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Image credit: Charles LeClaire-USA TODAY Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

PRIMERA PARTE

Posible razón número 3: De La Cruz está lidiando con una molesta lesión.


El mejor corredor de bases en el béisbol, considerando todos los factores, es probablemente Trea Turner. Parece casi imposible atraparlo, y podría correr aún más a menudo de lo que lo hace, cuando está sano. Sin embargo, más de una vez en los últimos años, Turner ha explicado por qué mantiene su juego de carrera relativamente modesto. Nunca ha robado más de 46 bases en una temporada, no sólo porque el riesgo de ser atrapado (por remoto que sea, en su caso y a este lado de los cambios en las reglas) se come el valor esperado de la maniobra, sino porque el riesgo de lesionarse (o incluso sólo de lastimarse tantito, que es diferente de lesionarse, pero aún así puede erosionar el rendimiento de un jugador durante cualquier cosa, desde unas pocas entradas a unas pocas semanas) hace que correr sea a menudo un esfuerzo demasiado arrogante. Al intentar robar una base, hay muchas formas de hacerse desde un pequeño rasguño hasta una lesión grave. Se corre el riesgo de chocar con un defensor que cubre la bolsa; de sufrir una distensión o un desgarro en el esfuerzo por mantenerse en una base después de un fuerte deslizamiento; o de sufrir un tirón en el cuádriceps, la pantorrilla o los isquiotibiales, por correr al máximo e intentar acelerar rápidamente.

De La Cruz no ha aterrizado en la lista de lesionados esta temporada. Ni siquiera se ha perdido un partido debido a algún problema impreciso o menor. Ha jugado en todos los partidos de los Rojos y ha sido titular en todos menos en uno. Ese único día libre llegó el 14 de mayo, justo antes de que su equipo fuera a Los Ángeles para esa serie contra los Dodgers en la que De La Cruz tuvo el enorme juego de cuatro robos, pero el momento es sólo una coincidencia, por lo que puedo decir. De La Cruz estaba bateando muy mal en ese momento, pero está bateando mejor desde entonces, y su velocidad de swing y velocidad de sprint no han disminuido en las últimas semanas. Todavía parece estar sano. Tal vez tuvo un susto a mediados de mayo y decidió que era el momento de reducir la velocidad, pero no parece haber ninguna evidencia tangible de que se está volviendo más cuidadoso debido a una preocupación existente. Lo que nos deja con:

Posible razón número 4: ¿Retienen todos los jugadores sus intentos de robo durante ciertos tramos de la temporada, como una forma de mantener el ritmo?


Esto parece una conjetura demasiado descabellada, porque no es lo que solemos pensar de los jugadores que gestionan la difícil rutina de una temporada de 162 partidos. Sin embargo, hay que mantener el ritmo y elegir los momentos adecuados, porque de lo contrario uno acaba lesionándose, cansándose o cometiendo errores. La larga temporada de cada día requiere que los jugadores jueguen a veces a algo menos del 100%, con un esfuerzo desenfrenado. Por la misma razón por la que es absurdo criticar a un jugador por no buscar furiosamente la primera base en cada roletazo rutinario, sería absurdo suponer que los jugadores siempre intentan robar con una agresividad constante. Hay días–tiene que haber semanas enteras, o meses–en los que decides no tentar a la suerte.

Esa, al menos, era mi hipótesis. Así que, durante las dos últimas temporadas completas, tomé cada mes como su propia muestra y limité mi análisis a los jugadores que intentaron al menos cinco robos en ese mes. Obviamente, el tamaño de la muestra variaba de un mes a otro, pero de este modo me garantizaba que estaba seleccionando a jugadores que al menos eran capaces de robar un puñado de bases en el transcurso de una temporada. Esta es una forma muy aproximada de abordar el problema de eliminar a los muchos corredores lentos que no estamos tratando de analizar mientras evaluamos toda la Liga, pero servirá por ahora.

Con esas muestras de jugadores, dividí sus intentos de robo de base por su número de oportunidades para hacerlo. En otras palabras, estamos obteniendo una Tasa de Go para cada jugador en cada muestra, para ese mes en particular. En realidad, no me importaban demasiado sus porcentajes individuales. Quería ver si, como grupo, los probables robabases eran más o menos propensos a despegar de un mes a otro.

Esto es lo que encontré:

Tasa de luz verde por mes para corredores viables y capaces, 2022-23

Mes %LV Mes Tasa LV
Apr. 2022 19.5 Apr. 2023 16.2
May 2022 15.5 May 2023 17.9
Jun. 2022 15.8 Jun. 2023 17.5
Jul. 2022 17.4 Jul. 2023 19.5
Aug. 2022 14.9 Aug. 2023 18.1
Sept. 2022 17.5 Sept. 2023 19.5

Si miramos un poco más atrás, hay más pruebas estacionales de que agosto es un mes de calma para los intentos de robo. Esto también tiene mucho sentido. Agosto es el mes en el que la combinación de calor, posibilidades ofensivas alternativas (la pelota vuela mejor, lo que conlleva más poder) y un cierto cansancio desalentarían lógicamente a los posibles corredores. Por lo tanto, me inclino a leer las cifras de 2022 como básicamente exactas, y las de 2023 como un eco de ellas, con el factor de confusión de la Liga probando un nuevo conjunto de reglas para enturbiar el agua.

Sin embargo, esto no explica lo de Elly De La Cruz. Su tasa de intentos pasó del 47.7% en abril y más del 51% en mayo a, hasta ahora, el 28.6% en junio, y a menos que sea una señal de que se está agotando dos meses antes que la mayoría de los jugadores, no podemos explicar ese cambio basándonos simplemente en su ritmo. En última instancia, aunque todo lo anterior son nociones razonables y aunque un par de ellas se sostienen con un poco de verificación, no creo que haya una gran explicación para la desaceleración de De La Cruz, excepto por esta: Es difícil robar 100 bases en una temporada. Puede que aún sea imposible. Correr mucho es más fácil bajo las nuevas reglas, y estar a salvo a un ritmo muy alto es ciertamente más fácil. No se trata necesariamente del lanzador, del receptor, del parador en corto o de la temperatura, ni siquiera de tu propio porcentaje de embasado o de la capacidad de tus compañeros de equipo para acercarte si no lo haces tú mismo. Puede ser que robar requiera que un jugador esté pensando en robar desde el momento en que se pone a salvo a bordo, y que a veces, eso sea pedir demasiado, o sea contraproducente.

Henderson, Brock y Coleman destacan en la historia del béisbol por la tenacidad, a menudo con el ceño fruncido y en ocasiones con una intencionalidad semipsicótica que aportaron al arte de robar bases. Cada vez que llegaban a la base, iniciaban un juego del gato y el ratón con el equipo contrario, y en aquella época, esos juegos podían alargarse mucho. Los lanzadores podían lanzar tanto como considerasen necesario. No importaba. Esos tipos querían la siguiente base, casi (y a veces más que casi) excluyendo todo lo demás, incluso en un sentido más amplio a nivel de equipo. El año pasado, Ronald Acuña Jr. tenía algo parecido a ese fuego en los ojos, y aun así “sólo” llegó a 75 bases robadas. De La Cruz ha mostrado ese mismo deseo, pero es posible que no esté preparado (o todavía no lo está, al menos) para mantenerlo de la misma manera que esos muchachos. Tal vez esté a punto de iniciar otra borrachera y hacerla durar el resto de la temporada, pero verlo bajar el ritmo sin realmente disminuirlo durante el último mes ha sido un buen recordatorio de que acumular robos es un trabajo extremadamente difícil y especializado.

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