Traducido por Pepe Latorre
Los lanzadores de la MLB habían realizado 362,623 lanzamientos hasta el sábado pasado. Si los clasificáramos todos desde el mejor hasta el 362,623, uno de ellos tendría que terminar en último lugar. Para encontrar el peor lanzamiento de todos, no tenemos que analizar los 362,623, ¡gracias a Dios! Podemos filtrar algunas variables.
Por supuesto, este es un ejercicio un tanto subjetivo. Tu opinión sobre el peor lanzamiento podría ser un lanzamiento ridículo que ni siquiera llega al plato, como este de Bowden Francis:
El objetivo principal de un lanzamiento es eliminar bateadores, pero la misión secundaria es no salir así en la televisión, especialmente mientras la pelota todavía está en tu mano:
Este lanzamiento viajó unos 10 pies, es decir, aproximadamente ⅙ de la distancia hasta el plato, pero solo fue bola uno. El corredor en primera, Jahmai Jones, ni siquiera avanzó a segunda en la novena entrada de un juego 16-5. ¿Podemos llamar a esto indiferencia ofensiva? Más adelante, en el turno al bate de Anthony Volpe habría un elevado que finalizaba la entrada.
Qué decir de este “lanzamiento” de Patrick Wisdom con un 0-2:
Lanza una bola rápida como lo haría un tercera base porque es un tercera base, pero ¿es tan malo? Es un lanzamiento no competitivo que no estaría nunca entre los 350.000 mejores, pero, de nuevo, Wisdom es un lanzador no competitivo. El resultado fue solo una bola, algo no demasiado catastrófico para el turno, al igual que el error de Francis. Wilyer Abreu acabaría conectado un roletazo a Wisdom para terminar la entrada. Es difícil argumentar que un lanzamiento fue malo si el bateador acabó fuera.
Los resultados importan en el lanzamiento porque ningún lanzamiento existe por sí solo. El lanzamiento es secuencial y cada lanzamiento se basa en los anteriores y establece lo que viene después. Incluso en una cuenta de 0-0 el lanzamiento tiene como objetivo adelantarse al bateador, teniendo en cuenta lo que sucedió anteriormente en el juego o incluso en la última ocasión en que el bateador y el lanzador se enfrentaron.
Con todo lo anterior en mente hay argumentos para decir que este podría ser el peor lanzamiento del año:
La bola rápida de Reed Garrett alcanza las 99 mph. Quizás sea lo único que la salve, y quizás sea suficiente para descalificarla como el peor lanzamiento, pero es una bola rápida de cuatro costuras justo al medio. Con una cuenta de 0-2… con dos outs…con las bases llenas…¡y con Aaron Judge en el plato! Si alguna vez hubo un momento para un slider abajo y lejos, ese fue el momento.
Como era de esperar Judge lidera la MLB con cuatro homers en cuentas de 0-2, pero ese fue el único con una bola rápida al medio. Cuando eres el mejor bateador del planeta vas a hacer algo de daño en lanzamientos que no fueron tan apetecibles, como este splitter de Kevin Gausman:
Lanzar una bola rápida al centro en un conteo de 0-2 suele ser una mala decisión, pero a veces funciona. De hecho, parece ser una buena estrategia contra Willi Castro. Está teniendo una gran temporada con una línea de .276/.357/.452 y 12 HBP (líder de la Liga). Ha jugado 19 juegos o más en cinco posiciones diferentes, pero en las ocho ocasiones en que se ha enfrentado a una recta con un conteo de 0-2 ha logrado un sencillo, un elevado, dos bolas de foul, un strike abanicado y, contra todo pronóstico, tres strikes cantados. Aquí está uno de ellos:
Mason Miller le hace eso a mucha gente, y es que un lanzador a menudo puede salirse con la suya si sus errores a la hora de localizar se producen en lanzamientos que van a 101 mph. Aparentemente, Jack Flaherty también puede hacerlo a 96 millas:
Ah, y Caleb Ferguson a 94 mph:
Eso es lo complicado de este ejercicio y del picheo en general. ¿Puede una recta de 99 mph ser el peor lanzamiento del año si una recta de 94 mph en el mismo lugar fue el tercer strike? Los factores situacionales son importantes: bases llenas, dos outs para Judge vs abriendo la novena entrada para Castro. Aun así, Ferguson hizo un mal lanzamiento que desembocó en un gran resultado, pero debido al fallo de Castro en el swing, no por la ejecución del lanzamiento. Podría ocupar el puesto 250,000 entre 362,623.
Mira este lanzamiento de Cole Irvin a Masyn Winn:
Un slider a 79 mph con una cuenta de 0-2 a un campocorto novato que sólo tenía un cuadrangular en ese momento de la temporada (22 de mayo). Fijate en dónde el bate hace contacto con la bola:
El propósito de este lanzamiento era que Winn persiguiera fuera de la zona, y funcionó. No tuvo opciones de poner la bola en juego, y mucho menos impulsarla 375 pies.
¿Qué lanzamiento fue peor? ¿La recta de Ferguson a Castro o el slider de Irvin a Winn? A veces, lanzar se trata de jugar con los porcentajes, y resultados improbables son posibles.
No importa lo que hagan los lanzadores, el resultado de un lanzamiento no depende únicamente de ellos. El bateador tiene mucho protagonismo a la hora de determinar cuál es el peor lanzamiento que puede realizar un lanzador de las Grandes Ligas y, de hecho, también lo tienen el receptor y el árbitro. Bueno, no siempre. Si el lanzador termina en el suelo no hay nada que nadie más pueda hacer para afectar el resultado de manera positiva o negativa. Felicitaciones, Bowden Francis.
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