Traducido por Marco Gámez
¿Quién dice que no se pueden enseñar nuevos trucos a un veterano? Estos tres peloteros disfrutan de pequeños renacimientos reinventándose sobre la marcha.
Kyle Schwarber es lo que es: uno de los bateadores más singulares de la Liga y uno que encaja mejor dentro de un arquetipo que casi cualquier otro jugador en el beisbol. Es la respuesta igual y opuesta a Luis Arráez, el metrónomo de los llamados tres resultados básicos (cuadrangular-ponche-base por bolas) niega al experto en contactos impulsado por BABIP estar dentro de la gran jerarquía de la Liga. Mientras Arráez distribuye cada tipo de bola bateada en cualquier dirección, Schwarber se concentra singularmente en repetir la misma bola bateada, siempre: un elevado largo y profundo hacia el jardín derecho. Ésta es una de las verdades omnipresentes del béisbol moderno.
¿Será? Esta temporada, Kyle Schwarber es lo que no es: está esparciendo la pelota (relativamente), bateando menos elevados (relativamente) y produciendo muchos más hits dentro del campo de juego de los que se supone que debe (indiscutiblemente). No se ha convertido del todo en Arráez, pero el porcentaje de sus apariciones al plato que terminan en un ponche, una base por bolas o un cuadrangular ha caído del 53.5% al 48.5%, y ya ha conectado más sencillos en media temporada este año que los que logró en 160 partidos el año pasado, 52 a 48.
Esta nueva voluntad de poner la pelota en juego se refleja más en el componente de agresión de su puntuación SEAGER, que cuenta cuántos lanzamientos que se pueden batear deja pasar un bateador. Esa cifra ha disminuido mientras que su ojo para la zona sigue siendo el mismo, colocándolo en el percentil 98 de bateadores en decisiones de swing según SEAGER. Este gráfico muestra los promedios de lanzamientos que se pueden batear dejados pasar (rojo) y la tendencia de selección (verde) en una secuencia de 300 lanzamientos durante las últimas dos temporadas.
1er Envío dentro Zona Swing % | Envíos bateables dejados pasar (%) | Tendencia de Selección (%) | SEAGER | SEAGER %il | |
2022-2023 | 36.6 | 38.4 | 56.1 | 17.7 | 80vo |
2024 | 44.6 | 34.0 | 57.2 | 23.2 | 98vo |
Dado su increíble poder bruto, Schwarber no es el tipo de bateador que necesita esperar pacientemente a que aparezca el lanzamiento apropiado; puede conectar un cuadrangular ante cualquier lanzamiento en cualquier parque si lo conecta con el barril. En el caso de que no choque el lanzamiento de manera perfecta, hasta esos errores pueden caer fácilmente en el césped no cubierto por nadie, dadas las velocidades a las que son bateados. Eso hace que cualquier pelota colocada en juego por su bate sea una contribución potencialmente valiosa, y que el cambio a una mentalidad más agresiva contra los primeros lanzamientos en la zona sea netamente positivo para él y para los Phillies.
Profar fue, en algunos aspectos de WAR, uno de los peores jugadores de todos los días del béisbol la temporada pasada. Nuestro propio WARP lo situó en un 0.9, impulsado por sus siempre excelentes habilidades de disciplina en el plato que le valieron exactamente el promedio de liga, 100 DRC+.
Independientemente de la métrica que elijas, Profar estuvo lejos de ser espectacular el año pasado, o en casi cualquier temporada de su carrera, sin embargo, tras más de la mitad de 2024, eso es exactamente lo que ha sido para los Padres este año. En un equipo con un dos veces campeón de bateo, Manny Machado, Fernando Tatis Jr., y un favorito al Novato del Año de la Liga Nacional, Profar ha sido el contribuyente más valioso del club. Todo esto después de firmar por escaso un millón de dólares esta primavera.
Lo que hace que esto sea más impresionante es que, según la mayoría de las mediciones, Profar es en buena parte el mismo bateador de siempre. Sus decisiones de swing son más o menos las mismas, su combinación de bolas bateadas de roletazos, líneas y elevados prácticamente no ha cambiado, al igual que sus tendencias de empujar/jalar:
Roletazos% | Elevados% | Persecución% | Jale% | Opuesto% | |
2018-2023 | 42.5 | 35.4 | 25.9 | 43.2 | 25.7 |
2024 | 41.2 | 36.1 | 23.3 | 39.6 | 24.4 |
Entonces, ¿cómo un jugador que por lo demás ha sido notablemente consistente tanto en la calidad como en la forma de su producción durante las seis temporadas anteriores de repente saltó a un OPS de .870 y a un puesto como titular en el Juego de Estrellas esta temporada? La respuesta, por supuesto, podría ser tan simple como la variación aleatoria, pero aquí hay una explicación más simple y poderosa: Profar ha agregado, en promedio, aproximadamente 3 mph (5kph) a cada una de sus bolas bateadas. Dado que su capacidad de rociar horizontal y verticalmente no ha cambiado mucho, podemos examinar el impacto de esas 3 millas adicionales por hora en cada bola bateada observando una versión del wOBA esperado en sus bolas bateadas que toma en cuenta el ángulo de rociado (ángulo de despegue en eje x, wOBA en contacto del ángulo de rociado en el eje y):
Su calidad de pelota bateada en 2024 eclipsa a las otras temporadas, obteniendo 75 puntos más de wOBA en promedio que su temporada de 2023.
Rociado wOBACON | 90º %il Velo Salida | Promedio Velo Salida | Barril% | |
2023 | .336 | 101.8 | 86.5 | 4.2 |
2024 | .411 | 104.9 | 90.8 | 7.4 |
Batear fuerte la pelota, ¡es bueno!
Los otros dos veteranos que hemos mencionado han sufrido transformaciones repentinas: Schwarber de un primer bateador al estilo Joey Gallo productor de los llamados tres resultados básicos del beisbol a uno más dispuesto a batear la pelota hacia cualquier parte del campo, y Profar del jugador que siempre ha sido al jugador que siempre ha sido mas algunos grados de poder. La evolución de nuestro último veterano ha sido más gradual. El jardinero de los Mets, Brandon Nimmo, ha agregado consistentemente fuerza a su juego, un batazo elevado a la vez y una milla por hora (1.60 kph) de velocidad de salida a la vez, durante los últimos cuatro años:
Elevado% | Daño% | 90º %il Velo Salida | |
2021 | 30.2 | 15.7 | 103.5 |
2022 | 31.7 | 18.1 | 104.8 |
2023 | 39.2 | 24.6 | 105.2 |
2024 | 38.0 | 26.7 | 106.0 |
La tasa de daño es una forma de tasa de impacto fuerte que mezcla los ángulos de despegue y de rociado; Nimmo ha mejorado año tras año durante las últimas cuatro temporadas y ahora se encuentra en camino de establecer un nuevo récord personal en cuadrangulares por segunda temporada consecutiva.
Su despunte hasta convertirse en una fuerza de slugging combinado con el surgimiento del campo corto Francisco Lindor como un dinámico iniciador del ataque en el antiguo puesto de primer bate de Nimmo ha impulsado a los Mets a tener la mejor ofensiva del béisbol desde principios de junio. En ese tiempo, Nimmo ha bateado .294/.377/.559, mezclando las mejores partes de su antiguo juego de buscador de alcanzar la base con su nueva habilidad para destruir pelotas de béisbol. Ha sido el mejor jardinero de la Liga Nacional, según WARP de Baseball Prospectus, sumando 2.5 victorias por encima del reemplazo en media temporada de trabajo, pero, como señaló recientemente Mike Petriello, rara vez se le menciona dentro de la élite del juego. Si continúa en la forma que tenía antes de la pausa del Juego de Estrellas, eso seguramente cambiará.
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