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Image credit: Syndication: The Enquirer

Traducido por Marco Gámez  

Los Reds despidieron a David Bell la semana pasada, después de una temporada en la que se suponía que el equipo daría pasos hacia adelante para ser contendiente y no lo logró. En lugar de luchar por el cetro de la División Central de la Liga Nacional, Cincinnati cayó profundamente en el purgatorio a principios de la temporada y superó las 82 derrotas. Gran parte del desastre en realidad no es culpa de Bell (los Reds sufrieron lesiones cruciales y una suspensión devastadora antes del Día de Apertura), pero se le acabó el tiempo. Aunque surgieron muchas cosas buenas durante sus seis años de dirección, Bell claramente no era el tipo de mánager verdaderamente especial que uno mantiene al frente incluso cuando las cosas no mejoran. Cuando las cosas salieron mal a principios de 2022, fue absolutamente incapaz de devolver el tren a las vías, ni siquiera de organizar a los supervivientes del descarrilamiento. El año pasado, los Reds lideraban la División Central de la Liga Nacional al llegar a la fecha límite de cambios, para luego permitir 36 carreras en sus primeros dos juegos de agosto para iniciar una racha en la que perdieron ocho de nueve. A finales de ese mes, estaban a siete juegos del primer lugar y no han sido una amenaza seria para nadie desde entonces.

Sin embargo, están ocurriendo una cantidad extraordinaria de cosas alentadoras en la organización. Elly De La Cruz es la más grande, brillante y obviamente la mejor, pero el coach de lanzadores Derek Johnson también ha hecho un trabajo maravilloso al traer consigo su frágil, pero impresionante colección de brazos jóvenes de alta gama. Este equipo usó la segunda selección general en 2017 en Hunter Greene, la séptima en Nick Lodolo en 2019, la séptima en Rhett Lowder en 2023 y la segunda en Chase Burns este verano. No han tenido la suerte de mantener saludables a sus lanzadores jóvenes, pero su proceso de desarrollo ha funcionado de manera impresionante, no solo con esos jóvenes, sino también con Andrew Abbott y Fernando Cruz. Brandon Williamson también es prometedor si alguna vez logra mantenerse sano. Parece que Lowder ya pertenece a las Grandes Ligas, y Burns debería llegar pronto a las Mayores.

Es imposible adivinar, mucho antes de que sepamos quién reemplazará a Bell, si el equipo podrá retener a Johnson. Tampoco sabemos si el equipo podrá improvisar una ofensiva promedio o mejor alrededor de De La Cruz. Ocupan el puesto número 27 en DRC+, y solo De La Cruz, Jonathan India y Spencer Steer (escasamente) han estado por encima del promedio este año. Aun así, hay muchas flechas que apuntan en buenas direcciones para este equipo. A pesar de un historial irregular de apoyo financiero por parte de los propietarios y lo pequeño del mercado y el hecho de que este equipo ha ganado solo tres títulos divisionales desde los albores de la era del Comodín y de no haber llegado a los playoffs en una temporada completa desde 2013, este debería ser el puesto de mánager más atractivo disponible este invierno. Los Reds no son buenos hoy en día, pero casi todo lo que necesitan para ser buenos ya está cerca. Un Matt McLain sano y una recuperación bien gestionada de Noelvi Marte podrían, en un abrir y cerrar de ojos, convertir a este equipo de un fracaso en un contendiente legítimo en lo que todavía es una división muy abierta, si el equipo sigue tan comprometido como lo estuvo el invierno pasado y puede mantener sus mejores brazos en el montículo con un poco más de frecuencia.

Eso parece fácil, pero no lo será. De La Cruz tuvo una gran temporada, pero liderar la Liga en ponches y errores es un recordatorio por triplicado de que su conjunto de habilidades es volátil. La próxima temporada le podría ser más difícil, aunque con suerte, será más fructífera para jugadores como McLain, Marte y  Christian Encarnación-Strand. En un momento dado, parecen tener un jardinero jugando muy bien, uno que ha mostrado virtudes, pero está decayendo, y uno que podría ser realmente bueno si se recuperara. Eso siempre suena alentador, pero en realidad es una receta para la frustración eterna y el fracaso. El nuevo mánager, ya sea Skip Schumaker, David Ross o algún coach joven y destacado que reciba su primera oportunidad, tendrá que afrontar todo eso y crear cierta consistencia y estabilidad. Esas características a menudo estuvieron ausentes bajo Bell, pero no únicamente debido a las propias deficiencias de Bell.

Tampoco es fácil lograr que los Castellini gasten generosamente en dos temporadas invernales consecutivas. Esa será la labor de la gerencia, más que del nuevo mánager, pero sigue siendo un trabajo crucial y difícil. El invierno pasado, el equipo sabiamente contrató a Nick Martínez, gastó dinero tontamente en Jeimer Candelario y obtuvo prácticamente los resultados mixtos que merecían de Emilio Pagán, Brent Suter y Frankie Montas. Pudieron, al menos, convertir a Montas en otro jardinero interesante para su mezcla, perpetuamente interesante, con el ex jugador de los Brewers Joey Wiemer, pero el complicado swing y el subóptimo enfoque al batear de Wiemer produjeron resultados espantosos durante lo que el equipo esperaba que fuera un reinicio y reorientación en Triple-A. No obtendrán mucho valor de ese grupo la próxima temporada, a menos que Martínez tome la improbable decisión de aceptar los $12 millones de dólares de su opción, en lugar de llevar su sólido desempeño al mercado abierto. Tienen que gastar más este invierno y llevar una nómina que rondaba los $90 millones este año hacia el rango de $125 millones. Hay muchas posibilidades de que en realidad no lo hagan.

Aun así, las bases de esta organización son sólidas. No se puede decir lo mismo de otros lugares, como Seattle o al sur de Chicago o Miami, donde ex mánagers desempleados o nuevos candidatos esperanzados podrían buscar su oportunidad. Hay un camino claro hacia algunas apariciones en los playoffs para la persona apropiada, con el conjunto adecuado y variado de habilidades. Por más frustrante que haya sido para los fanáticos de los Reds cada temporada desde el mejor momento de Joey Votto, la luz al final del túnel ni siquiera es un simple punto. El túnel es bastante corto. La luz es brillante e invita a soñar. Para un prospecto de mánager, es una oportunidad de entrar y hacerse famoso como hacedor de milagros, sin la molestia de realizar ningún milagro. Esta franquicia ha estado tan en el medio durante la última década que es difícil imaginarla de otra manera, pero podrían romper ese patrón bajo un nuevo liderazgo en 2025.

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