los terceros jugadores de mayor edad en términos de jugadores de posición, y en las últimas semanas se hizo evidente. Mayo, para San Francisco, fue un baño de sangre.
Jugador | Lesión | Tiempo en la lista de lesionados | Duración |
Patrick Bailey | Golpe en la cabeza | 7 (x2) | 5/4 – 5/11, 5/12 – 5/21 |
Tom Murphy | Esguince de rodilla | 60 | 5/5 – |
Jorge Soler | Esguince de hombro | 10 | 5/5 – 5/17 |
Nick Ahmed | Esguince de muñeca | 10 | 5/10 – |
Austin Slater | Golpe en la cabeza | 7 | 5/11 – |
Michael Conforto | Tendón de Corva | 10 | 5/12 – |
Jung-hoo Lee | Dislocación de hombro | 60 | 5/13 – (no juega más esta temporada) |
Keaton Winn | Esguince de antebrazo | 15 | 5/15 – |
El departamento de lanzadores era un problema conocido. Los Giants comenzaron el año privados de Alex Cobb, cuya recuperación de una cirugía de cadera en el receso de temporada se ha convertido sutilmente en recuperaciones de lesiones de codo y hombro; recibió otra inyección de cortisona hace más de una semana y se desconoce la fecha esperada de retorno. Robbie Ray, quien se pensaba regresaría durante la segunda mitad tras una cirugía Tommy John después de ser adquirido en un intercambio de temporada baja, si bien no ha encontrado ningún contratiempo, la distensión en el flexor que precedió a la rotura del ligamento cruzado probablemente se sumará a la recuperación estándar que dura 12 meses. Blake Snell, quien sufrió una distensión en el aductor después de un inicio retrasado de la temporada, todavía está luchando con las secuelas; En su primera apertura del mes el pasado miércoles 22, trabajó tres entradas contra los Pirates antes de ser noqueado luego de solo sacar un out en la cuarta entrada.
Hay que reconocer que la organización ha manejado bien este déficit esperado, ocupando el séptimo lugar en DRA, con un nivel de equipo de 94. Eso no se ha traducido en carreras limpias permitidas, en gran parte porque la defensa de San Francisco ocupa el puesto número 28 en DRP, y última si se excluyen las contribuciones de Bailey en el trabajo de encuadre como receptor. En particular, nuestras métricas son particularmente optimistas sobre el cuerpo de relevistas a pesar de sus desalentadores números superficiales (Efectividad de 4.65, ocho salvamentos y siete oportunidades desperdiciadas) gracias a una alta tasa de roletazos y a un par letal de las cinco estadísticas en las que tocan fondo: Jonrón/Batazo Elevado y BABIP. Mientras tanto, Logan Webb es el mismo de siempre, Kyle Harrison se ha mantenido firme, Winn también se veía bien hasta las explosiones que precedieron su viaje a la lista de lesionados, y la apuesta de Jordan Hicks ha valido la pena hasta ahora. Aunque no siempre ha sido agradable, especialmente cuando Snell lanza, el barco se mantiene unido.
Mientras tanto, la ofensiva es simplemente extraña. De alguna manera, el equipo pasó abril sin un solo jugador de posición en la lista de lesionados; el único otro equipo que se acerca a ese honor es Filadelfia, que estuvo sin los servicios del receptor suplente Rafael Marchán hasta que Trea Turner se lastimó el tendón de la corva el 4 de mayo. E incluso cuando el virus de la lesiones finalmente afectó, serías perdonado (más allá de cualquier instinto natural de ignorar a los Giants) por no darte cuenta: La ofensiva se quemó después de que Bailey fuera a la lista de lesionados por primera vez, bateando .265/.337/.409 para un wOBA de .330, el quinto mejor desde el 5 de mayo.
Estuvieron todos en manos a la obra. Con Conforto, Lee y Soler fuera simultáneamente, el manager Bob Melvin ha estado utilizando en los jardines al trío de Heliot Ramos-Luis Matos-Mike Yastrzemski que habría emocionado a todos los fanáticos de los Giants en 2019. (No harían comentarios sobre cómo finalmente llegó Yaz a un descanso gracias a Ryan McKenna, a quien obtuvieron vía lista de despidos.) Casey Schmitt tuvo otra semana como campo corto, quizás la última, antes de que el equipo le entregara las llaves a Marco Luciano. Curt Casali, quien parecía estar fuera del béisbol, fue titular cuatro veces en cinco juegos hasta que Bailey regresó, alcanzando la base en la mitad de sus 16 apariciones al plato.
¿Pero, para que sirvió? Los Giants han recopilado todas estas sorpresivas actuaciones de mayo para pasar de dos juegos por debajo de .500 a finales de abril a…un juego por debajo, luego de una furiosa remontada en las últimas entradas contra los Pirates sin Skenes. Es justo decir que la supervivencia del equipo frente a esta avalancha de lesiones es loable, pero la plantilla tal como está construida necesitaba más que eso. Harrison, Winn y Luciano están aquí. Carson Whisenhunt, el mejor prospecto de ligas menores del equipo, ha añadido un problema de jonrones a su problema de comando. Si los Giants de 2021 se sentían como una máquina de relojería perfecta, esta versión tiene la sensación de ser un Subaru Outback chillando al que solo se le puede levantar el cofre y mirar con duda. Sigue siendo complicado, todo encaja, pero es difícil saber qué está roto y, de todos modos, no tienes repuestos.
Para quienes no son sus seguidores, los San Francisco Giants de 2024 son un párrafo de relleno, un oponente por el que es imposible preocuparse, gane o pierda. Sus probabilidades de postemporada son de una entre nueve, un empate directo, la mano perfecta. Los Atlanta Braves han visto a la mitad de su alineación batear como si todavía fuera principios de marzo, y están 11 juegos por encima de .500. Los Giants tienen casi todo cambiando de dirección, entregan solo el 10% de sus entradas a Snell y la galería habitual de relevistas, nombres como Teng, Jefferies, White, y Avila permiten el 26% de las carreras del equipo. Los Giants de 2021 estuvieron perfectos y lograron 107 victorias. Los Giants de 2024 no pueden permitirse el lujo de no ser perfectos.
Mientras tanto, para sus aficionados, esta temporada será tan vital como mediocre. A medida que los veteranos del club se acercan cada vez más al pantano de tristeza que es tener alrededor de 30 años, el siguiente núcleo ya está en su lugar, descubriendo por sí mismos frente a todos si lo tienen. Con Harrison, Winn, Ramos, Matos y Luciano, somos testigos de una reconstrucción oculta dentro de un club de béisbol contendiente, de la misma manera que podemos ver una en St. Louis si sus propias fortunas continúan acechándolos. Este tipo de veranos, desesperanzadores y educativos, son como la lectura obligatoria, para el béisbol, del libro The Crucible (El Crisol) que se debe odiar y extraer como tema, para luego apreciarse en retrospectiva. Nadie disfrutará de los Giants de 2024, algo perfecto, pero roto. Todos aprenderán algo de ellos.
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