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Image credit: © John E. Sokolowski-Imagn Images

Traducido por Pepe Latorre

El pasado 3 de septiembre Whit Merrifield, de Atlanta, fue golpeado en la cabeza por una bola rápida lanzada por Jeff Criswell, de Colorado. Merrifield gritó a Criswell mientras lo sacaban del campo. Después del juego estaba indignado. “La manera en que los lanzadores están lanzando es una locura. No les importa lanzar arriba y adentro. Lanzan tan fuerte como pueden y no les importa dónde va la pelota… Estoy en el Comité de Reglas y tenemos una decisión que tomar. Va a ser una larga conversación sobre lo que tenemos que hacer para que los lanzadores reflexionen”. Sugirió la posibilidad de expulsiones y suspensiones por golpear a los bateadores en la cabeza o causar lesiones.

Para que quede claro, estoy en contra de golpear a los bateadores con lanzamientos. No me gustan en ninguna circunstancia. Como venganza o represalia creo que son actos casi criminales. En serio, si dices o haces algo que no me gusta, y yo respondo lanzándote un objeto duro (a una velocidad a la que yo no soy capaz de lanzar, pero supongamos que si), deberían arrestarme. La creencia de que los lanzadores deben golpear a los bateadores para hacer cumplir algún tipo de código es, por decirlo de manera amable, depravado. Y no me vale eso de “siempre ha sido así”. Se dice que Bob Gibson lanzaba para golpearte si lo mirabas feo. Gibson golpeó a uno de cada 158 bateadores a los que se enfrentó. Sería una hermanita de la caridad en el béisbol de hoy. Justin Verlander, al que elegí al azar y sin reputación de lanzar a los bateadores, ha golpeado a uno de cada 121 bateadores a los que se enfrentó.

Además, los batazos a los bateadores son una especie de mi historia de origen. Hice una presentación en la Conferencia de Análisis SABR de 2016 sobre los bateadores golpeados por lanzamientos. Rob Arthur, quien escribe aquí ocasionalmente, estaba allí y me animó a enviar una muestra de mi escrito a Baseball Prospectus. Desde entonces he formado parte del equipo.

Por aquel entonces mi tesis era que el aumento de bateadores golpeados por lanzamientos se debía a los ponches. Específicamente a cuando los lanzadores están por delante en el conteo (cuando están camino de lograr un ponche), lanzan más frecuentemente hacia los exteriores de la zona de strike, tratando de que los bateadores persigan los lanzamientos. Si ese lanzamiento va dentro y la localización falla por unos pocos centímetros el bateador puede ser golpeado.

El problema con mi tesis es que en los últimos años los ponches se han estancado. En 2022 (el primer año en el que todos los bateadores eran bateadores reales), los bateadores se poncharon en el 22.4% de las apariciones al plato. La proporción aumentó al 22.7% en 2023, pero es del 22.5% en lo que va de 2024 (todos los datos de 2024 en este artículo son hasta el 14 de septiembre). Con tasas de ponches estancadas, ¿cómo puedo explicar que los bateadores sean golpeados con más frecuencia?

Bueno, aclarando que no lo han sido. Los bateadores fueron golpeados una vez cada 88,1 apariciones al plato en 2022. Esa cifra se redujo a 87.2 en 2023, pero aumentó a 89.3 apariciones al plato en lo que va del año. Se ha hecho un seguimiento de la tasa de ponches: alta en 2022, más alta en 2023, pero baja en 2024.

Si los bateadores fueran golpeados con más frecuencia, lo veríamos por conteo. Los dos conteos en los que los bateadores son golpeados con más frecuencia son 0-0 y 0-1. Aquí están las apariciones al plato por bateador golpeado (con el eje invertido, por lo que una línea ascendente significa que los bateadores son golpeados con más frecuencia) para esos dos conteos en la era de los 30 equipos. Voy a limitar esto a la Liga Americana por haber contado con el bateador designado durante más tiempo.

Hubo un aumento durante el año de la pandemia, pero en promedio las cosas se han estabilizado desde entonces.

A continuación se muestran los conteos que conducen a un ponche. No son tan peligrosos como los conteos de 0-1, cuando los bateadores han sido golpeados una vez cada 55 apariciones al plato en lo que va del año. Pero el promedio simple es 90, el promedio ponderado (por apariciones al plato) es 92.

Una vez más, nada está empeorando. La mayor frecuencia con la que los bateadores son golpeados en conteos de 1-1 y 2-2 este año se ve compensada por una disminución en conteos de 0-2 y viceversa en 2023.

Estos conteos en los que el lanzador está un poco atrás también son peligrosos, aunque no tanto recientemente.

En lo que va del año los bateadores que enfrentan estos conteos han sido golpeados una vez cada 89 apariciones al plato según el promedio simple y una vez cada 91 según el ponderado. Sin embargo, solo el 9% de las apariciones al plato terminaron con estos conteos en 2024 en comparación con el 14% hace una década. Los lanzadores no están golpeando a tantos bateadores cuando están detrás en el conteo porque no están detrás en el conteo con tanta frecuencia.

Los conteos completos son relativamente seguros para los bateadores.

Pero no tan seguros como cuando el bateador está muy por delante y el lanzador necesita lanzar dentro de la zona de strike.

Abajo vemos como de las 1,923 apariciones en el plato que terminaron con un conteo de 3-0 en 2002 solo una se saldó con un bateador golpeado. En 2008 hubo 2.003 turnos de 3-0 y ningún bateador golpeado. En 2014 nos vamos a 1,743 y uno, en 2020 430 y ninguno y en 2023 1,159 y uno.

Está claro que los bateadores no están siendo golpeados con más frecuencia por conteo. ¿Han cambiado los conteos? Veamos la frecuencia de los cinco grupos de conteos que he descrito. Primero, los cuatro conteos que han aumentado más y en los que los bateadores tienen mayor riesgo de ser golpeados: 0-2, 1-1, 1-2 y 2-2.

Durante la era de los 30 equipos ha habido un aumento constante en los conteos relacionados con los ponches, lo que ha llevado a que más bateadores sean golpeados, pero se ha estabilizado en los últimos años.

Aquí están los otros cuatro grupos.

Los conteos en los que el bateador está por delante han ido disminuyendo de manera constante. Y si bien la frecuencia de los conteos en los que los bateadores corren mayor riesgo, 0-0 y 0-1, ha aumentado desde la pandemia, no están muy alejadas de las tendencias históricas recientes.

Pudiera ser que como los lanzadores ya no batean están más predispuestos a golpear a los bateadores oponentes. Saben que no sufrirán las represalias en sus carnes cuando les toque ir al plato. Aquí está la tasa de bateadores golpeados, por Liga, en la era de los 30 equipos antes del bateador designado universal. Nuevamente se trata de apariciones al plato por bateador golpeado, por lo que los valores más bajos, que aparecen más altos en este gráfico por el eje invertido, significan que los bateadores son golpeados con mayor frecuencia.

Mientras que los bateadores de la Liga Americana fueron golpeados con mayor frecuencia en 15 de las 23 temporadas (excluyendo 2020 y su bateador designado universal), los bateadores de la Liga Nacional fueron golpeados con mayor frecuencia en tres de los últimos cinco años. En esas 23 temporadas los bateadores de la Liga Americana fueron golpeados una vez cada 108.8 apariciones al plato. Los bateadores de la Liga Nacional fueron golpeados con mayor frecuencia, una vez cada 108.1 apariciones al plato. Tener lanzadores bateando no supuso un desincentivo.

Vamos a repasar:

  • La frecuencia con la que los bateadores son golpeados por los lanzamientos no ha cambiado según el conteo.
  • Los conteos en los que los bateadores son golpeados con mayor frecuencia (la mayoría mientras el bateador se poncha) aumentaron en las últimas dos décadas, pero se han estancado en los últimos tiempos.
  • No hay evidencia clara de que el bateador designado universal haga que los lanzadores estén más dispuestos a golpear a los bateadores oponentes.
  • Los bateadores están siendo golpeados con menos frecuencia este año que en cualquiera de los dos años anteriores.
  • La correlación entre la tasa de ponches y la frecuencia de bolazos recibidos por los bateadores durante las últimas 12 temporadas completas es de 0,85 en la Liga Americana y de 0,88 en la Liga Nacional. Me quedo con mi teoría: se puede relacionar las tasas de bolazos con las tasas de ponches.

Nada de lo anterior anula de ninguna manera las preocupaciones de Merrifield. Tiene razón. La velocidad ha aumentado y un lanzamiento a 95 mph tiene el potencial de hacer más daño que uno a 85 mph. Los bateadores están siendo golpeados este año con la tasa más baja desde 2019, pero la tasa de bolazos en las siete temporadas desde 2018 es la más alta desde que se formó la Liga Americana en 1901. No estamos viendo un aumento alarmante en la cantidad de bateadores golpeados por lanzamientos. Nada que sea inusual o inesperado, pero eso  no lo hace correcto.

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